Ya se daba por muerto al cártel de Tijuana en la guerra del narco, pero investigaciones de la PGR revelan que los Arellano acordaron alquilarles su territorio y estructura de protección a ‘El Chapo’ Guzmán y a ‘La Familia’. De esa forma el cártel de Sinaloa se consolida...
Domingo, 20 de Marzo de 2011
RICARDO RAVELO
TIJUANA, BC.- Considerado el cártel con mayor evolución en menos tiempo, y con amplias conexiones en una decena de entidades donde se da por hecho que dispone de protección oficial, "La Familia Michoacana" se apresta a establecer su dominio en esta plaza, la más boyante en el tráfico de drogas después de Ciudad Juárez y Nuevo Laredo.
Los jefes de esta organización, en alianza con el cártel de Sinaloa, que encabeza Joaquín Guzmán Loera, comenzaron a operar en esta ciudad fronteriza presuntamente con el respaldo de mandos del Ejército Mexicano y mantienen estrechos contactos con el cártel de Tijuana, cuyo líder, Luis Fernando Sánchez Arellano, les autorizó el ingreso a esta ciudad previo acuerdo de pagar el llamado "derecho de piso", es decir, una cuota por cada cargamento que cruza a Estados Unidos a cambio de utilizar el territorio y la infraestructura de protección al tráfico de drogas.
Tan pronto se estableció este acuerdo, a finales de 2009, Tijuana repuntó como plaza del narcotráfico, bajó sus niveles de violencia de alto impacto –no así la inseguridad, pues los secuestros y robos prevalecen– y tres cárteles operan aquí, aparentemente sin ser molestados por ninguna autoridad local ni federal.
Entonces el territorio bajacaliforniano entró en una recomposición: el cártel de Sinaloa se afincó en Mexicali; los Arellano, de Tijuana, operan en Rosarito y Ensenada, en tanto que una rama de "La Familia" se asentó en Tijuana. Esta última organización tiene acuerdos con las dos primeras y no se descarta una alianza entre las tres para apuntalar este territorio que por décadas estuvo dominado por Benjamín y Ramón Arellano Félix, antiguos jefes del clan Arellano.
SIN COMPETENCIA
El cártel de Tijuana, por su parte, no tiene competencia en su territorio. A principios de 2010 fueron detenidos Teodoro García Simental, "El Teo" y buena parte del grupo de sicarios que generaban la violencia "de alto impacto" en la plaza. Ahora las autoridades federales consideran que las tareas operativas de la organización criminal están en manos de Luis Fernando Sánchez Arellano; la jefa es su tía Enedina Arellano Félix, quien se encarga del manejo de lavado de activos: casas de cambio, empresas, farmacias y otros negocios.
Tan fértil es actualmente este territorio para el tráfico de drogas hacia Estados Unidos que gracias a esto "La Familia Michoacana" pudo extender sus tentáculos desde Michoacán hasta Tijuana, según datos contenidos en la averiguación previa PGR/SIEDO/UEIDCS/018/2010.
En dicha indagación se establece, por ejemplo, que Nazario Moreno González, "El Chayo", fundador y jefe de "La Familia", trabajó durante largos meses en el despunte de esa organización criminal y se entrevistó con varios jefes del narcotráfico para pactar alianzas que permitieron a la organización extender sus dominios a otras regiones, como Baja California, Tamaulipas y El Bajío.
Meses antes de morir en un tiroteo con elementos del Ejército que lo ubicaron en un pueblo de Michoacán, donde departía en una fiesta, "El Chayo" había logrado su plan estratégico. De acuerdo con la investigación citada, Moreno González se entrevistó con Luis Fernando Sánchez Arellano.
EL PACTO
El plan de Nazario Moreno no quedó ahí: tras pactar con Sánchez Arellano viajó a Tamaulipas y se entrevistó con el jefe del cártel del Golfo, Eduardo Costilla Sánchez, "El Coss", quien lo autorizó a traficar a través de Tamaulipas. Al igual que Sánchez Arellano, El Coss también le rentó la plaza y toda la infraestructura policiaca estatal que protege el trasiego de drogas en esa entidad fronteriza, adonde "La Familia" comenzó a operar a principios de 2010.
