Horizonte ciudadano
Rosa Esper Beltrán Enríquez
Septiembre 1 de 2020
La vulnerabilidad generalizada, la que no distingue entre ricos y pobres, la que impone la pandemia ha llegado y trae la conciencia de la igualdad porque todos somos vulnerables, nadie está exento y como lo hemos subrayado muchas veces en este espacio, todos necesitamos de todos para arribar al “bienestar colectivo” o al bien vivir, en justicia y democracia.
La semilla está sembrada y cayó en tierra fértil, la que descendió entre espinas y rocas se perderá, pero prevalecerá la que dé fruto por su prolificidad.
Ayer en su segundo informe, el presidente López Obrador subrayó que vivimos 2 crisis, la de la pandemia y la económica la primera recrudeció a la segunda, la epidemia nos atrapó con un sistema de salud destrozado, con hospitales abandonados, y un sistema de abasto de medicamentos corrompido hasta el tuétano.
El presidente destacó el combate de su gobierno a la corrupción y la práctica de la austeridad, lo que le ha permitido ahorrar 560 mil millones de pesos, enfatizó que se acabaron los lujos y los despojos en el gobierno y su principal herencia será purificar la vida pública del país, dijo también que su gobierno no ha emprendido persecuciones facciosas ni venganzas políticas, tampoco encubre a nadie ni permite la impunidad.
Terminaron los hurtos de las élites políticas, pero aún no se acaba con el bandidaje oficial, afirmó en su informe; agregó que se terminaron las órdenes desde el Ejecutivo y en cambio ha promovido la verdadera independencia de las instituciones de justicia. Resulta importante y conveniente la estigmatización de la corrupción
Un hecho que significa un buen avance es que, por primera vez en la historia de este país, una mujer será la titular del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación.
Estos hechos muestran que el objetivo de moralizar la vida política del país se está consolidado, no hay despilfarros o excesos, como si ocurrió con Peña Nieto, Felipe Calderón y hasta Fox, no se hable de Carlos Salinas y Ernesto Zedillo.
En el tema de la seguridad pública admitió, que, aunque la lucha no se detiene, se mantienen resultados endebles y en la cuestión de juzgar a los expresidentes expresó que está en contra pero que se atendrá a la decisión del pueblo en la consulta.
Avanzar hacia una nueva era, parece difícil, pero curiosamente la pandemia, un hecho nefasto para la humanidad hacia allá nos conduce.
Arribar a una nueva conciencia colectiva, se dice fácil, pero, como aclara el dicho, “lo que cambia más difícilmente, son las ideas y las creencias”, no obstante, el buen observador encuentra bastantes cambios sociales acaecidos en los últimos 30 años.
Cuando salgamos de la pandemia entraremos a una situación inédita, nada será lo mismo, un cambio evidente en México es que la ciudadanía se ha dado cuenta de que su voto puede modificar, dar un vuelco de 180 grados al sistema político y echar fuera a un partido político depredador que por 80 años manipuló los poderes, el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial y ahora está en los últimos lugares de la Cámara de diputados y senadores, así como sus cómplices.
El virus puede llevarnos a adquirir una nueva conciencia colectiva que aprenda a presionar y reclamar la vigencia de los derechos humanos para todos, la plena garantía del derecho a la salud, a la vivienda digna, a la educación, alimentación suficiente, sin excepción ni exclusión, que es la línea del actual gobierno.
El segundo Informe estuvo lejos de ser un hecho faraónico, fue un acto de Estado, sin multitudes ni banquetes, sin la parafernalia del PRIAN ni grandes promesas, fue un suceso sencillo, lejos de lo que los falsos profetas predijeron: algo vacío y cargado de rencores.
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