Carlos Acosta Córdova
MÉXICO, DF, 1 de septiembre (apro).- Un gobierno cada vez más endeudado, que encabeza la etapa con el más alto desempleo de la historia reciente, y al que se le caen los ingresos propios, pese al alza en los impuestos, es lo que revela el apartado económico del IV Informe de Gobierno del presidente Felipe Calderón.
En efecto, de acuerdo con las cifras del Informe, la deuda neta del sector público federal (interna y externa) –que incluye los pasivos del gobierno, las empresas y organismos de control presupuestario directo y de la banca de desarrollo— alcanza este año los niveles más altos de los últimos 15 años: casi 4 billones de pesos, en el primer semestre de este año, equivalentes a 30.2% del Producto Interno Bruto, sólo inferior a 36% del PIB en 1995.
En tan sólo los primeros seis meses de 2010 la deuda neta del sector público aumentó en 121 mil 327 millones de pesos, 3.2% respecto del saldo al final de 2009.
Un dato aún mas relevante es que en el primer año de este gobierno la deuda pública neta era apenas de 17.5% del PIB y ahora es de 30.2% del PIB. Es decir, 1.7 veces más grande. O de otra forma: 71.4% mayor ahora que en 2007.
Y si se descompone la deuda total en sus dos partes –deuda externa y deuda interna—, los datos del Informe son reveladores. Resulta que la deuda externa –la que contrata el gobierno en los mercados globales y con los organismos financieros internacionales-- había venido descendiendo de manera sistemática desde 1995.
En ese año, al fragor de la descomunal crisis del peso (por el "error de diciembre" de 1994), la deuda externa llegó a representar 28.8% del PIB. Año con año bajó, hasta llegar al mínimo de 2.7% del PIB en 2008, el segundo año del gobierno calderonista.
Casi tres años después, al primer semestre de 2010, la deuda externa ya es de 9.3% del PIB, que son poco más de 95 mil millones de dólares, unos 3 mil 344 millones de dólares más que al cierre de 2009.
Pero en relación a su nivel mínimo, en 2008, la deuda externa al primer semestre de este año es 3.4 veces más grande ahora.
Y la deuda interna, la que contrata el gobierno en los mercados locales a través de bonos, Cetes y demás instrumentos financieros, no se diga. Es justo en esta administración que ha alcanzado los niveles más altos desde 1995. Ese año fue de 7.2% del PIB; ahora, al primer semestre, es de 20.9%, que son poco más 2.7 billones de pesos, unos 116 mil millones de pesos más respecto del cierre de 2009.
Casi tres veces más grande ahora que en 1995.
El gobierno de Calderón asumió las riendas del país con una deuda interna de 13.7% del PIB. Y si ahora es de 20.9% del PIB, quiere decir que en la actual administración ha crecido casi 53%.
Desempleo imparable
En las últimas décadas, y hasta el primer semestre de 2008, la tasa de desempleo fluctuaba entre 2 y 4% de la Población Económicamente Activa (PEA).
Este gobierno, cuyo titular prometió en campaña ser el "presidente del empleo", tiene el poco honroso mérito de registrar las más elevadas tasas de desocupación. Nunca, por lo menos en los últimos 15 años, se habían visto tasas superiores a 6%, como en el tercer trimestre de 2009, que implicó que 3 millones de personas estuvieran en el desempleo absoluto.
El informe registra datos hasta junio de este año, mes en que el desempleo tuvo una tasa de 5.52%, casi 2.5 millones de desempleados.
El problema es que, salvo en un par de meses, el desempleo no baja, desde la crisis, de tasas superiores a 5%.
Por supuesto, el Informe no consigna otros indicadores que evidencian con mayor fidelidad el grave problema del trabajo en México, como son la informalidad, la que ya abarca a 12.8 millones de personas, y la subocupación, con más de 4 millones de mexicanos, cuyo ingreso es tan raquítico, apenas para mal comer, que andan a la caza de un segundo o tercer empleo.
Caen ingresos
Aun con las alzas en los impuestos que entraron en vigor este año –IVA, de 15 a 16%; ISR, de 28 a 30%, entre los principales--, el Informe reporta una caída en los ingresos presupuestarios del sector público.
En materia de ingresos petroleros, el alza de los últimos meses en el precio internacional del crudo ha podido compensar la continua baja en la producción nacional de hidrocarburos, ante el declive dramático de Cantarell.
Al cierre del primer semestre de este año, los ingresos petroleros sumaron casi 453 mil millones de pesos, un aumento anual, real, de 9.5%.
Pero los ingresos no petroleros se cayeron en el semestre en -2.8% anual real. Particularmente los ingresos del gobierno federal que se componen de ingresos tributarios y no tributarios, que cayeron -4.1%.
Si bien los ingresos tributarios (lo que se recauda por todos los impuestos), aumentaron 12.1%, los no tributarios (derechos, productos y aprovechamientos, es decir, lo que cobran las dependencias públicas por sus servicios) disminuyeron -64.5%.
A eso hay que agregarle que todas las entidades de control presupuestario directo (organismos y empresas paraestatales) vieron disminuir sus ingresos en casi 9%.
Es decir, pese al alza de impuestos, los ingresos no petroleros siguen cayendo. O también: el petróleo sigue siendo el salvavidas.
