Asesinan a dos reconocidos comerciantes en lo que va del año
REFORMA / Redacción
Durango (7 febrero 2011).- Durango inició su tercer año de violencia con muestras evidentes de la afectación de su élite económica pues sólo durante enero fueron secuestrados y encontrados muertos dos empresarios miembros de reconocidas familias duranguenses.
Tan sólo en el primer mes del 2011 la Fiscalía General del Estado contabilizó 87 ejecuciones, mientras en enero del 2010 hubo un total de 83 ejecuciones.
El 2010 cerró con 777 ejecuciones, pero en el 2009 hubo 637 muertes vinculadas al crimen organizado, y en 2008 se contabilizaron 272 ejecutados.
El 19 de enero pasado fue encontrado muerto el reconocido ganadero Francisco Javier Saravia Saravia, quien apenas seis días antes había sido secuestrado, el cuerpo se encontró en la carretera Durango-Zacatecas.
Cuando la comunidad empresarial duranguense se recuperaba de la noticia, el domingo 30 fue encontrado muerto Jorge Arturo Pérez Gavilán León, un empresario forestal originario de Durango, pero que en Mazatlán fue presidente de Coparmex a finales de los 90.
Ambos sucesos enlutaron a dos de las principales familias duranguenses, una dedicada a la ganadería y otra a la explotación forestal, actividades tradicionales en la economía local.
Frente a la escalada de violencia cuya persistencia se prolonga ya por tercer año consecutivo, la población duranguense ha intentado enfrentarla como fue el caso del poblado indígena Tierras Coloradas, en donde una familia enfrentó a 10 sujetos armados y logró abatir al menos a un agresor.
Sin embargo, en escarmiento, dos días después, el 28 de diciembre arribó al poblado un comando de al menos 80 sujetos armados y quemó la mayoría de las viviendas existentes, así como más de dos decenas de vehículos de lo habitantes.
Ante la circunstancia, indígenas de esa población decidieron emigrar a la ciudad de Durango en donde han sido apoyados por colectas organizadas por la Pastoral Social de la Iglesia Católica, y a la fecha algunas familias persisten en su intención por seguir en la capital del Estado.
El 1 de febrero pasado el comerciante Eleuterio Quiñones, de 54 años, se enfrentó a balazos con el asaltante Romualdo Ramírez, en un incidente en donde murió en fuego cruzado un cliente de su negocio.
Mientras que el viernes pasado se presentó un caso más: Leopoldo Valenzuela Escobar, de 62 años, murió baleado al intentar sacar un arma para defenderse y evitar su plagio en el municipio de Nuevo Ideal, a unos 120 kilómetros al norte de esta capital.
El comerciante había denunciado el 26 de enero pasado el secuestro de su hijo y que ya habían realizado el pago del rescate, por lo que pedían la intervención de la autoridad, pero nunca hubo respuesta y su familiar permanece aún desaparecido.
Reforma
07/02/2011
REFORMA / Redacción
Durango (7 febrero 2011).- Durango inició su tercer año de violencia con muestras evidentes de la afectación de su élite económica pues sólo durante enero fueron secuestrados y encontrados muertos dos empresarios miembros de reconocidas familias duranguenses.
Tan sólo en el primer mes del 2011 la Fiscalía General del Estado contabilizó 87 ejecuciones, mientras en enero del 2010 hubo un total de 83 ejecuciones.
El 2010 cerró con 777 ejecuciones, pero en el 2009 hubo 637 muertes vinculadas al crimen organizado, y en 2008 se contabilizaron 272 ejecutados.
El 19 de enero pasado fue encontrado muerto el reconocido ganadero Francisco Javier Saravia Saravia, quien apenas seis días antes había sido secuestrado, el cuerpo se encontró en la carretera Durango-Zacatecas.
Cuando la comunidad empresarial duranguense se recuperaba de la noticia, el domingo 30 fue encontrado muerto Jorge Arturo Pérez Gavilán León, un empresario forestal originario de Durango, pero que en Mazatlán fue presidente de Coparmex a finales de los 90.
Ambos sucesos enlutaron a dos de las principales familias duranguenses, una dedicada a la ganadería y otra a la explotación forestal, actividades tradicionales en la economía local.
Frente a la escalada de violencia cuya persistencia se prolonga ya por tercer año consecutivo, la población duranguense ha intentado enfrentarla como fue el caso del poblado indígena Tierras Coloradas, en donde una familia enfrentó a 10 sujetos armados y logró abatir al menos a un agresor.
Sin embargo, en escarmiento, dos días después, el 28 de diciembre arribó al poblado un comando de al menos 80 sujetos armados y quemó la mayoría de las viviendas existentes, así como más de dos decenas de vehículos de lo habitantes.
Ante la circunstancia, indígenas de esa población decidieron emigrar a la ciudad de Durango en donde han sido apoyados por colectas organizadas por la Pastoral Social de la Iglesia Católica, y a la fecha algunas familias persisten en su intención por seguir en la capital del Estado.
El 1 de febrero pasado el comerciante Eleuterio Quiñones, de 54 años, se enfrentó a balazos con el asaltante Romualdo Ramírez, en un incidente en donde murió en fuego cruzado un cliente de su negocio.
Mientras que el viernes pasado se presentó un caso más: Leopoldo Valenzuela Escobar, de 62 años, murió baleado al intentar sacar un arma para defenderse y evitar su plagio en el municipio de Nuevo Ideal, a unos 120 kilómetros al norte de esta capital.
El comerciante había denunciado el 26 de enero pasado el secuestro de su hijo y que ya habían realizado el pago del rescate, por lo que pedían la intervención de la autoridad, pero nunca hubo respuesta y su familiar permanece aún desaparecido.
Reforma
07/02/2011
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