Darren Gil, ex encargado de la ATF en México, asegura que funcionarios del más alto nivel del Departamento de Justicia dieron el visto bueno al operativo
Víctor Solís El Universal
La cuestionada operación "Rápido y Furioso" fue aprobada por funcionarios del más alto nivel del Departamento de Justicia de los Estados Unidos, institución actualmente comandada por el fiscal general Eric Holder, y diseñada para hacer cumplir las leyes y administrar la justicia en ese país.
Así lo reveló a la cadena CBS el ex agente Darren Gil, que en 2010, durante el desarrollo del operativo, era el oficial de mayor rango de la Oficina para el Control del Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego (ATF) en México.
Gil asegura que alguien de muy alto nivel en el Departamento de Justicia (DOJ) tenía conocimiento del tráfico vigilado de armas, y que fue su propio supervisor directo en la oficina de la ATF en Washington quien le confirmó que la operación había sido aprobada por funcionarios por encima del mismo Kenneth Melson, actual director general de la ATF.
Sus declaraciones se dan a unos días de que el presidente Barack Obama aseguró que ni él ni el fiscal general Holder autorizaron o tenían conocimiento del caso.
"¿El director (Melson) tiene conocimiento de esto?", preguntó Gil a su supervisor. "Sí, el sabe (del paso deliberado de armas a México). No sólo sabe el director, el Departamento de Justicia tiene conocimiento", fue la respuesta que obtuvo.
Agrega que otra de las instrucciones que recibió desde Washington fue la de no informar a las autoridades mexicanas sobre el caso.
En medio de las tensiones que se vivían al interior de la ATF durante el verano de 2010 por la inquietud de varios agentes que habían recibido la orden de dejar que arsenales cruzaran a México, el Asistente del Fiscal General, Lanny Breuer, junto con otros funcionarios del DOJ realizó una visita a México para hablar con el personal de la oficina de la ATF en el país sobre una "gran operación" contra el tráfico de armas que estaba dando "buenos resultados".
Melson también acudió al encuentro de la ciudad de México.
Durante esa visita tanto Gil como su subdirector adjunto y su analista cuestionaron a Kenneth Melson sobre la repentina aparición de armas estadounidenses en México. De acuerdo con Gil, el director de la ATF señaló que ese, al que calificaba como "un buen caso", aún estaba en curso, por lo que ofrecía ponerle fin "tan pronto como podamos".
ATF en México no sabía
En su entrevista con CBS, el ex agente Darren Gil dijo haber detectado las primeras anomalías a principios de 2010 cuando los números de serie de un sinnúmero de armas usadas en crímenes relacionados con los cárteles de la droga fueron rastreados hasta Phoenix, donde comenzó la operación "Rápido y Furioso".
Pero cuando uno de los analistas de Gil quiso revisar en su computadora los archivos la ATF para ahondar en el caso se topó con una restricción.
"No sólo él no tenía acceso, yo, como director adjunto y siendo el oficial de mayor rango en México para las operaciones de la ATF, tampoco tenía acceso", dijo Gil. Aparentemente lo dejaron fuera del juego.
Como representante de la ATF en México, Gil señala que era su trabajo aprobar cualquier operación de la agencia en la que se involucrara a México, y él nunca avaló la implementación de "Rápido y Furioso".
De hecho, el 25 de enero de 2010 Gil envió un correo electrónico a todo su personal en el que subrayaba que no se permitiría la entrada de ningún arma de fuego a México para un caso sin su aprobación. En la comunicación señaló además que si alguna vez autorizaba dicha estrategia, las armas deberían ser confiscadas del lado mexicano de la frontera justo al cruzar.
Al tiempo que Gil enviaba ese correo electrónico, agentes de la ATF en Phoenix comenzaban a filtrar información a la cadena CBS sobre la orden que habían recibido de dejar que las armas cruzaran a territorio mexicano hasta las manos de los cárteles de la droga.
En repetidas ocasiones, el ex agente Gil, según narra, se confrontó con su supervisor en Washington por "Rápido y Furioso". Dijo además que la indicación directa de éste fue "no informar a sus homólogos en México sobre el operativo".
En diciembre de 2010 Darern Gil se retiró de la ATF, en parte por su negativa a participar en la operación "Rápido y Furioso", que durante 15 meses permitió la entrada de unas 2 mil armas a México.
Dice que accedió a hablar con la CBS para dejar en claro que el personal de la ATF en México nunca tuvo conocimiento de la operación, y que esto fue aprobado desde los más altos niveles en Washington.
