Luego de la muerte de Arturo Beltrán Leyva en diciembre de 2009, la violencia se disparó en Guerrero, territorio que hoy se disputan varios cárteles de la droga. La inseguridad ahora es generalizada y afecta incluso el ámbito de la política. Las ejecuciones y agresiones contra integrantes de los partidos en pugna, entre ellos el brutal ataque a Guillermo Sánchez Nava –representante de la coalición opositora Guerrero nos Une ante el órgano electoral del estado–, es la muestra más palpable de la descomposición política y social que afecta a la entidad
Domingo, 16 de Enero de 2011
EZEQUIEL FLORES CONTRERAS
ACAPULCO, GRO.- En dos semanas más los guerrerenses acudirán a las urnas para votar por gobernador, y lo harán en medio de un clima de inseguridad generalizada. En la entidad se vive por igual la creciente violencia de los grupos delincuenciales que la tensión provocada por los partidos políticos y la crisis que afecta la economía de este destino turístico.
Las ejecuciones, secuestros y desapariciones son una constante. A ello se suma las balaceras y extorsiones –conocidas como narcocuotas– que envuelven ya las principales ciudades de estado. Hoy, este puerto y la capital, Chilpancingo, parecen territorios sin ley donde la población se encuentra sumida en el terror a causa de la indefensión.
De acuerdo con la Secretaría de Seguridad Pública estatal, durante 2010 se registraron más de 800 asesinatos vinculados al crimen organizado, la mayoría en esta ciudad. Y en los primeros 15 días de enero se documentaron más de 70 ejecuciones; el puerto vuelve al primer lugar en la estadística criminal.
Y en el ámbito de la política, la agresión de presuntos brigadistas del PRI, la noche del martes 11, a Guillermo Sánchez Nava, representante de la coalición Guerrero nos Une, conformada por el PRD, Convergencia y el PT, ante el Instituto Electoral del Estado de Guerrero (IEEG), concitó el repudio generalizado. Los agresores le provocaron un derrame cerebral, lo que crispó aún más el ambiente de las campañas, plagadas de agresiones verbales desde el principio.
El viernes 7, días antes del ataque a Sánchez Nava, el gobernador Zeferino Torreblanca Galindo anunció que solicitaría el apoyo de las fuerzas federales para que permanezcan en la entidad "antes, durante y después (de los comicios del domingo 30)".
La respuesta del narco llegó de inmediato. Entre ese día y el domingo 9 fueron ejecutadas 30 personas. Sus cuerpos aparecieron en centros comerciales y zonas públicas del puerto; algunos fueron decapitados, otros aparecieron colgados en distintas zonas de la ciudad. Los autores dejaron mensajes supuestamente firmados por Joaquín El Chapo Guzmán.
DISPUTAN CONTROL
Uno de los asesinados era el comandante de la Policía Ministerial, Emmanuel Radilla Hernández, encargado del área de recuperación de vehículos de la fiscalía local. Iba acompañado de su escolta cuando fue atacado frente al centro comercial La Gran Plaza, sobre la avenida costera Miguel Alemán. Radilla había recibido presuntos narcomensajes en los que se le acusaba de tener nexos con uno de los cárteles de la droga que operan en el estado.
La violencia entre las organizaciones criminales se agudizó a raíz de la muerte de Arturo Beltrán Leyva, El Jefe de jefes, ejecutado en Cuernavaca por infantes de marina en diciembre de 2009. Hoy, varios grupos se disputan el control del corredor Acapulco-Cuernavaca. Los ajustes de cuentas son cotidianos; no hubo tregua durante el periodo vacacional navideño.
Y aun cuando el presidente Felipe Calderón y su familia decidieron pasar aquí la Navidad y el Año Nuevo, estuvieron resguardados en una residencia ubicada dentro de la sede de la Octava Zona Naval, cerca de la colonia Icacos, la imagen internacional de este destino turístico comienza a deteriorarse debido a la violencia, como informó este semanario en diciembre pasado.
El lunes 10 el secretario técnico del Consejo de Seguridad Nacional, Alejandro Poiré, habló de la "inacción" de las autoridades estatales ante la violencia incontrolable de los grupos delincuenciales.
Desde la Ciudad de México, el funcionario declaró: "Es lamentable lo que ha ocurrido en los alrededores de la ciudad de Acapulco en los últimos días, pero es un ejemplo claro de que la violencia se origina por la lucha entre las organizaciones criminales y por la inacción, también hay que decirlo, de las autoridades locales".
De acuerdo con Poiré, la ola de violencia que se vive en Guerrero, particularmente en Acapulco, "es consecuencia de la lucha intestina" entre las organizaciones criminales vinculadas al cártel que encabeza "El Chapo" Guzmán.
LA VIOLENCIA VERBAL
Entre el martes 11 y el viernes 14 arribaron a esta ciudad alrededor de 100 policías federales, así como un grupo especial de la Armada que suele acompañar a los agentes de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO). A partir de entonces, son ellos lo que coordinan la logística, por encima incluso de las corporaciones policiacas locales y las tropas del Ejército.
Desde el hotel donde se hospedan, cercano a la zona turística de Caleta, los federales hacen recorridos periódicos sobre la costera. Los marinos y los agentes de la SIEDO se alojan en un edificio del condominio Las Torres Gemelas, ubicado en plena costera; ellos se encargan de los cateos y detenciones en la zona rural y suburbana del puerto.
El martes 11, por ejemplo, irrumpieron en la sede de la Secretaría de Seguridad Pública y Vialidad de Acapulco en busca del titular de la Policía Vial, Marcos Román Bahena porque, según empleados consultados por el reportero, ahí se expiden permisos para la circulación de vehículos lujosos de dudosa procedencia.
