■ Los programas, inútiles y excluyentes, afirma investigador de Politécnico
■ Presenta hoy el consejo nacional la Evaluación de la política de desarrollo social
■ Presenta hoy el consejo nacional la Evaluación de la política de desarrollo social
Angélica Enciso L.
Entre 1984 y 2008 se han destinado aproximadamente 200 mil millones de dólares para atacar la pobreza en el país; sin embargo, el número de pobres aumentó de 38.8 por ciento –29.8 millones de personas– a 74.3 puntos porcentuales –78.1 millones–, indican análisis de expertos previo a la presentación, este día, del balance de la política de desarrollo social por parte del Consejo Nacional de Evaluación, señaló Genaro Aguilar Gutiérrez, investigador del Instituto Politécnico Nacional (IPN).
Precisó que la situación más grave se presenta en la población en extrema pobreza, la cual pasó de 4.8 por ciento –3.8 millones de personas– a 17 por ciento –8 millones.
Consideró que “de nada ha servido invertir en los programas Progresa, Oportunidades o para Adultos Mayores”. No es novedad, manifestó, que las políticas y los programas sociales en México no tengan resultados trascendentes. Las cifras que presenta este especialista en el estudio Política social actual en el mundo, difiere, por el método de medición, de la que maneja el gobierno federal, el cual estima que hay 44.7 millones de personas en pobreza.
Aguilar Gutiérrez indicó que los programas sociales son excluyentes, y uno de los más importantes, Oportunidades, “deja fuera a los más pobres de entre los pobres”, ya que cada familia debe llevar regularmente a sus hijos a la escuela y a los servicios de salud, pero un indígena que vive en una comunidad apartada, donde no hay escuela ni hospitales, no es sujeto de obtener esos apoyos.
Los programas sociales, tanto federales como estatales, “tienen en común la falta de recursos para atender a todos los pobres, por eso tarde o temprano son excluyentes”. Quienes ejecutan los programas, aseveró, “tienen una severa restricción presupuestaria y están dedicados, por tanto, a administrar la miseria de un Estado descapitalizado, cuyas prioridades son de otra naturaleza”.
Recordó cómo, a pesar de que asegura que no hay recursos, el gobierno federal, por conducto del Banco de México, inyectó al mercado aproximadamente 13 mil millones de dólares, más de lo que se invierte en un año en políticas sociales en todo el país.
La semana pasada, Carlos Brambila, del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, al participar en el seminario Las concepciones contemporáneas de la pobreza, en el Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, sostuvo que la inversión del gobierno federal en infraestructura no ha dado resultados, por la incapacidad del propio gobierno para orientar esos trabajos. Afirmó que varios estudios revelan que sólo 10 por ciento de los municipios tiene personal capacitado para planeación urbana y regional.
Explicó que no son los individuos más pobres los que emigran a Estados Unidos, ya que cada persona requiere de al menos 20 mil pesos para cruzar la frontera y más dinero para subsistir mientras encuentra trabajo, recursos de los que carecen quienes viven en pobreza extrema, aunque se ven beneficiados con ellos, debido a que las remesas son factor determinante para que la gente salga de la miseria, y muchos no han llegado a la pobreza extrema gracias a esos recursos.
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