Se enorgullece Félix Fuentes de ser reportero porque esta profesión, afirma, permite conocer al ser humano en sus grandezas y m...
Puesto a la defensiva por la creciente devastación nacional, el gobierno de Felipe Calderón ha tomado la ruta de soslayar, desmentir y negar culpas de muertos y secuestrados, además de echarse encima el problema de inmigrantes procedentes de Centroamérica.
El primer mandatario declaró que los delincuentes son los únicos responsables de las miles de ejecuciones. Así decide lavarse las manos sobre los torrentes de sangre que corren por la república.
A los micrófonos es enviado constantemente el vocero de Seguridad Nacional, Alejandro Poiré, quien el lunes pasado elevó su tono para refutar a la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) en torno a la cifra de 10 mil inmigrantes secuestrados.
Dicha Comisión dijo que su información está basada en testimonios de las víctimas, logrados en dos mil 500 visitas a estaciones migratorias, casas y albergues, todo lo cual consta en actas, incluso las 214 capturas colectivas de indocumentados.
Poiré alegó que las cifras de la CNDH no son coincidentes con las del gobierno, en particular en materia de denuncias. O sea, lejos de investigar se concreta a sumar las quejas, las más formuladas en el Instituto Nacional de Migración, aparato burocrático bueno para nada.
Del INM fue despedida la panista Cecilia Romero tras el fusilamiento de 72 inmigrantes en San Fernando, Tamaulipas, asunto del que, como otros muchos, nada aclaró. En premio, hoy es secretaria general de su partido.
Por falta de empleos y pobreza en los países centroamericanos –como sucede en México-, la migración aumenta a través de fronteras con Guatemala y Belice. Todos quieren llegar a Estados Unidos a lo largo de nuestro territorio y al gobierno calderonista le exigen de dentro y fuera de México protección para ellos.
¿Qué va a hacer el Presidente? ¿Custodiarlos hasta la mitad del camino? Esto sucede por mantener en el abandono a las fronteras del Sureste, sin exigir visas a nadie. ¿De esto tampoco es responsable el calderonismo?
Porque a juicio del vocero Poiré, en México todo marcha viento en popa. Presume que 51% de los capos fueron detenidos (19 entre los principales) y centra lo peor del narcotráfico en Chihuahua, Sinaloa y Tamaulipas. Los mencionó en ese orden, sin contar a Nuevo León, Baja California, Durango, Michoacán, Morelos y Guerrero, entre otros.
Se ufanó el turbado Poiré (le cuesta trabajo hilar dos frases), de que en Nuevo León ha disminuido el número de ejecutados. Debiera darse una vuelta por Monterrey, donde la gente vive azorada.
Es falso que los delincuentes solamente se maten entre sí. Hoy balacean desde las camionetas robadas a pacíficos conductores o transeúntes, como sucedió en el municipio de Santiago, Nuevo León, donde dos individuos fueron muertos y otros resultaron heridos.
Y la muerte de mafiosos, verbigracia la de Arturo Beltrán Leyva, o capturas como la de “La Barbie” no disminuyen las matanzas. Los herederos de ambos asesinaron a 29 el pasado día 8 en Acapulco, habiendo decapitado a 15.
La misma banda de los Beltrán ultimaron al alcalde de Temac, Morelos, Abraham Ortiz, el segundo en los primeros 14 días del año.
Ah, pero según las cuentas de Poiré, no es alarmante que en los primeros 10 días de enero del 2010 hayan sido ejecutadas 298 personas y en el mismo lapso del 2011 se tenga la cifrata fatal de 326 víctimas.
Asombra, en este cuadro de horror, que aún haya quienes justifican el desempeño calderonista.
El primer mandatario declaró que los delincuentes son los únicos responsables de las miles de ejecuciones. Así decide lavarse las manos sobre los torrentes de sangre que corren por la república.
A los micrófonos es enviado constantemente el vocero de Seguridad Nacional, Alejandro Poiré, quien el lunes pasado elevó su tono para refutar a la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) en torno a la cifra de 10 mil inmigrantes secuestrados.
Dicha Comisión dijo que su información está basada en testimonios de las víctimas, logrados en dos mil 500 visitas a estaciones migratorias, casas y albergues, todo lo cual consta en actas, incluso las 214 capturas colectivas de indocumentados.
Poiré alegó que las cifras de la CNDH no son coincidentes con las del gobierno, en particular en materia de denuncias. O sea, lejos de investigar se concreta a sumar las quejas, las más formuladas en el Instituto Nacional de Migración, aparato burocrático bueno para nada.
Del INM fue despedida la panista Cecilia Romero tras el fusilamiento de 72 inmigrantes en San Fernando, Tamaulipas, asunto del que, como otros muchos, nada aclaró. En premio, hoy es secretaria general de su partido.
Por falta de empleos y pobreza en los países centroamericanos –como sucede en México-, la migración aumenta a través de fronteras con Guatemala y Belice. Todos quieren llegar a Estados Unidos a lo largo de nuestro territorio y al gobierno calderonista le exigen de dentro y fuera de México protección para ellos.
¿Qué va a hacer el Presidente? ¿Custodiarlos hasta la mitad del camino? Esto sucede por mantener en el abandono a las fronteras del Sureste, sin exigir visas a nadie. ¿De esto tampoco es responsable el calderonismo?
Porque a juicio del vocero Poiré, en México todo marcha viento en popa. Presume que 51% de los capos fueron detenidos (19 entre los principales) y centra lo peor del narcotráfico en Chihuahua, Sinaloa y Tamaulipas. Los mencionó en ese orden, sin contar a Nuevo León, Baja California, Durango, Michoacán, Morelos y Guerrero, entre otros.
Se ufanó el turbado Poiré (le cuesta trabajo hilar dos frases), de que en Nuevo León ha disminuido el número de ejecutados. Debiera darse una vuelta por Monterrey, donde la gente vive azorada.
Es falso que los delincuentes solamente se maten entre sí. Hoy balacean desde las camionetas robadas a pacíficos conductores o transeúntes, como sucedió en el municipio de Santiago, Nuevo León, donde dos individuos fueron muertos y otros resultaron heridos.
Y la muerte de mafiosos, verbigracia la de Arturo Beltrán Leyva, o capturas como la de “La Barbie” no disminuyen las matanzas. Los herederos de ambos asesinaron a 29 el pasado día 8 en Acapulco, habiendo decapitado a 15.
La misma banda de los Beltrán ultimaron al alcalde de Temac, Morelos, Abraham Ortiz, el segundo en los primeros 14 días del año.
Ah, pero según las cuentas de Poiré, no es alarmante que en los primeros 10 días de enero del 2010 hayan sido ejecutadas 298 personas y en el mismo lapso del 2011 se tenga la cifrata fatal de 326 víctimas.
Asombra, en este cuadro de horror, que aún haya quienes justifican el desempeño calderonista.
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