domingo, 12 de octubre de 2008

Tornel, un nuevo intento de charrazo

Arturo Alcalde Justiniani


Como si el tiempo no hubiera pasado, 15 años después del conflicto laboral que dejó 600 despedidos, nuevamente la Compañía Hulera Tornel pretende imponer una directiva sindical a su gusto. Esta vez alega que los nuevos dueños han ordenado operar las plantas con un sindicato controlado por la Confederación de Trabajadores de México (CTM). Los empleados recibían esta absurda información al mismo tiempo que la propia empresa promovía una convocatoria con las siglas de la CTM para celebrar una supuesta asamblea general extraordinaria, citada para el viernes 17 de octubre a las 9 horas en las oficinas de esta central, con el objetivo explícito de sustituir a la actual representación sindical democrática. Suscribe la convocatoria Fortino de Jesús del Olmo Hernández, quien se ostenta como representante legal de la sección 15 de la CTM. Los trabajadores no conocen a esta persona que supuestamente habla por ellos y, por otro lado, su sindicato ya no forma parte de esa central obrera. La maniobra resulta evidente: se pretende dar un charrazo al viejo estilo, inventar artificialmente una asamblea, imponer una representación sometida a la empresa y nulificar la contratación colectiva. Por esto no va a ser fácil; la inmensa mayoría de los trabajadores saben lo que significaría volver a la CTM, han decidido defender su sindicato democrático y la dirigencia elegida por ellos, la cual incluso fue certificada por inspectores de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social el pasado 24 de agosto.

En México operan cinco empresas productoras de llantas. Tornel, que cuenta con mil 300 trabajadores y cuatro plantas –una en Tultitlán, dos en Azcapotzalco y una más en Tacuba–, es una antigua empresa mexicana fundada en 1933 por Armando Tornel; produce 6.6 millones de neumáticos al año, encabezando con 25 por ciento la venta nacional en el mercado de llantas para camión y autobús. Continental Llantera Potosina emplea a 780 trabajadores, afiliados a un sindicato democrático que hace poco ha dado ejemplo de una relación responsable y productiva, concretamente con la firma de un convenio de adecuación de condiciones de trabajo a los retos de la competencia internacional. Michelin, con 600 trabajadores; Firestone, con 800, y Cooperativa TRADOC (antes Euzkadi), con 587 socios en su planta de El Salto, Jalisco.

Tornel decidió vender su propiedad accionaria a una empresa india, JK Tyre, la más importante de la JK Organization, emporio de la familia Singhania, encabezado por el señor Hari Shankar Singhania, fundado hace más de 100 años; exporta a 65 países en el mundo y emplea a más de 50 mil trabajadores, siendo el fabricante más grande de neumáticos en ese país. La adquisición de Tornel es su primera incursión con inversión directa en el extranjero, si bien existen plantas que utilizan su marca en China y Vietnam.

Las empresas llanteras están reguladas por el contrato ley de la industria del hule, del que se avecina su revisión integral; el camino correcto para este proceso es un diálogo transparente entre empresarios y trabajadores.

Michelin optó por un camino singular: hace siete años cerró la planta con la marca Uniroyal en Querétaro y con su nueva denominación escogió a la CTM para sustraerse del contrato ley, nulificar la vigencia de la Ley Federal del Trabajo y la competencia de la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje, firmando un contrato colectivo, como si no fuera empresa llantera, ante la Junta Local de Conciliación y Arbitraje de Querétaro. Este pacto de tan sólo nueve artículos autoriza a la empresa a fijar de forma unilateral las precarias condiciones de trabajo. Su cláusula novena llega al extremo de comprometer a la CTM a no ejercitar el derecho de huelga si la empresa no se lo autoriza previamente. El texto es el siguiente: “Las partes convienen en que antes de ejercitar cualquier acción jurídica ante los tribunales competentes, incluyendo el ejercicio del derecho de huelga, primeramente someterán sus diferencias a un árbitro, que será elegido en forma conjunta y quien deberá resolver el conflicto respectivo. Estando de acuerdo las partes en que de no ejercitarse dicho arbitraje bastará con hacer valer el contenido de esta cláusula ante el tribunal respectivo para que suspenda la acción ejercitada hasta que se desahogue el arbitraje respectivo”. De un plumazo suprimen el orden constitucional y legal vigentes, pues con este absurdo arbitraje bastaría que la empresa se negara a designar árbitro para que los empleados no tuvieran defensa alguna. Este es el esquema que la CTM ofrece imponer en Tornel.

JK Tyre esta involucrándose en una peligrosa aventura producto de consejos equivocados. Los trabajadores de esta empresa han aprendido a defenderse y han logrado nulificar otros intentos de charrazos cetemistas. De nada servirán los 5 mil pesos que ofrecen a cada trabajador para que asistan a la asamblea de la CTM, ni los 600 pesos semanales que le pagan a su grupo promotor; tampoco la estrategia de la directiva de Personal de ignorar a la representación democrática encabezada por Alfredo Rodríguez Morales. La distribución de la convocatoria a través de empleados de confianza, las agresiones y amenazas de grupos de choque y las facilidades otorgadas a la CTM para realizar la asamblea en un día hábil no serán suficientes para doblegar la voluntad de los trabajadores, quienes saben muy bien que en la defensa de su sindicato está cifrado su futuro personal y familiar.

Los nuevos inversionistas de Tornel deben comprender que hay un marco legal nacional e internacional al que deben sujetarse, que incluye el derecho de los trabajadores a organizarse autónomamente, que no deben intervenir en la vida interna de un gremio y que la concertación responsable es el mejor camino para lograr un modelo de relaciones de trabajo productivo y de beneficios compartidos.
La Jornada 11/10/08

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