Recaban en informe ataques de cárteles contra los medios y sus colaboradores
REFORMA / Redacción
Ciudad de México (15 febrero 2011).- Los narcotraficantes han provocado autocensura en los medios de comunicación que están en las zonas bajo influencia de los grupos criminales, advierte el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés), con sede en Nueva York.
"Grupos del crimen organizado ejercieron una intensa presión sobre la prensa mexicana al tiempo que extendieron su control sobre vastas regiones del País y en casi todos los sectores sociales.
"Una autocensura generalizada en los medios de prensa en áreas bajo la influencia del narcotráfico fue la devastadora consecuencia de la violencia y la intimidación", señala el comité en su informe "Ataques a la Prensa 2010".
El documento agrega que cada vez es más común que los periodistas sean amedrentados por las bandas del narcotráfico.
"Quizás no haya lugar donde esto sea más evidente que en México, en donde el derramamiento de sangre vinculado al narcotráfico ha alcanzado miles de vidas, incluyendo las de muchos periodistas.
"Cuando eso ya no sea suficiente, acribillar a tiros las oficinas de los medios agregará un poco más de énfasis", señala el periodista Riz Khan, de la cadena Al Jazeera, en el prólogo del informe, que será presentado hoy.
El informe incluye también la postura de Silvio Waisbord, profesor asociado y director de programas de la Escuela de Medios y Asuntos Públicos en la Universidad George Washington.
"En México, la censura producto de la violencia está generando un efecto similar a lo que ocurrió en Colombia... el Gobierno no logra garantizar el Estado de Derecho", sostiene.
Agrega que la reciente escalada en casos de censura en la región está vinculada con el abuso gubernamental de recursos legales y regulatorios, por lo que observa "un paralelo entre la censura actual y la que se ejercía en época de las dictaduras".
El resumen correspondiente a México hace énfasis en la autocensura.
"Muchos reporteros en la ciudad más grande (de Tamaulipas), Reynosa, confirmaron al CPJ que el crimen organizado se había apoderado de la Policía y de numerosas funciones municipales, pero que no se atrevían a informar a respecto y el público no sabía que la autoridad había perdido el control de la ciudad.
"A diferencia de Ciudad Juárez, con su escalofriante índice de asesinatos, gran parte del Estado de Tamaulipas había permanecido bastante tranquilo hasta el 2010, cuando estalló la guerra entre cárteles rivales (el Cártel del Golfo y Los Zetas)".
En el documento también se abordan los presuntos atropellos cometidos por elementos de las fuerzas de seguridad federales, especialmente en Michoacán, Sinaloa y Chihuahua, contra periodistas, donde recibían amenazas, los detenían, golpeaban, dañaban sus equipos o les borraban las fotografías.
"Al menos cinco periodistas afirmaron haber sido detenidos y golpeados por miembros de la guardia militar personal del Presidente Calderón afuera del hotel donde debía hablar en Ciudad Juárez en febrero, según informes de prensa", indica.
Para muestra...
El informe del CPJ ejemplifica algunos de los hechos mediante los cuales el crimen organizado "innovó" para amedrentar a los medios de comunicación y sus colaboradores.
"Durante años, habían impuesto la censura sobre las organizaciones de prensa, sobornado o amenazado a periodistas para que escribieran notas favorables y en algunos casos habían intimidado a los medios para que presentaran información tendenciosa y sesgada.
"Pero en 2010, fueron aún más lejos. Obligaron a la prensa a que divulgara al público pura propaganda", señala.
Y da cuenta, entre otros, de un caso registrado en Tamaulipas.
"En Ciudad Victoria, la organización criminal conocida como Los Zetas formó una unidad de relaciones públicas que envió comunicados de prensa por correo electrónico, incluyendo fotografías, a los periódicos locales que publicaron la propaganda por temor, según reporteros locales.
"Los comunicados de prensa fueron presentados como 'notas periodísticas' que mostraban al ejército bajo una luz negativa. Otros comunicados de prensa elogiaban a la Policía local, que según algunos reporteros se hallaba en connivencia con el cártel", destaca.
Recuerda también los ataques con artefactos explosivos a sedes de Televisa en esa misma ciudad y en Monterrey, en agosto, y contra las oficinas de la televisora en Matamoros.
