El mandatario de Coauhila cumplía acto oficial en una secundaria
Lilia Ovalle
Corresponsal
Periódico La Jornada
Sábado 29 de septiembre de 2012, p. 29
Sábado 29 de septiembre de 2012, p. 29
Torreón, Coah., 28 de septiembre. En una
gira por Torreón, donde se entregaron lentes gratuitos a estudiantes de la
secundaria técnica 83, el gobernador Rubén Moreira Valdez fue increpado por un
adolescente, quien le pidió que
El gobernador llegó a la escuela, ubicada en la zona residencial Torreón
Jardín, acompañado de militares y un fuerte dispositivo de seguridad. En el
acceso principal lo esperaban estudiantes que al inicio vitorearon su apellido.
Sin embargo de entre el grupo se escuchaba una voz que le gritaba
regresaran el dinero que se robaron, refiriéndose a la millonaria deuda pública que dejó su hermano, el ex gobernador Humberto Moreira Valdés.
ratero.
Moreira Valdez se acercó a los estudiantes y entonces escuchó a Miguel Ángel, estudiante de tercer grado de la secundaria, gritando:
Ratas, rateros, devuelvan el dinero, motivo por el cual se acercó al muchacho.
–¿Cuál dinero? –le preguntó el gobernador
–El que se llevaron.
–¿Cuál dinero se llevaron? ¿Cómo te llamas? –le preguntó Rubén Moreira
–¿Para qué quiere saber mi nombre? –respondió el chico.
El ambiente, cargado de tensión, se cerró en torno de la figura del estudiante, quien impulsivo pedía respuesta a la deuda pública de 37 mil millones de pesos. El gobernador le indicó al estudiante que sólo requería su nombre para platicar con él.
–No quiero platicar con usted –le respondió.
–Gracias, Dios te bendiga –terminó el gobernador y se dio la vuelta cuando el joven le respondía:
En ese momento los escoltas del gobernador hicieron acto de presencia. Uno llegó por atrás y sujetó del cuello a Miguel Ángel; otro le tomaba por el hombro.
Inmediatamente llegaron otros dos escoltas del gobernador quienes les decían a sus compañeros: “No, no, no…”.
Algunos estudiantes decían:
Una mujer tomó al chico y lo alejó de la entrada a la plantel, pues Miguel Ángel esperaba su ingreso al turno vespertino.
El ambiente, cargado de tensión, se cerró en torno de la figura del estudiante, quien impulsivo pedía respuesta a la deuda pública de 37 mil millones de pesos. El gobernador le indicó al estudiante que sólo requería su nombre para platicar con él.
–No quiero platicar con usted –le respondió.
–Gracias, Dios te bendiga –terminó el gobernador y se dio la vuelta cuando el joven le respondía:
No, de nada.
En ese momento los escoltas del gobernador hicieron acto de presencia. Uno llegó por atrás y sujetó del cuello a Miguel Ángel; otro le tomaba por el hombro.
Inmediatamente llegaron otros dos escoltas del gobernador quienes les decían a sus compañeros: “No, no, no…”.
Algunos estudiantes decían:
Ya déjenlo. Liberado, Miguel Ángel decía asustado que no le importaba el hecho.
Una mujer tomó al chico y lo alejó de la entrada a la plantel, pues Miguel Ángel esperaba su ingreso al turno vespertino.