De acuerdo con el testigo protegido Carlos, quien en su testimonio aportó detalles de las alianzas de "La Familia" con otros grupos criminales, Nazario Moreno también habló con Ezequiel Cárdenas Guillén poco meses antes de que este fuera abatido a tiros por efectivos de la Marina en un operativo efectuado el 5 de noviembre de 2010 en Matamoros, Tamaulipas.
No es todo: para ampliar su radio de acción y fortalecer algunos acuerdos de protección, supuestamente con mandos castrenses, Moreno González sostuvo también encuentros con quien es considerado el estratega más hábil del narcotráfico en México: Juan José Esparragoza Moreno, "El Azul".
Negociador por excelencia, sigiloso y capaz de sentar a la mesa de negociaciones a grupos antagónicos, Esparragoza Moreno fue, según el testigo Carlos, un buen consejero de Nazario Moreno para redondear su plan de expansión.
Así, "La Familia Michoacana" emprendió la aventura narcoempresarial de operar en otros territorios que por años estuvieron vetados para ellos, pues se les consideraba un grupo muy violento.
SE AFIANZAN
Después de establecer esos acuerdos y de afianzar las negociaciones en los territorios fronterizos, los jefes de "La Familia" comenzaron a reestructurar su organización: tras la muerte de Nazario Moreno el nuevo jefe es Jesús Méndez Vargas, "El Chango". Al frente de las funciones operativas quedó Servando Gómez Martínez, "La Tuta", y una pieza clave en las estrategias comerciales y negociaciones es Juan Reza Sánchez, "El Juanito", quien tan pronto como pudo envió a varios hombres del cártel a Tijuana y a otros más los afincó en Sonora bajo la jefatura de un personaje conocido como Tinoco Morales.
De esta manera, "La Familia Michoacana", que surgió en 2006 en Michoacán, ahora tiene dominios en varios estados fronterizos. Según el testigo Carlos, las alianzas le permiten ahora operar por Michoacán, Baja California, Sonora y Tamaulipas, con lo que se posicionó como el tercer grupo criminal más poderoso de México, después de los cárteles de Sinaloa y del Golfo. En su declaración ministerial Carlos narró:
Las células de "La Familia" que operan en esas fronteras están plenamente coordinadas por los grupos que controlaban las fronteras. Grandes cargamentos de droga, como metanfetamina, cocaína y mariguana se hacen llegar a estos puntos por vía terrestre o en avionetas.
"La Familia" maneja varios productos, es decir, drogas, pero lo que más ganancias les arroja son los envíos de cocaína y también el Ice, de ahí que se dieron a la tarea de fortalecer sus alianzas porque para ellos era importante contar con zonas donde hubiera facilidades para introducir esa droga a Estados Unidos. Por eso los jefes de "La Familia Michoacana" se entrevistaron directamente con El Ingeniero (Luis Fernando Sánchez Arellano, del cártel de Tijuana).
La alianza con el cártel de Sinaloa se logró por medio de Anel Noriega Ríos, "La Chula", quien convocó a miembros de ambas organizaciones para negociar. El pacto no fue gratis: "La Familia Michoacana" tuvo que enviar gente a Sonora para combatir y expulsar a los enemigos de "El Chapo" y de Ismael "El Mayo Zambada".
EL CÁRTEL DE TIJUANA EVOLUCIONA
Dominada por décadas por la familia Arellano Félix, cuyo liderazgo surgió en los ochenta, la plaza de Tijuana era impenetrable. Cualquier grupo criminal que pretendía posicionarse en ese territorio era abatido por el poderío de los hermanos Ramón y Benjamín Arellano Félix, quienes consolidaron a su cártel hasta convertirlo no sólo en el más poderoso hasta principios del año 2000, sino también en el mejor estructurado.
