Dos grupos de reos disputaban el control del Cereso; 26 personas heridas y 3 internos fugados
Saúl Maldonado
Corresponsal/La Jornada
Saúl Maldonado
Corresponsal/La Jornada
Durango, Dgo., 14 de agosto. Un enfrentamiento entre grupos rivales de internos por el control del Cen- tro de Rehabilitación Social (Cereso) de Gómez Palacio, dejó saldo de 19 reos muertos a balazos y otros con arma blanca, al menos 26 heridos y tres fugados, así como el desalojo de varias colonias ubicadas en las cercanías del penal.
La trifulca se inició poco antes de la 18 horas, cuando un incendio en una de las bodegas de la prisión llamó la atención de los custodios; antes de que llegara ayuda para sofocarlo, se desató una balacera con armas de alto calibre.
Entonces las autoridades activaron el código rojo que pone en alerta a las corporaciones policiacas municipales, estatales y federales, incluido el Ejército. Los elementos policiacos arribaron al Cereso, pero no pudieron ingresar hasta transcurrida una hora.
El tiroteo se prolongó hasta las 20:30 horas; mientras, en las afueras del reclusorio, los uniformados comenzaron a desalojar vecinos de las colonias circundantes a la penitenciaría, pues había temor de que la situación se saliera de control.
Otros elementos aguardaban instrucciones para saber si ingresaban al Cereso; algunos entraron, pero prevalecía la confusión. Decenas de familiares de los convictos se apostaron frente al penal y ante la falta de información, perdieron la calma e intentaron ingresar, pero los poli-cías los contuvieron.
A las 21 horas, ninguna funcionario de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) del estado ni directivos del penal proporcionaban información sobre lo sucedido; los altos mandos de la Procuraduría General de Justicia mantenían el mismo hermetismo.
Sólo se veía entrar y salir al Cereso las unidades del Servicio Médico Forense, al igual que ambulancias de la Cruz Roja.
Noé Díaz Rodríguez, director de Prevención Social y encargado del funcionamiento de los penales en Durango, no respondía su celular ni el teléfono de su oficina y lo mismo sucedía con Jorge Torres Castillo, titular de la SSP.
Diversas versiones empezaron a circular; primero se habló de 18 muertos y varios heridos; al cierre de esta información, Comunicación Social del gobierno estatal confirmó la cifra de 19 reos fallecidos y más de 20 heridos, además de tres reclusos fugados. Dijo que 11 de los 19 ahora muertos ya fueron identificados, pero no proporcionó sus nombres.
Sin embargo, personas que ingresaban y salía del penal comentaban que la cifra de muertos podría aumentar; no descartaban encontrar más fallecidos o que varios de los heridos graves perdieran la vida.
Cuatro alertas este año
En el Cereso de Gómez Palacio se ha activado el código rojo en cuatro ocasiones en lo que va del año; la primera, el 8 de marzo cuando 12 sujetos encapuchados que portaban armas largas irrumpieron en la prisión y liberaron a cinco convictos.
El 17 de julio una riña dejó tres internos muertos y 24 horas después ocurrió una reyerta que dejó tres muertos y un herido.
Desde el 23 de julio pasado –según medios de información locales– el secretario de Seguridad Pública de Durango, Jorge Torres Castillo, consideró “muy probable” que otros hechos violentos ocurrieran en los centros penitenciarios de la capital y Gómez Palacio, pues hasta ese momento –en ambos– habían muerto más de 25 reos en riñas y motines.
Dos días antes tomó posesión Israel Villalobos como director del Cereso 2 de Gómez Palacio, y el propio Torres Castillo confió en su capacidad “para sortear situaciones difíciles, consecuencia de mezclar en un mismo espacio delincuentes comunes con los más peligrosos”.
Casi a la medianoche, el secretario de Seguridad Pública de Durango, Jorge Torres Castillo, confirmó la cifra de 19 internos muertos y dijo que la situación aún no estaba totalmente controlada.
(Con información de Notimex)
La trifulca se inició poco antes de la 18 horas, cuando un incendio en una de las bodegas de la prisión llamó la atención de los custodios; antes de que llegara ayuda para sofocarlo, se desató una balacera con armas de alto calibre.
Entonces las autoridades activaron el código rojo que pone en alerta a las corporaciones policiacas municipales, estatales y federales, incluido el Ejército. Los elementos policiacos arribaron al Cereso, pero no pudieron ingresar hasta transcurrida una hora.
El tiroteo se prolongó hasta las 20:30 horas; mientras, en las afueras del reclusorio, los uniformados comenzaron a desalojar vecinos de las colonias circundantes a la penitenciaría, pues había temor de que la situación se saliera de control.
Otros elementos aguardaban instrucciones para saber si ingresaban al Cereso; algunos entraron, pero prevalecía la confusión. Decenas de familiares de los convictos se apostaron frente al penal y ante la falta de información, perdieron la calma e intentaron ingresar, pero los poli-cías los contuvieron.
A las 21 horas, ninguna funcionario de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) del estado ni directivos del penal proporcionaban información sobre lo sucedido; los altos mandos de la Procuraduría General de Justicia mantenían el mismo hermetismo.
Sólo se veía entrar y salir al Cereso las unidades del Servicio Médico Forense, al igual que ambulancias de la Cruz Roja.
Noé Díaz Rodríguez, director de Prevención Social y encargado del funcionamiento de los penales en Durango, no respondía su celular ni el teléfono de su oficina y lo mismo sucedía con Jorge Torres Castillo, titular de la SSP.
Diversas versiones empezaron a circular; primero se habló de 18 muertos y varios heridos; al cierre de esta información, Comunicación Social del gobierno estatal confirmó la cifra de 19 reos fallecidos y más de 20 heridos, además de tres reclusos fugados. Dijo que 11 de los 19 ahora muertos ya fueron identificados, pero no proporcionó sus nombres.
Sin embargo, personas que ingresaban y salía del penal comentaban que la cifra de muertos podría aumentar; no descartaban encontrar más fallecidos o que varios de los heridos graves perdieran la vida.
Cuatro alertas este año
En el Cereso de Gómez Palacio se ha activado el código rojo en cuatro ocasiones en lo que va del año; la primera, el 8 de marzo cuando 12 sujetos encapuchados que portaban armas largas irrumpieron en la prisión y liberaron a cinco convictos.
El 17 de julio una riña dejó tres internos muertos y 24 horas después ocurrió una reyerta que dejó tres muertos y un herido.
Desde el 23 de julio pasado –según medios de información locales– el secretario de Seguridad Pública de Durango, Jorge Torres Castillo, consideró “muy probable” que otros hechos violentos ocurrieran en los centros penitenciarios de la capital y Gómez Palacio, pues hasta ese momento –en ambos– habían muerto más de 25 reos en riñas y motines.
Dos días antes tomó posesión Israel Villalobos como director del Cereso 2 de Gómez Palacio, y el propio Torres Castillo confió en su capacidad “para sortear situaciones difíciles, consecuencia de mezclar en un mismo espacio delincuentes comunes con los más peligrosos”.
Casi a la medianoche, el secretario de Seguridad Pública de Durango, Jorge Torres Castillo, confirmó la cifra de 19 internos muertos y dijo que la situación aún no estaba totalmente controlada.
(Con información de Notimex)
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