miércoles, 30 de septiembre de 2020

Vanessa Springora vence a su depredador en su propio terreno


En El consentimiento, su primera novela, narra su experiencia con un escritor pedófilo exitoso en una época en que la literatura era más importante que la moral

 
Periódico La Jornada
Miércoles 30 de septiembre de 2020, p. 3

No hay nada más destructivo en la vida que el silencio, afirma la escritora francesa Vanessa Springora (París, 1972), quien en su primera novela, El consentimiento, revela lo que vivió en su infancia con el pedófilo confeso Gabriel Matzneff, un reconocido y laureado escritor cuyos libros, en los cuales hace alarde de la manera en la que seduce niños, fueron retirados del catálogo de la editorial Gallimard luego de publicarse el relato de la autora.

Editada por Lumen en diciembre de 2019, la versión en español de la novela de Springora será lanzada en México en octubre. Se trata de una obra literaria impecable, hipnótica, dicen sus editores, quienes confiesan que han tenido mucho cuidado en cómo contar este libro que ha sacudido al mundo literario francés, pues se trata de un triunfo doble para la escritora, quien ha vencido en su mismo terreno a su predador.

Seducida a los 13 años

Vanessa tenía 13 años cuando conoció a Matzneff, entonces de 49. El hombre la sedujo y manipuló a su antojo, narra ella, como a otros tantos adolescentes y niños, personajes de los libros del autor (hoy de 84 años), quien recibió premios literarios como el Mottart en 1987, el Amic de la Academia Francesa en 2009 y el Renaudot de ensayo en 2013.

En El consentimiento hago dos cosas, explica Springora en rueda de prensa a distancia; “por un lado, he querido escribir una obra literaria para relatar hechos reales, pero también es un testimonio importante para los lectores o lectoras que hayan podido ser víctimas de situaciones similares.

Hay que dar acceso a través de la literatura a las personas que se han topado con la pedofilia, para que rompan el silencio y a través de la palabra se puedan liberar. Poder contar las cosas ayuda a superarlo.

Desde el año pasado, la autora dirige el sello Julliard y también es cineasta. Como editora, dice que no está del todo de acuerdo con retirar del mercado los diarios íntimos de Matzneff, “pues estoy en contra de la censura.

No podremos juzgar del todo las historias si no conocemos todos los relatos. Gallimard me dijo que tomó la decisión porque mi libro les conmovió; sin embargo, pienso que se deberían reditar los libros de Matzneff, pero poniéndolos en contexto, para que los lectores valoren por qué no chocaron y no afectaron al público en su momento.

En 1974, Matzneff publicó Les moins de seize ans (Los menores de dieciséis años), un texto donde exalta el amor por los adolescentes y niños. Bernard Pivot, uno de los críticos literarios más influyentes en Francia, en 1990 entrevistó en televisión a Matzneff, entonces colaborador estrella del diario Le Monde. Le pidió que contara sus artes de la seducción con los pequeños y bromeó al decirle que sólo tenía éxito con chicos y chicas muy menores de edad. Años después, al cuestionarle al crítico su actitud, respondió: Por aquellos años, la literatura era más importante que la moral, reportó la prensa europea.

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▲ Directora de Ediciones Julliard y cineasta, Vanessa Springora entra al mundo literario con su propia historia.Foto Penguin Random House

Hay que tratar a los pedófilos como enfermos, como personas que tienen una patología y también hay que mejorar la detección y el tratamiento de estas personas, así como atacar a aquellos que hacen apología de la pedofilia, porque es un fenómeno que sigue sucediendo sin que pase nada, reiteró la escritora.

El consentimiento es, en primer lugar, un libro que escribí para mí, porque lo llevé en el interior durante 30 años. Aquellos acontecimientos me desviaron y alejaron de la literatura, a la que di la espalda. Pero sucedieron otras cosas: conocí a una pareja y tuve un hijo.

Si mi madre hubiera...

“En el momento en el que me convertí en madre y mi hijo llegó a la adolescencia, me proyecté. Me di cuenta de que lo que yo percibía a los 13 años, pensando que era adulta, no era real. Me di cuenta de lo fácil que le es a cualquier figura de autoridad seducir a un menor. Me di cuenta de cómo fui una presa fácil.

Eso fue lo que me motivó el deseo de escribir, pero también, en 2013 le dieron a Matzneff un premio muy prestigioso y me pareció increíble que alguien que hubiera hecho un recorrido intelectual por sus libros no se planteara si era legítimo o no lo que él escribía, y encima se le recompensara. Escribí para que se supiera que no era un mitómano, hizo mucho daño a niños de países en vías de desarrollo.

Vanessa reconoció que lamentablemente tuvo una infancia fragilizada por la ausencia de su padre, quien murió días después de publicarse su libro.

“No conseguí saber si lo leyó, y me da miedo pensar que pude ser responsable de su muerte de una forma u otra. Me conmocionó eso durante la promoción de la novela, puede que haya sido sólo una coincidencia terrible.

“He reflexionado sobre el papel que tuvo mi madre y la comprendo. Ella tenía miedo de que se rompiera nuestro vínculo; yo estaba en época rebelde, convencida de ser una persona sensata que sabía lo que hacía. Quise y acepté aquella ‘historia de amor’ y mi madre intentó advertirme, me dijo que tenía reputación de pedófilo y no lo creí, era una niña.

Si mi madre hubiera tenido el valor de enfrentarme, seguramente habría sido muy difícil nuestra relación, pero más fácil para mi perdonarla. Es complicado oponerse a los deseos de un niño que tiene aspiraciones de libertad, pero hay que saber plantear los límites. Para eso está el adulto, para encarnar la ley, concluyó la autora.

El consentimiento se ha traducido a 20 idiomas. En Francia, ganó el Gran Premio de las Lectoras de Elle y el Premio Jean-Jacques Rousseau.

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