Sin embargo, el secretario de Seguridad Pública y Protección Civil en el puerto, Paulino Vargas, declaró a los reporteros locales que los infantes de Marina en realidad visitaron la corporación para coordinar sus acciones con las autoridades del puerto.
Pero aun con la presencia de fuerzas federales, la escalada de violencia no cede. La semana pasada fueron ejecutados al menos seis hombres, entre ellos Miguel García Carmona, custodio del penal de Las Cruces, quien fue decapitado.
El cadáver fue encontrado la tarde del jueves 13 en un auto abandonado sobre el bulevar Vicente Guerrero con mensajes dirigidos al subsecretario de Readaptación Social, Ángel García García, y al director de Régimen Penitenciario, Alejandro Segovia Ríos.
Uno decía: "Esto le va a pasar a todos los custodios que apoyen a Betito y sigues tú, director del penal García García y Segovia, por andar haciendo mamadas en el penal"; en otro aparecía la leyenda: "Tenemos a todos los custodios ubicados por andar haciéndole mamadas a las familias de los presos del cártel más pesado".
La guerra que libran los grupos criminales por el control de las zonas de producción, trasiego, acopio y venta de drogas al menudeo ha desdibujado las campañas electorales iniciadas el 3 de noviembre. De hecho ya alcanzó a los equipos de campaña de Ángel Aguirre Rivero, de la coalición Guerrero nos Une, y de Manuel Añorve Baños, quien es impulsado por la alianza Tiempos Mejores para Guerrero, conformada por PRI, PVEM y Panal.
BAJO FUEGO
El 21 de octubre, semanas antes de que arrancara el proceso electoral, Antonio Valdez Andrade, líder de los comerciantes ambulantes y coordinador de la campaña de Manuel Añorve, fue ejecutado junto con tres personas más.
Los cadáveres fueron localizados en el basurero del poblado El Bejuco, sobre la carretera federal Acapulco-Pinotepa Nacional. Tenían un narcomensaje en el que se les acusaba de pertenecer a la estructura de la organización de La Barbie.
Semanas después, el 12 de noviembre, en las inmediaciones del poblado Las Plazuelas, en la zona rural de Acapulco, fue ejecutado el transportista Evaristo Carvajal Vega, promotor de la campaña del ex priísta Ángel Aguirre; también se le vinculó con La Barbie. Los responsables de los crímenes no han sido detenidos.
Aguirre y Añorve no se han pronunciado al respecto. Ambos recorren la entidad a bordo de unidades blindadas y equipos de seguridad propios. El candidato del PAN, Marcos Parra, hace su campaña acompañado por un grupo de policías estatales que le proporcionó el gobernador Zeferino Torreblanca y utiliza una camioneta blindada.
Sin embargo, la violencia electoral llegó a su clímax la noche del martes 11, cuando Guillermo Sánchez Nava fue atacado a golpes en Chilpancingo. Los perredistas insisten que las autoridades deben investigar a los seguidores de Añorve.
Ese día, Sánchez Nava, fundador del PRD en la entidad, recibió una llamada alrededor de las 23:30 horas. Su interlocutor le comunicó que un grupo de priístas estaba destruyendo la propaganda de Aguirre Rivero. De inmediato se desplazó a la avenida del río Huacapa, entre la sede del Poder Ejecutivo y el Instituto Tecnológico de Chilpancingo. Iba solo.
Cuando el perredista increpó a un grupo de presuntos priístas, éstos comenzaron a golpearlo hasta dejarlo inconsciente; también destrozaron su auto, declaró al día siguiente el ex presidente estatal del PRD Octaviano Santiago Dionicio en una conferencia organizada en Acapulco.
Su correligionario, el diputado local Sebastián de la Rosa Peláez, tuvo que solicitar licencia al Congreso local para asumir la representación de la coalición que impulsa a Aguirre ante el órgano electoral.
GUERRA DE DECLARACIONES
El jueves 13, el coordinador de la campaña de Aguirre, Jesús Zambrano, responsabilizó al PRI de la agresión y sostuvo que las encuestas les dan un ventaja de entre el 5 y 6% frente a Añorve Baños, lo que tiene desesperado al tricolor.
Zambrano también expresó sus "dudas" sobre la actuación del gobernador Zeferino Torreblanca Galindo en torno al "acto criminal" que sufrió Sánchez Nava. El motivo: hasta la fecha la Procuraduría General de Justicia estatal no ha resuelto los crímenes de al menos una treintena de perredistas cometidos de 2005 a la fecha, entre ellos el de Armando Chavarría Barrera, presidente del Congreso local y aspirante a la gubernatura, ocurrido en 2009, dijo Zambrano.
Y agregó: "El gobierno del estado, a través de la procuraduría local, tendrá que demostrar con hechos que está dispuesto a dar con el fondo de los hechos o nadar de a muertito".
El lunes 10, el presidente nacional del PRD, Jesús Ortega; el jefe de gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, y el coordinador de los diputados perredistas en San Lázaro, Alejandro Encinas, denunciaron en diversos actos en la entidad que el mandatario mexiquense, Enrique Peña Nieto, envió a Guerrero a "operadores electorales" con el propósito de denigrar la imagen de Aguirre Rivero e inhibir las votaciones del domingo 30.
Al día siguiente, el candidato priísta Manuel Añorve acusó a Marcelo Ebrard de implementar "una estrategia de miedo y violencia" en Guerrero. Dijo incluso que "decenas de trabajadores sindicalizados del gobierno del Distrito Federal" se hospedaban en un hotel de Puerto Marqués.
Ese mismo martes 11 por la noche fue atacado el representante perredista. El dirigente del PRI en el estado, Efrén Leyva Acevedo, declaró que los simpatizantes de su partido no estaban implicados en el ataque a Sánchez Nava. (APRO)
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