JORGE CARRASCO ARAIZAGA
MÉXICO, D.F. (proceso.com.mx).- En su último informe de gobierno, Felipe Calderón advirtió a su sucesor que regresar a las Fuerzas Armadas a sus cuarteles “es tan equivocado” como suponer que la violencia por la inseguridad en el país se inició en 2006 con su llegada al poder.
“Pensar que el problema de inseguridad en el país se gestó de la mañana a la noche y comenzó con esta administración, es tan equivocado como suponer que al retirar a las Fuerzas Federales, o al concluir el sexenio, desaparecerá por sí mismo”, señala Calderón en el capítulo sobre estado de derecho y seguridad de su Sexto Informe de Gobierno.
De forma implícita, le pide a Enrique Peña Nieto mantener la política represiva que caracterizó a su gobierno y que dejó más de 70 mil muertos: “La única manera de terminar verdaderamente con este cáncer es preservar la contención de las organizaciones criminales”, fortalecer las instituciones de seguridad y procuración de justicia y reconstruir el tejido social.
Pero en su informe, como ocurrió en su gobierno, sólo hizo hincapié en la parte represiva, en particular la creación de la Policía Federal, al mando del secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, y que equipara con el Ejército y la Marina al agrupar a las tres instituciones en las “Fuerzas Federales”.
Después de dar su versión sobre el desarrollo de la delincuencia organizada en México, en la que alude a omisiones de sus antecesores y omite la complicidad política, dice que en los seis años de su gobierno, México hizo la mayor inversión de su historia en seguridad y “ha reformado y depurado sus policías”.
En su recuento de “golpes históricos” al crimen organizado, repite lo su gobierno ha insisitido: la captura o muerte de 22 de los 37 delincuentes más buscados por la Procuraduría General de la República. En la lista de su informe, el gran prófugo es Joaquín El Chapo Guzmán.
En los aseguramientosde su sexenio enumera: 114 toneladas de cocaína, casi 11 mil toneladas de mariguana y más de 75 toneladas de metanfetaminas. Además, cien mil vehículos terrestres, 515 marítimos y 578 aéreos, y casi mil millones de dólares en efectivo.
En sus cuentas, los grupos de delincuencia organizada perdieron casi 14 mil 500 millones de dólares.
Las propias cifras oficiales sobre el armamento asegurado indican la capacidad violenta de los cárteles de la droga: más de 154 mil armas, 16 millones de municiones y más de 18 mil granadas y explosivos.
Sobre el fortalecimiento de la Policía Federal informó que de los poco más de seis mil elementos que tenía al inicio de su sexenio, en la actualidad tiene más de 36 mil.; en tanto que las Fuerzas Armadas cuentan con 263 mil 930 elementos. De ese total, 209 mil 716 pertenecen al Ejército y Fuerza Aérea, y 54 mil 214 a la Marina Armada de México.
Asegura que a diferencia del sexenio anterior, en su gobierno disminuyeron las deserciones. Si con el gobierno de Vicente Fox fueron de 107 mil 158, Calderón dice que registró 43 mil 827 casos; es decir, una fuerza casi similar a los efectivos de la Marina y superior a los de la Policía Federal.
Atribuye la menor deserción al aumento de los salarios de los militares: “Entre el 1 de enero de 2007 y el 1 de enero de 2012 las percepciones promedio mensual del personal se incrementó en cinco mil 250 pesos para los elementos de más bajos ingresos de la Sedena y la Semar, representando un aumento de hasta 117.3 por ciento para los efectivos militares y de 122 por ciento para los elementos de la Armada de México”.
Ante las más de 8 mil quejas de violaciones a los derechos humanos registradas por la Comisión Nacional de Derechos Humanos en contra del Ejército y la Marina en lo que va del sexenio, asegura que el 99.1 de los elementos del Ejército y el 95 por ciento de los marinos fueron capacitados en derechos humanos.
Proceso
02/09/2012
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