martes, 7 de septiembre de 2010

El secuestro se triplicó en el país en 5 años

Las denuncias presentadas son sólo una parte de los delitos que padecen los ciudadanos.La CNDH estima que el secuestro tiene una tasa de no denuncia de 75%, lo cual significa que por cada secuestro denunciado existen otros tres

Andrea Merlos El Universal
andrea.merlos@eluniversal.com.mx


En los últimos cinco años, según datos oficiales, el número de secuestros denunciados en México creció 317%, aunque los casos de plagio podrían ser entre tres y 16 veces mayores, si se toman en cuenta estudios sobre la no denuncia del delito —o “cifra negra”— que diversas organizaciones han calculado.

“En 2005 se denunciaron menos de un secuestro por día (0.89); durante los primeros seis meses de 2010 se han denunciado, diariamente, 3.72 delitos de este tipo. Esto siginifica un crecmiento de 317%”, según un estudio realizado por la Cámara de Diputados, a partir de cifras oficiales y de diversas fuentes.

“Sin embargo, las denuncias presentadas son sólo una parte de los delitos que padecen los ciudadanos. Para el periodo 2000-2008 la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), con base en un estudio del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal, estimó que el secuestro tiene una tasa de no denuncia de 75%, lo cual significa que por cada secuestro denunciado existen otros tres que no lo son”, apunta el informe elaborado por el Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (CESOP) de la Cámara de Diputados.

“Existe otro cálculo, aún más pesimista. De acuerdo con el Instituto Ciudadano de Estudios sobre la Inseguridad (ICESI), con base en una encuesta nacional de victimización, en 2007 se cometieron 6 mil 600 secuestros, lo que significaría que por cada uno de los que fueron denunciados, se cometieron otros 16”.

El estudio Secuestro: impacto social y características del delito, revela que los secuestradores tienen, en general, un nivel considerable de integración social.

En el caso de los que delinquieron en el Distrito Federal y estado de México, se trata de personas —en promedio— de 31 años, con tres hijos, que un mes antes de privar de su libertad a una víctima, tenían un trabajo de asalariado, comerciante o burócrata; y se aliaron a una banda con familiares de tres y nueve integrantes.

Del total de secuestradores, 22% trabajó para las Fuerzas Armadas, la policías federal o corporaciones estatales.

De los que algún día fueron encargados de la seguridad y bienestar social, 59% afirmó que en caso de haber tenido dinero hubieran librado su detención.

“En un estudio elaborado a partir del testimonio de diversos policías sentenciados por secuestro, permite identificar instituciones policiales con prácticas de arbitrariedad y en las cuales persisten grupos informales que controlan a un grupo indeterminado de agentes.

“Y el roce constante con los delincuentes que otorga a los policías múltiples conocimientos sobre las formas de operación, personas involucradas y los espacios propicios para delinquir. Todo ello es posible en un contexto institucional en el cual no existen controles internos, escasa transparencia y un nulo desarrollo profesional”, explica el CESOP.

En el caso del perfil de los secuestradores detenidos en el resto del país, hay coincidencia en la edad, pues tienen entre 22 y 35 años, eran en su mayoría choferes o del comercio informal.

“Su carrera delictiva marca una espiral creciente de especialización y violencia, se iniciaron con robo, continuaron con asaltos bancarios o a transportes de valores y con secuestros. Este ciclo se puede cumplir en un año o año y medio”.

Las cifras

Se calcula que en 30% de los delitos de secuestro hubo participación de la delincuencia organizada; al menos así quedó registrado en 2008.

Con base en cifras de la Secretaría de Seguridad Pública federal (SSP), de los Informes de gobierno, de la CNDH, de consejos e instituciones ciudadanas en la materia, encuestas e investigaciones realizadas dentro y fuera del Centro de Estudios legislativos, se presentó también el perfil de las víctimas, en el que destaca que la mayoría son jóvenes. A nivel federal, 42% de los plagiados eran comerciantes o empresarios y tenían entre 16 y 30 años.

