miércoles, 30 de septiembre de 2020

La cocina es el pretexto para hablar de lo indecible


La fotógrafa Zahara Gómez dedica muestra a mujeres en busca de familiares desaparecidos

 
Periódico La Jornada
Miércoles 30 de septiembre de 2020, p. 4

En Recetario para la memoria, una de las dos muestras fotográficas con las que reanudó sus actividades el Centro de la Imagen, la cocina es el pretexto para hablar de lo indecible, para hacer presentes a los que se llevaron, para tejer acciones contra la ausencia.

Así lo subraya la fotógrafa española-argentina Zahara Gómez Lucini, su autora, quien para este proyecto contó con colaboración de Las Rastreadoras del Fuerte, nombre de un grupo formado en Los Mochis, Sinaloa, por más de 130 mujeres que desde 2014 buscan en fosas clandestinas los cuerpos de sus seres queridos desaparecidos.

La exposición, define la también documentalista, es un recuento gastronómico, fotográfico y social que pretende conectar y rendir homenaje a todas las mujeres que buscan a sus familiares desaparecidos en diferentes lugares del territorio mexicano.

Está integrada por una selección de imágenes de la vida doméstica de algunas de esas madres y familiares de desaparecidos, recetas culinarias y textos alusivos al tema de especialistas como Daniela Rea y María De Vecchi, así como una instalación sonora.

Ese material, excepto el último en mención, forma parte a su vez de un libro homónimo publicado el mes pasado y cuya mitad de sus ganancias serán donadas para que aquel colectivo continúe con su tarea (puede adquirirse en el sitio www.recetarioparalamemoria.com)

De acuerdo con Zahara Gómez –quien nació en Madrid, en 1983, luego de que su padre debió exiliarse de Argentina a causa de la dictadura–, el quehacer culinario es una forma de visibilizar ese complejo tema, a partir de la vida y la memoria de quienes desde su trinchera actúan para generar un cambio en el terreno de los derechos humanos.

Comprendí que la resistencia es un gesto cotidiano, resalta la fotógrafa, quien refiere que tras conocer hace cuatro años el caso de Las Rastreadoras del Fuerte y darle seguimiento, invitó a sus integrantes a abordar esa problemática desde otra mirada, un terreno más íntimo, y fue así que determinaron que la cocina, los platillos que más gustaban a sus seres queridos, era una forma de evocarlos y tener- los presentes.

Hablé con Mirna Medina, que es la líder del grupo, y otras mujeres; las invité a hacer este proyecto colaborativo para que fueran coautoras con un doble propósito. Por un lado, porque grupos como ése están en fragilidad, hay un problema de estigmatización y, de alguna manera, exclusión social, y la idea es cambiar esa situación, indica.

Por otro lado, también es un medio de hacer llegar ese tema a personas que no están familiarizadas con él y llamarles la atención. Es, pues, una propuesta para convocar, así como para accionar, y que la gente haga suya esta temática tan compleja y dolorosa. En México, según los datos más recientes, hay más de 73 mil desaparecidos.

La desaparición forzada es un tema que Zahara Gómez trabaja desde hace 12 años, inclusive fue su tema de tesis. Recetario para la memoria es parte de un proyecto más grande, denominado Tesoros, en el que ha colaborado con equipos forenses de países como Argentina, Colombia, Guatemala, Chile y el nuestro.

Parte de esa iniciativa ha sido realizar un mapeo de la violencia y la memoria en la región latinoamericana. La búsqueda ha sido descifrar las metodologías de violencia pero también las de resistencia.

No hay que cansarse de hablar de este tema. Al final, los familiares y grupos de búsqueda están muy solos, excluidos. Como sociedad, creo, nos toca construir puentes y proteger, remarca.

La reapertura del Centro de la Imagen tiene lugar tras permanecer cerrado seis meses por la pandemia. La otra muestra lleva por título Spectrografías y en ella Tomás Casademunt, bajo la curaduría de Guillermo Santamarina, hace una crónica visual en 15 piezas y una intervención de casi 50 metros lineales de la transformación del paisaje urbano de la Ciudad de México en la década más reciente.

Ubicado en Plaza de la Ciudadela 2, Centro Histórico, el recinto implementó para ambas exposiciones un protocolo de higiene que incluye un filtro sanitario al ingresar, el uso obligatorio de cubrebocas y un sentido único para los recorridos que ayuden a garantizar la sana distancia.

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