Reforma
15/02/2011
REFORMA / Redacción
Ciudad de México (15 febrero 2011).- Los narcotraficantes han provocado autocensura en los medios de comunicación que están en las zonas bajo influencia de los grupos criminales, advierte el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés), con sede en Nueva York.
"Grupos del crimen organizado ejercieron una intensa presión sobre la prensa mexicana al tiempo que extendieron su control sobre vastas regiones del País y en casi todos los sectores sociales.
"Una autocensura generalizada en los medios de prensa en áreas bajo la influencia del narcotráfico fue la devastadora consecuencia de la violencia y la intimidación", señala el comité en su informe "Ataques a la Prensa 2010".
El documento agrega que cada vez es más común que los periodistas sean amedrentados por las bandas del narcotráfico.
"Quizás no haya lugar donde esto sea más evidente que en México, en donde el derramamiento de sangre vinculado al narcotráfico ha alcanzado miles de vidas, incluyendo las de muchos periodistas.
"Cuando eso ya no sea suficiente, acribillar a tiros las oficinas de los medios agregará un poco más de énfasis", señala el periodista Riz Khan, de la cadena Al Jazeera, en el prólogo del informe, que será presentado hoy.
El informe incluye también la postura de Silvio Waisbord, profesor asociado y director de programas de la Escuela de Medios y Asuntos Públicos en la Universidad George Washington.
"En México, la censura producto de la violencia está generando un efecto similar a lo que ocurrió en Colombia... el Gobierno no logra garantizar el Estado de Derecho", sostiene.
Agrega que la reciente escalada en casos de censura en la región está vinculada con el abuso gubernamental de recursos legales y regulatorios, por lo que observa "un paralelo entre la censura actual y la que se ejercía en época de las dictaduras".
El resumen correspondiente a México hace énfasis en la autocensura.
"Muchos reporteros en la ciudad más grande (de Tamaulipas), Reynosa, confirmaron al CPJ que el crimen organizado se había apoderado de la Policía y de numerosas funciones municipales, pero que no se atrevían a informar a respecto y el público no sabía que la autoridad había perdido el control de la ciudad.
"A diferencia de Ciudad Juárez, con su escalofriante índice de asesinatos, gran parte del Estado de Tamaulipas había permanecido bastante tranquilo hasta el 2010, cuando estalló la guerra entre cárteles rivales (el Cártel del Golfo y Los Zetas)".
En el documento también se abordan los presuntos atropellos cometidos por elementos de las fuerzas de seguridad federales, especialmente en Michoacán, Sinaloa y Chihuahua, contra periodistas, donde recibían amenazas, los detenían, golpeaban, dañaban sus equipos o les borraban las fotografías.
"Al menos cinco periodistas afirmaron haber sido detenidos y golpeados por miembros de la guardia militar personal del Presidente Calderón afuera del hotel donde debía hablar en Ciudad Juárez en febrero, según informes de prensa", indica.
Para muestra...
El informe del CPJ ejemplifica algunos de los hechos mediante los cuales el crimen organizado "innovó" para amedrentar a los medios de comunicación y sus colaboradores.
"Durante años, habían impuesto la censura sobre las organizaciones de prensa, sobornado o amenazado a periodistas para que escribieran notas favorables y en algunos casos habían intimidado a los medios para que presentaran información tendenciosa y sesgada.
"Pero en 2010, fueron aún más lejos. Obligaron a la prensa a que divulgara al público pura propaganda", señala.
Y da cuenta, entre otros, de un caso registrado en Tamaulipas.
"En Ciudad Victoria, la organización criminal conocida como Los Zetas formó una unidad de relaciones públicas que envió comunicados de prensa por correo electrónico, incluyendo fotografías, a los periódicos locales que publicaron la propaganda por temor, según reporteros locales.
"Los comunicados de prensa fueron presentados como 'notas periodísticas' que mostraban al ejército bajo una luz negativa. Otros comunicados de prensa elogiaban a la Policía local, que según algunos reporteros se hallaba en connivencia con el cártel", destaca.
Recuerda también los ataques con artefactos explosivos a sedes de Televisa en esa misma ciudad y en Monterrey, en agosto, y contra las oficinas de la televisora en Matamoros.
Reforma
15/02/2011
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