Proceso
02/09/2010
MÉXICO, DF, 1 de septiembre (apro).- Un gobierno cada vez más endeudado, que encabeza la etapa con el más alto desempleo de la historia reciente, y al que se le caen los ingresos propios, pese al alza en los impuestos, es lo que revela el apartado económico del IV Informe de Gobierno del presidente Felipe Calderón.
En efecto, de acuerdo con las cifras del Informe, la deuda neta del sector público federal (interna y externa) –que incluye los pasivos del gobierno, las empresas y organismos de control presupuestario directo y de la banca de desarrollo— alcanza este año los niveles más altos de los últimos 15 años: casi 4 billones de pesos, en el primer semestre de este año, equivalentes a 30.2% del Producto Interno Bruto, sólo inferior a 36% del PIB en 1995.
En tan sólo los primeros seis meses de 2010 la deuda neta del sector público aumentó en 121 mil 327 millones de pesos, 3.2% respecto del saldo al final de 2009.
Un dato aún mas relevante es que en el primer año de este gobierno la deuda pública neta era apenas de 17.5% del PIB y ahora es de 30.2% del PIB. Es decir, 1.7 veces más grande. O de otra forma: 71.4% mayor ahora que en 2007.
Y si se descompone la deuda total en sus dos partes –deuda externa y deuda interna—, los datos del Informe son reveladores. Resulta que la deuda externa –la que contrata el gobierno en los mercados globales y con los organismos financieros internacionales-- había venido descendiendo de manera sistemática desde 1995.
En ese año, al fragor de la descomunal crisis del peso (por el "error de diciembre" de 1994), la deuda externa llegó a representar 28.8% del PIB. Año con año bajó, hasta llegar al mínimo de 2.7% del PIB en 2008, el segundo año del gobierno calderonista.
Casi tres años después, al primer semestre de 2010, la deuda externa ya es de 9.3% del PIB, que son poco más de 95 mil millones de dólares, unos 3 mil 344 millones de dólares más que al cierre de 2009.
Pero en relación a su nivel mínimo, en 2008, la deuda externa al primer semestre de este año es 3.4 veces más grande ahora.
Y la deuda interna, la que contrata el gobierno en los mercados locales a través de bonos, Cetes y demás instrumentos financieros, no se diga. Es justo en esta administración que ha alcanzado los niveles más altos desde 1995. Ese año fue de 7.2% del PIB; ahora, al primer semestre, es de 20.9%, que son poco más 2.7 billones de pesos, unos 116 mil millones de pesos más respecto del cierre de 2009.
Casi tres veces más grande ahora que en 1995.
El gobierno de Calderón asumió las riendas del país con una deuda interna de 13.7% del PIB. Y si ahora es de 20.9% del PIB, quiere decir que en la actual administración ha crecido casi 53%.
Desempleo imparable
En las últimas décadas, y hasta el primer semestre de 2008, la tasa de desempleo fluctuaba entre 2 y 4% de la Población Económicamente Activa (PEA).
Este gobierno, cuyo titular prometió en campaña ser el "presidente del empleo", tiene el poco honroso mérito de registrar las más elevadas tasas de desocupación. Nunca, por lo menos en los últimos 15 años, se habían visto tasas superiores a 6%, como en el tercer trimestre de 2009, que implicó que 3 millones de personas estuvieran en el desempleo absoluto.
El informe registra datos hasta junio de este año, mes en que el desempleo tuvo una tasa de 5.52%, casi 2.5 millones de desempleados.
El problema es que, salvo en un par de meses, el desempleo no baja, desde la crisis, de tasas superiores a 5%.
Por supuesto, el Informe no consigna otros indicadores que evidencian con mayor fidelidad el grave problema del trabajo en México, como son la informalidad, la que ya abarca a 12.8 millones de personas, y la subocupación, con más de 4 millones de mexicanos, cuyo ingreso es tan raquítico, apenas para mal comer, que andan a la caza de un segundo o tercer empleo.
Caen ingresos
Aun con las alzas en los impuestos que entraron en vigor este año –IVA, de 15 a 16%; ISR, de 28 a 30%, entre los principales--, el Informe reporta una caída en los ingresos presupuestarios del sector público.
En materia de ingresos petroleros, el alza de los últimos meses en el precio internacional del crudo ha podido compensar la continua baja en la producción nacional de hidrocarburos, ante el declive dramático de Cantarell.
Al cierre del primer semestre de este año, los ingresos petroleros sumaron casi 453 mil millones de pesos, un aumento anual, real, de 9.5%.
Pero los ingresos no petroleros se cayeron en el semestre en -2.8% anual real. Particularmente los ingresos del gobierno federal que se componen de ingresos tributarios y no tributarios, que cayeron -4.1%.
Si bien los ingresos tributarios (lo que se recauda por todos los impuestos), aumentaron 12.1%, los no tributarios (derechos, productos y aprovechamientos, es decir, lo que cobran las dependencias públicas por sus servicios) disminuyeron -64.5%.
A eso hay que agregarle que todas las entidades de control presupuestario directo (organismos y empresas paraestatales) vieron disminuir sus ingresos en casi 9%.
Es decir, pese al alza de impuestos, los ingresos no petroleros siguen cayendo. O también: el petróleo sigue siendo el salvavidas.
Proceso
02/09/2010
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