“Una quinta parte de las víctimas eran (al momento del secuestro) estudiantes, y 16% empleados. No obstante, las víctimas suelen ser jóvenes, pues el grupo de edad más amplio y vulnerable se encuentra entre 16 y 30 años (37%), seguido del grupo de entre cero y 15 años (14%)”.

Por esas víctimas, los secuestradores pretendieron obtener como rescate un promedio de 9.7 millones de pesos, de los cuales recibieron sólo 5%, equivalente a 485 mil pesos.

La cifra de los rescates sí presentó una reducción de 30% con respecto 2008, cuando se exigían hasta 14 millones de pesos por la liberación.

Según datos del estudio, en 5% de los casos de secuestro, la víctima falleció.

Los estados con más delitos

De 2007 a junio de este año, los secuestros se concentran en ocho estados de la República: Chihuahua (498), México (413), DF (380), Baja California (287), Michoacán (277), Guanajuato (145), Guerrero (143) y Tamaulipas (113).

“Aunque el temor al secuestro está muy esparcido en todo el país, siete de cada 10 secuestros denunciados se concentraron en ocho entidades federativas.

“Tres de ellas tienen en común una intensa actividad económica: estado de México, Distrito Federal y Guanajuato; dos de ellas históricamente han enfrentado grandes rezagos sociales y recientemente el crecimiento de bandas delictivas: Michoacán y Guerrero.

“Finalmente, entre los estados con la mayor cantidad de secuestros denunciados se encuentran tres entidades fronterizas con crecimiento reciente de delincuencia organizada: Chihuahua, Baja California y Tamaulipas”.

En una segunda lista, con menos casos de secuestro, pero en línea creciente, están Coahuila, Durango, Morelos, Oaxaca y Puebla; en contraste, Yucatán ha registrado cero casos, mientras que Tlaxcala, Colima y Campeche tuvieron hasta seis casos en cinco años y medio.



Policías aprenden a secuestrar

En el informe el CESOP retoma el estudio De este delito por el que vengo: historias de vida de policías sentenciados por secuestro en la penitenciaria de Santa Martha Acatitla que da cuenta del comportamiento de 35 reclusos que pertenecieron a alguna institución policial. Ellos representan 14% del total de 259 sentenciados por secuestro en dicho penal.

“El 33% de los entrevistados perteneció a la Policía Judicial del Distrito Federal, 32% a la Policía Preventiva de la misma entidad, y 26% a la Policía Judicial Federal o Agencia Federal de Investigación. De todos ellos, 72% eran originarios del Distrito Federal mientras que 28% había nacido en diferentes Estados de la República Mexicana”, detalla el estudio.

De la información proporcionada por los presos, se deduce que las habilidades adquiridas como policías, tales como destrezas técnicas, métodos delictivos e información sobre sus víctimas, fueron utilizadas para planear y ejecutar el plagio.

Actualmente, 80% de los presos acusados del delito de privación de la libertad pagan penas por más de 17 años, y admiten que además de lo aprendido en la policía, su cercanía constante con grupos delictivos facilitó su incursión y liderazgo en la planeación y realización del secuestro.



Modalidad exprés

El Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública de la Cámara Baja recopiló también una serie de encuestas y entrevistas de instancias oficiales en las que se detalla el móvil del secuestro, y el secuestro exprés en México.

Según el documento Evaluación del desempeño en el combate contra el delito de secuestro 2007-2009 integrado a través de 355 denuncias anónimas entre marzo de 2008 y noviembre de 2009, en 97% de los casos, la víctima fue liberada por los delincuentes y en tan sólo en 3% la misma víctima escapó.

Casi el 50% de los delitos de este tipo se cometen en miércoles y jueves de agosto, septiembre y octubre, entre las 18 y 24 horas, con violencia extrema.

Al 62% de los secuestrados los interceptaron en un vehículo automotriz (53% de ellos en taxi), mientras que a un 16% los sometieron mientras abrían, estacionaban o cerraban sus automóviles.

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