La artista afroespañola fusiona coplas, rancheras y ritmos afrocubanos en su más reciente disco El Ultimo trago, en honor a la mujer leyenda de la música latinoamericana.
Afp Publicado: 03/11/2009 13:09
París. La artista afroespañola Concha Buika, que se presentará el jueves en México y días después en París, rinde tributo en su último disco a una de las leyendas de la música de América Latina, Chavela Vargas, que "sigue siendo, a sus 90 años, una guerrera".
El Ultimo trago -que fusiona coplas, rancheras y ritmos afrocubanos- es "un homenaje a una musa del cante, Chavela Vargas", subrayó Buika en entrevista en la que mezcló recuerdos de su infancia en Mallorca, donde creció en un barrio de gitanos, y evocó pasiones, no sólo musicales.
Buika, hija de emigrantes de Guinea Ecuatorial, subrayó que la legendaria cantante de rancheras -que nació en Costa Rica en 1919 pero vivió casi toda su vida en México- "es grandiosa, también por la manera que tiene de vivir a través de su cante".
"¡Y qué carácter tiene Chavela! A sus 90 años, ella sigue allí, guerrera como siempre", se exclamó Buika, también llamada Niña de Fuego, por el título de su penúltimo disco, que fue nominado a los premios Grammy en 2008 como el mejor cedé del año.
Contó que la idea de El Ultimo Trago -en el que está acompañada en el piano por el compositor y pianista cubano Jesús Chucho Valdés- surgió una "noche, rociada de mucho ron, en que estaban (el cineasta español) Pedro Almodóvar, el maestro Bebo Valdez, padre de Chucho, y el productor Javier Limón".
"Creo que cuando se les acabó el ron, dejaron de fantasmear sobre el disco y nos llamaron", recuerda entre risas Buika.
La cantante se dice la hija negra de Chavela Vargas, quien era un ídolo en América Latina desde los años 50 y 60, pero que fue sólo hasta que Almodóvar le pidió una canción para su filme Tacones Lejanos (1991) que se volvió conocida en el mundo entero.
"Chavela me ha adoptado, me dice 'mi hija la negra'. Tenemos una relación muy entrañable, algo muy cálido que a mí me alimenta mucho", cuenta Buika, recalcando que Chavela es una de esas grandes artistas "que usan el arte como ejercicio catártico".
"Vive el cante como religión, como ente para entender las cosas que nos pasan. Su cante cuenta historias, pone una nota musical a la verdad. Es muy profundo, muy personal. Y no tiene nada que ver con el show business que domina ahora el mundo de la música y el espectáculo", asegura.
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