México registra más de 25 mil defunciones al año por este mal; además de que un millón 200 mil personas son portadoras del virus de la Hepatitis C
Redacción El Universal
Ciudad de México Domingo
22 de noviembre de 2009 17:33
La cirrosis hepática y sus complicaciones son un problema de salud pública en México, porque afectan especialmente a la población edad productiva y es una de las principales causas de mortalidad general, informó el boletín del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
El IMSS comunicó que al año en México se registran más de 25 mil defunciones por cirrosis hepática, lo que representa una de las principales causas de mortalidad general; además de que un millón 200 mil personas son portadoras del virus de la hepatitis C.
La doctora Yolanda Zamorano Orozco del servicio de Gastroenterología del Hospital General Regional (HGR) No.1 Doctor Carlos Mac Gregor Sánchez Navarro explicó que la cirrosis es una alteración celular del hígado, donde el tejido es reemplazado por uno fibroso. Agregó que la enfermedad es irreversible, no hay cura ni forma de devolverle a esta glándula su funcionamiento normal.
Sus principales causas, recalcó la gastroenteróloga del IMSS, son: alcoholismo y cualquier otro padecimiento crónico del hígado derivado del virus C de la hepatitis.
El hígado es esencial para mantener el funcionamiento equilibrado del organismo, porque funciona como un filtro que remueve o neutraliza sustancias dañinas de la sangre, produce agentes inmunes para el control de las infecciones, desecha gérmenes y bacterias, fabrica proteínas que regulan la coagulación de la sangre y produce bilis para ayudar en la absorción de grasas y vitaminas, detalló la especialista.
Explicó que cuando las células sanas son reemplazadas por tejido fibroso, comienzan las alteraciones en las funciones del hígado; entonces se manifiestan el cansancio extremo, la pérdida del apetito y peso, náuseas y dolor abdominal.
La doctora añadió que la orina se oscurece mientras que las heces fecales se vuelven blanquecinas. Mencionó que el signo más evidente es la coloración amarilla en piel y ojos (ictericia) del paciente.
Yolanda Zamorano declaró que la condición irreversible de la cirrosis obliga a los pacientes a someterse a una vigilancia médica periódica para identificar complicaciones a mediano y largo plazos.
Señaló que los especialistas del IMSS realizan pruebas de funcionamiento hepático, de coagulación y análisis endoscópicos a los enfermos como previsión de un probable agravamiento de la enfermedad, como la hipertensión portal que conlleva a la aparición de insuficiencia hepática.La hipertensión portal es un mal donde el aumento de la presión dentro del hígado ocasiona la inflamación de los vasos sanguíneos del estómago y esófago, los cuales sufren un alto riesgo de ruptura que causaría una grave hemorragia, informó la especialista del IMSS.De igual forma, recomendó a los enfermos una dieta baja en sal, a fin de no retener líquidos que podrían causar una falla renal.La doctora Yolanda Zamorano Orozco hizo un llamado a la población en general a evitar el consumo elevado de alcohol que, cuando se combina con factores como sobrepeso, obesidad o diabetes, elevan considerablemente el riesgo de padecer cirrosis hepática.
La cirrosis hepática y sus complicaciones son un problema de salud pública en México, porque afectan especialmente a la población edad productiva y es una de las principales causas de mortalidad general, informó el boletín del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
El IMSS comunicó que al año en México se registran más de 25 mil defunciones por cirrosis hepática, lo que representa una de las principales causas de mortalidad general; además de que un millón 200 mil personas son portadoras del virus de la hepatitis C.
La doctora Yolanda Zamorano Orozco del servicio de Gastroenterología del Hospital General Regional (HGR) No.1 Doctor Carlos Mac Gregor Sánchez Navarro explicó que la cirrosis es una alteración celular del hígado, donde el tejido es reemplazado por uno fibroso. Agregó que la enfermedad es irreversible, no hay cura ni forma de devolverle a esta glándula su funcionamiento normal.
Sus principales causas, recalcó la gastroenteróloga del IMSS, son: alcoholismo y cualquier otro padecimiento crónico del hígado derivado del virus C de la hepatitis.
El hígado es esencial para mantener el funcionamiento equilibrado del organismo, porque funciona como un filtro que remueve o neutraliza sustancias dañinas de la sangre, produce agentes inmunes para el control de las infecciones, desecha gérmenes y bacterias, fabrica proteínas que regulan la coagulación de la sangre y produce bilis para ayudar en la absorción de grasas y vitaminas, detalló la especialista.
Explicó que cuando las células sanas son reemplazadas por tejido fibroso, comienzan las alteraciones en las funciones del hígado; entonces se manifiestan el cansancio extremo, la pérdida del apetito y peso, náuseas y dolor abdominal.
La doctora añadió que la orina se oscurece mientras que las heces fecales se vuelven blanquecinas. Mencionó que el signo más evidente es la coloración amarilla en piel y ojos (ictericia) del paciente.
Yolanda Zamorano declaró que la condición irreversible de la cirrosis obliga a los pacientes a someterse a una vigilancia médica periódica para identificar complicaciones a mediano y largo plazos.
Señaló que los especialistas del IMSS realizan pruebas de funcionamiento hepático, de coagulación y análisis endoscópicos a los enfermos como previsión de un probable agravamiento de la enfermedad, como la hipertensión portal que conlleva a la aparición de insuficiencia hepática.La hipertensión portal es un mal donde el aumento de la presión dentro del hígado ocasiona la inflamación de los vasos sanguíneos del estómago y esófago, los cuales sufren un alto riesgo de ruptura que causaría una grave hemorragia, informó la especialista del IMSS.De igual forma, recomendó a los enfermos una dieta baja en sal, a fin de no retener líquidos que podrían causar una falla renal.La doctora Yolanda Zamorano Orozco hizo un llamado a la población en general a evitar el consumo elevado de alcohol que, cuando se combina con factores como sobrepeso, obesidad o diabetes, elevan considerablemente el riesgo de padecer cirrosis hepática.
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