Víctor Solís El Universal
La cuestionada operación "Rápido y Furioso" fue aprobada por funcionarios del más alto nivel del Departamento de Justicia de los Estados Unidos, institución actualmente comandada por el fiscal general Eric Holder, y diseñada para hacer cumplir las leyes y administrar la justicia en ese país.
Así lo reveló a la cadena CBS el ex agente Darren Gil, que en 2010, durante el desarrollo del operativo, era el oficial de mayor rango de la Oficina para el Control del Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego (ATF) en México.
Gil asegura que alguien de muy alto nivel en el Departamento de Justicia (DOJ) tenía conocimiento del tráfico vigilado de armas, y que fue su propio supervisor directo en la oficina de la ATF en Washington quien le confirmó que la operación había sido aprobada por funcionarios por encima del mismo Kenneth Melson, actual director general de la ATF.
Sus declaraciones se dan a unos días de que el presidente Barack Obama aseguró que ni él ni el fiscal general Holder autorizaron o tenían conocimiento del caso.
"¿El director (Melson) tiene conocimiento de esto?", preguntó Gil a su supervisor. "Sí, el sabe (del paso deliberado de armas a México). No sólo sabe el director, el Departamento de Justicia tiene conocimiento", fue la respuesta que obtuvo.
Agrega que otra de las instrucciones que recibió desde Washington fue la de no informar a las autoridades mexicanas sobre el caso.
En medio de las tensiones que se vivían al interior de la ATF durante el verano de 2010 por la inquietud de varios agentes que habían recibido la orden de dejar que arsenales cruzaran a México, el Asistente del Fiscal General, Lanny Breuer, junto con otros funcionarios del DOJ realizó una visita a México para hablar con el personal de la oficina de la ATF en el país sobre una "gran operación" contra el tráfico de armas que estaba dando "buenos resultados".
Melson también acudió al encuentro de la ciudad de México.
Durante esa visita tanto Gil como su subdirector adjunto y su analista cuestionaron a Kenneth Melson sobre la repentina aparición de armas estadounidenses en México. De acuerdo con Gil, el director de la ATF señaló que ese, al que calificaba como "un buen caso", aún estaba en curso, por lo que ofrecía ponerle fin "tan pronto como podamos".
ATF en México no sabía
En su entrevista con CBS, el ex agente Darren Gil dijo haber detectado las primeras anomalías a principios de 2010 cuando los números de serie de un sinnúmero de armas usadas en crímenes relacionados con los cárteles de la droga fueron rastreados hasta Phoenix, donde comenzó la operación "Rápido y Furioso".
Pero cuando uno de los analistas de Gil quiso revisar en su computadora los archivos la ATF para ahondar en el caso se topó con una restricción.
"No sólo él no tenía acceso, yo, como director adjunto y siendo el oficial de mayor rango en México para las operaciones de la ATF, tampoco tenía acceso", dijo Gil. Aparentemente lo dejaron fuera del juego.
Como representante de la ATF en México, Gil señala que era su trabajo aprobar cualquier operación de la agencia en la que se involucrara a México, y él nunca avaló la implementación de "Rápido y Furioso".
De hecho, el 25 de enero de 2010 Gil envió un correo electrónico a todo su personal en el que subrayaba que no se permitiría la entrada de ningún arma de fuego a México para un caso sin su aprobación. En la comunicación señaló además que si alguna vez autorizaba dicha estrategia, las armas deberían ser confiscadas del lado mexicano de la frontera justo al cruzar.
Al tiempo que Gil enviaba ese correo electrónico, agentes de la ATF en Phoenix comenzaban a filtrar información a la cadena CBS sobre la orden que habían recibido de dejar que las armas cruzaran a territorio mexicano hasta las manos de los cárteles de la droga.
En repetidas ocasiones, el ex agente Gil, según narra, se confrontó con su supervisor en Washington por "Rápido y Furioso". Dijo además que la indicación directa de éste fue "no informar a sus homólogos en México sobre el operativo".
En diciembre de 2010 Darern Gil se retiró de la ATF, en parte por su negativa a participar en la operación "Rápido y Furioso", que durante 15 meses permitió la entrada de unas 2 mil armas a México.
Dice que accedió a hablar con la CBS para dejar en claro que el personal de la ATF en México nunca tuvo conocimiento de la operación, y que esto fue aprobado desde los más altos niveles en Washington.
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