miércoles, 23 de marzo de 2011

Feeley, crítico de México, virtual relevo de Pascual

Seguridad, Iniciativa Mérida, asuntos militares y judiciales, sus temas

Blanche Petrich

Periódico La Jornada
Miércoles 23 de marzo de 2011, p. 7

Ex marine y diplomático especializado en América Latina, con larga trayectoria en la Subsecretaría de Estado para Asuntos Hemisféricos, el ministro consejero de la embajada estadunidense en México, John Feeley, ya fungió anteriormente como encargado de la misión diplomática –función que probablemente ejerza con el retiro de Carlos Pascual y hasta que ocurra un nuevo nombramiento– entre junio y agosto de 2009. En ese periodo le tocó preparar la participación del presidente Barack Obama en la cumbre tripartita norteamericana de Guadalajara.

En un despacho preparatorio, confidencial y sólo de uso interno, redactado personalmente por él y enviado el 31 de julio de 2009 a Dan Restrepo, director para el Hemisferio Occidental del Consejo Nacional de Seguridad de la Casa Blanca, introdujo en el temario del encuentro entre los presidentes Obama y Felipe Calderón, en el Hospicio Cabañas, el asunto de los problemas de los militares en materia de derechos humanos: “Las denuncias de abusos a los derechos humanos por parte de los soldados desplegados en las misiones antinarcóticos amenazan con socavar el apoyo del público” a las políticas del gobierno contra el crimen organizado, advertía Feeley. Y en efecto, este rubro enturbió el clima de la cumbre de agosto.

Desde su llegada al cargo hasta febrero de 2010, Feeley supervisó o suscribió al menos 120 cables enviados por la embajada a sus superiores en el Departamento de Estado, contenidos en el archivo México de Wikileaks y que este diario ha estado dando a conocer desde el 10 de febrero. La mayoría de los despachos bajo la firma de Feeley, 33 para mayor precisión, son sobre cuestiones de seguridad, Iniciativa Mérida, asuntos militares y judiciales.

Entre otros, fue autor del texto de preparación para la reunión del grupo de trabajo de la Comisión Bilateral de Defensa, que tuvo lugar en Washington en febrero de 2010, en el que explica al subsecretario de Defensa, Paul Stockton –en la confianza de estar redactando un cable “secreto”–, las “considerables tensiones que existen entre la Sedena y la Semar”; de la “aversión al riesgo” de los militares a la hora de emprender acciones para capturar a capos de alto rango (lo que llaman en términos castrenses “objetivos de alto valor”).

También fue él quien reportó que el secretario de la Defensa, Guillermo Galván Galván, estaba contemplando la posibilidad de invocar el artículo 29 de la Constitución para declarar estado de excepción en ciertas áreas del país para proteger la acción militar en algunos operativos antinarcóticos, en contradicción con el punto de vista del entonces secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, que consideraba que las previsiones de la Suprema Corte de Justicia de la Nación ofrecían cobertura más que suficiente para el Ejército.
Avaló el despacho titulado “El legado de Medina Mora”, en el que abunda sobre lo que en la perspectiva de los funcionarios estadunidenses fue una “incapacidad” del ex procurador general de la República de “superar su animosidad personal” con el secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna. En ese texto también expresa una muy pobre opinión sobre el potencial desempeño del actual procurador Arturo Chávez Chávez.

El ministro de la misión supervisó también 18 cables sobre política interna de México, en particular por el periodo comprendido en ese lapso, sobre las elecciones legislativas de 2009 y la correlación de fuerzas que llevó al PRI a una posición de poder someter al PAN en negociaciones legislativas. Los asesores bajo el mando de Feeley también siguen con detalle los conflictos internos de los partidos, sobre todo los del PRD.

Algunos de sus textos contienen apreciaciones comprometedoras para el gobierno de Felipe Calderón y los partidos políticos de México, como el que reporta de buena fuente el acuerdo al que llegaron todos los organismos contendientes en las elecciones intermedias de 2009, de no revelar las cifras del crecimiento de la pobreza en el país hasta después de los comicios.

Finalmente, su nombre figura como responsable de un paquete de al menos 20 cables sobre cuestiones económicas y financieras, 17 sobre política exterior de México y asuntos diplomáticos globales, 12 sobre observaciones y comentarios de los consejeros de la embajada sobre movimientos sociales y derechos humanos.

Enlaces:

Los cables sobre México en WikiLeaks

Sitio especial de La Jornada sobre WikiLeaks

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