En 2003, según investigaciones realizadas por la Procuraduría General de la República, el cártel de Tijuana contaba ya con una estructura diferente: mientras el cártel del Golfo, uno de sus principales rivales, tenía una estructura piramidal, la del cártel de Tijuana era horizontal, tenía presencia en 20 estados y por mucho tiempo mantuvo, como ningún otro, una base de sicarios a sueldo que lo mismo ejecutaban a funcionarios y policías que a narcos enemigos en el Distrito Federal, Sinaloa o Jalisco.
Ese año la PGR acreditó que el cártel de Tijuana fue la primera organización mexicana que estableció una alianza con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). A partir de ese acercamiento estratégico comenzaron a intercambiar armamento por drogas. Así, los Arellano Félix cobraron fama por disponer del armamento más avanzado y también como el cártel más violento de México.
Pero su etapa de esplendor acabó, aunque el cártel sigue vivo en el mapa criminal mexicano. Mientras en otro tiempo rivalizaron con Joaquín Guzmán Loera, los Arellano tuvieron que ceder el municipio de Mexicali para que el jefe del cártel de Tijuana pudiera crecer en esa frontera.
LO BUSCAN, NO LO HALLAN
Al detectarse la presencia de "El Chapo" en Tijuana, las autoridades municipales, estatales y federales se dieron a la tarea de localizar al capo más poderoso de México: lo buscaron en Mexicali, en Playas de Rosarito, en Ensenada y otros posibles refugios.
Nunca lo pudieron detener. En cambio, aprehendieron a varios operadores suyos, como Arturo Zavala Morales, Gustavo Álvarez Álvarez, José Remeño Rojas, Gregorio Francisco Rivera Cárdenas y Jairo Nahum Espericueta Vázquez. Ellos dijeron ser originarios de Durango, Nayarit y Jalisco; también confesaron que recibían protección de elementos del Ejército.
Esto permitió conocer que la infiltración del narcotráfico llegaba a las cúpulas policiacas y militares, como más tarde se confirmó con la detención de dos expolicías de Tijuana: Pedro y Efraín Damián Rosales Valenzuela, que fueron escoltas del exjefe de seguridad pública municipal, el teniente coronel Julián Leyzaola Pérez, y trabajaban también para Jesús Israel de la Cruz López, "El Tomate", sicario del cártel de Sinaloa.
A pesar de que Tijuana fue la segunda ciudad donde se realizó el Operativo Conjunto contra las drogas en 2007, cuando iniciaba la cruzada de Calderón contra el narcotráfico, el nivel de corrupción de los cárteles ya alcanzó a elementos del Ejército.
CASO RECIENTE
El pasado 3 de marzo, la Secretaría de la Defensa Nacional dio a conocer la detención de 13 de sus efectivos que transportaron una tonelada de cocaína desde la Ciudad de México hasta Tijuana en vehículos oficiales. El comandante de la Segunda Región Militar, general Alfonso Duarte, dijo que los militares estaban coludidos con un grupo de civiles dedicados al narcotráfico.
Se trata de tres oficiales y diez soldados, que fueron arrestados en un retén militar. A todos se les encontró droga. En total llevaban 928 kilos de cristal y 30 kilos de cocaína escondidos en sus bolsas.
De acuerdo con la investigación de este caso, los militares cargaron la droga en la capital del país luego de que arribó, supuestamente de Michoacán, al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
Un alto mando del Ejército, cuyo nombre se ha ocultado, ordenó que el camión rotulado con el número 1501346 fuera utilizado para cargar la droga. Luego, como si la unidad fuera a una misión especial, se arrancó con destino a Tijuana. Sin que ningún retén lo revisara, el vehículo recorrió poco más de 3 mil kilómetros sin contratiempos y llegó a Tijuana el domingo 20 de febrero.
En un retén fueron revisados y entonces se procedió a detener a todo el grupo, entre quienes se encontraban un capitán segundo y un mayor. Se sabe que la red que protegía el cargamento incluye a funcionarios del ayuntamiento de Tijuana y del gobierno de Baja California. Por ello, el general Alfonso Duarte adelantó la semana pasada: "Habrá más detenciones contra servidores públicos". (APRO)
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