En los últimos dos años, más de 5 millones de mexicanos cayeron en la pobreza extrema.
Reuters Publicado: 28/10/2009 10:44
Charco Cercado, SLP. En pueblos perdidos como Charco Cercado la pobreza, profundizada por la peor crisis económica mexicana en siete décadas, se respira en cada polvorienta calle de casas de adobe.
Muchos de los mil habitantes de este pueblo en el central estado de San Luis Potosí, una mancha de caseríos en la desértica región, sobreviven cazando ratas de campo porque en las yermas tierras nada crece. Y tampoco hay donde trabajar.
La escena de Charco Cercado se multiplica por poblados de México, donde solamente entre 2006 y 2008 más de 5 millones de personas cayeron en la pobreza extrema, o lo que es lo mismo, tienen dificultades para poder comer todos los días.
Las alzas globales en los precios de las materias primas como el maíz y el frijol azotaron a las clases más bajas durante esos años.
Y ahora, funcionarios estiman que el coletazo de la recesión mexicana -desatada por la crisis global- empujará al menos a otros dos millones de personas a pasar hambre. Las Naciones Unidas coloca la cifra entre 1 y 2 millones.
Enedina Carrera, de 43 años, ruega que sea verdad la promesa anunciada semanas atrás por el presidente Felipe Calderón de aumentar los programas de asistencia a los pobres, que representan la mitad de los 107 millones de mexicanos.
"Yo quisiera que viniera el presidente, o un gobernador a pasar unos días aquí, en una casa de éstas donde las víboras de cascabel se nos meten por debajo de la puerta", dijo Carrera, madre de cinco hijos y que aplica inyecciones y reparte medicamentos del gobierno en su casa.
Las truncadas esperanzas de progreso en Charco Cercado terminaron en una planta maquiladora vacía, impulsada por el gobierno estatal para emplear a la población, pero la irrupción de la crisis económica complicó ponerla en operación.
El pueblo, donde no hay hospital ni policías y el agua potable se reparte en carros tirados por burros, entra en la franja de México que considera en pobreza alimentaria a las personas que no logran consumir 2 mil 200 calorías diarias. Eso sin hablar de cubrir costos de educación, sanitarios o vivienda.
"Es grave (la situación). Es tan grave que el presidente ha puesto como prioridad número uno el combate a la pobreza", dijo Gustavo Merino, subsecretario de Planificación y Evaluación de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), que se encarga de los planes antipobreza.
México ha sido uno de los países más golpeados por la crisis originada en Estados Unidos debido a su alta dependencia de las exportaciones a ese país, así como por una caída de las remesas que mandan los millones de inmigrantes, una de las principales fuentes de divisas junto con el petróleo.
La pobreza no es algo nuevo en México, más bien ha sido un mal que ha azotado al país por siglos. Pero la economía mexicana se contraería hasta un 7 por ciento este año, la peor caída desde la década de 1930, arrastrando al desempleo a cientos de miles de personas, según cifras oficiales.
Pese a la gravedad, esta recesión queda opacada por la crisis del Tequila de la década de 1990, cuando 35 millones de personas luchaban por comer, según datos de 1996.
Los investigadores dicen que ahora el gobierno tiene mejores programas de asistencia, mientras que la estabilidad económica de los últimos años ayudó a amortiguar el efecto de la crisis.
¿Planes insuficientes?
"No he vendido nada hasta ahora, y entonces no he comido", dijo Nazaria López, una anciana indígena de 69 años en su puesto de venta de pieles de cascabel -animal que abunda en Charco Cercado junto con zorros, coyotes, águilas y halcones- sobre la carretera.
La mujer ansía cumplir los 70 para acceder a un programa de asistencia gubernamental para ancianos que otorga 54 dólares mensuales. Mientras tanto, depende de su hijo campesino y de su nuera, beneficiaria de Oportunidades, el programa de ayuda contra la pobreza.
Este programa, que atiende a unos 25 millones de personas pobres, ha sido elogiado porque condiciona la ayuda de 700 pesos (53 dólares) bimestrales a que las familias envíen sus hijos a la escuela y asistan a chequeos en clínicas. Y otorga unos 200 pesos adicionales por cada niño de la familia en edad escolar.
Calderón quiere incrementar este programa desde 47 mil 700 millones de pesos (3 mil 687 millones de dólares) presupuestados para 2009 a 67 mil 800 millones, para lo cual pidió al Congreso una serie de alzas de impuestos que recibieron media sanción pero con cambios en la Cámara de Diputados.
Pero para Patricia Rodríguez, especialista del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la solución no sólo está en estos planes, sino en cambios estructurales en la distribución del ingreso.
México es un país de contrastes, donde convive gente que lucha por comer todos los días con multimillonarios como Carlos Slim, uno de los tres hombres más ricos del mundo.
"Programas como Oportunidades pueden tener algún impacto a largo plazo, pero no resuelven los problemas del ingreso y de la estructura de la economía mexicana, que tendrá que crecer de ahora en más a niveles de 4 por ciento anual de manera sostenida para superar esta terrible situación", explicó.
La pobreza no sólo alcanza a la gente del campo. En los últimos meses, en la capital mexicana el gobierno local comenzó a abrir comedores para alimentar a los más pobres.
De acuerdo con investigadores del gobierno, los mexicanos que viven en una ciudad deben ganar al menos 80 dólares al mes para comer suficiente, y aquellos que habitan en el campo necesitan unos 60 dólares. Alrededor de unos 20 millones de mexicanos estaban debajo de esos niveles el año pasado.
Los opositores al gobierno del conservador Calderón, que asumió por seis años en 2006, aseguran que México atraviesa una década perdida, haciendo referencia también a la falta de resultados de su antecesor y copartidario Vicente Fox.
Aunque Calderón ha logrado victorias durante su mandato, con una reforma al sistema de pensiones y un plan fiscal, no pudo impulsar la inversión en el sector energético, romper con virtuales monopolios y mejorar el sistema educativo.
Eso ha dejado a México en los últimos años como una de las economías más estancadas de Latinoamérica, y el partido oficialista sintió las consecuencias con un revés en las elecciones legislativas de julio, cuando perdió su mayoría relativa en la Cámara de Diputados.
El mandatario envió una nueva y más profunda reforma fiscal para tratar de impulsar la baja recaudación al Congreso, que aún la estudia, mientras las exportaciones petroleras y las remesas que envían los inmigrantes siguen cayendo.
Los diputados diluyeron el proyecto y los senadores ahora podrían aguarlo más.
Analistas creen que si Calderón no logra revertir la dinámica y mostrar resultados, la izquierda o centroizquierda tendrían mayores probabilidades de ganar la presidencia en 2012.
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