Mueller dice que se reforzará labor de inteligencia en El Paso y el DF Jueves 31 de marzo de 2011 J. Jaime Hernández/Corresponsal El Universal politica@eluniversal.com.mx WASHINGTON.— El director general del FBI, Robert Mueller, reconoció ayer que a Estados Unidos le preocupa que la violencia de los cárteles que castiga a México “se traslade al norte de la frontera” y, por ello, consideró como “un imperativo” garantizar la seguridad fronteriza de Estados Unidos. “La violencia extrema al otro lado de nuestra frontera sur, continúa impactando a Estados Unidos”, aseguró Mueller durante una audiencia senatorial y al evocar el atentado criminal en marzo de 2010 contra tres funcionarios estadounidenses en los consulados de Ciudad Juárez y el asesinato del agente federal Jaime Zapata, abatido el pasado 15 de febrero por un comando de Los Zetas en una carretera federal de San Luis Potosí. La violencia que azota a México volvió a hacer ayer acto de aparición durante una serie de audiencias en el Congreso en las que el jefe del Comando Norte, el almirante James Winnefeld, aseguró que los cárteles se han convertido en unas organizaciones transnacionales altamente “sofisticadas y despiadadas” que, cada año, reciben aproximadamente 40 mil millones de dólares desde EU, el más importante mercado consumidor de drogas. “Aún y cuando (los cárteles) no pueden considerarse como fuerzas militares, estos recursos les confieren un gran poder y las ubicarían entre las 10 principales fuerzas armadas del mundo”, consideró Winnefeld. “Así es que son una amenaza (a la seguridad de ambos países) que está muy bien financiada, en buena medida, gracias a la demanda de Estados Unidos”, añadió el jefe del Comando Norte durante una audiencia ante el comité de servicios armados de la Cámara de Representantes de EU. El principal responsable de los programas de entrenamiento de las Fuerzas Armadas en México, consideró que el Ejército mexicano merece todo el crédito y reconocimiento por haber sido enviado a la trinchera para enfrentar a una “amenaza sofisticada y despiadada”, mientras se veía obligado a digerir “transformaciones muy difíciles” por haber sido una institución que se dedicaba a resolver contingencias de desastres naturales. “Hoy puede decirse que son una fuerza capaz de operaciones regulares contra esta amenaza sofisticada”, consideró el militar estadounidense responsable, en buena medida, de esa transformación en México. Ante las suspicacias que levanta la colaboración de las Fuerzas Armadas mexicanas con el Comando Norte, el almirante Winnefeld se esforzó por resaltar las frases que se han convertido en una suerte de guión obligado para los máximos responsables militares y civiles cuando se trata de hablar de la colaboración bilateral con México: “Estados Unidos tiene un gran respeto por la soberanía de México” y sus autoridades “son siempre las que lideran” en aquellos operativos que se desarrollan en su territorio. Las palabras del almirante fueron una alusión no sólo a las misiones de entrenamiento, sino a las labores de vigilancia en las que se han utilizado vuelos no tripulados a petición del gobierno mexicano. “El gobierno mexicano tiene una estrategia; han definido con nosotros un marco fundamental para guiar nuestra cooperación y nos han invitado a que colaboremos en sus esfuerzos”, enfatizó el jefe del comando. Comparecencia álgida A su vez, el director general del FBI reiteró que ante la amenaza de los cárteles en México “es imperativo” reforzar las seguridad fronteriza. Al ser interrogado por el senador republicano Lindsay Graham, sobre el impacto de la violencia en México y la necesidad de garantizar la seguridad en la frontera, Mueller tuvo dificultades para articular una respuesta coherente. El director del FBI, que hace apenas dos semanas consideró que con “el número de muertos y las atrocidades que ocurren al sur de la frontera”, difícilmente se puede hablar de éxito en la lucha de México contra los cárteles, se cuidó mucho en esta ocasión de no emitir ningún juicio de valor sobre la situación en el vecino del sur. “A pesar de los esfuerzos e intentos (de Felipe) Calderón desde el comienzo de su administración para resolver…”, fue la frase que Mueller dejó a medio terminar. El resto de su respuesta se convirtió en una sucesión de frases entrecortadas e incoherentes que incluyeron expresiones como “el aumento de homicidios, la ruptura...”. “No quiero decir justicia, pero, ya saben, restricciones, limitaciones...”. La estrategia de Mueller para tratar de responder a la situación en México concluyó con su mención a los esfuerzos que realiza el FBI para habilitar una mejor recopilación de información de inteligencia desde el Centro de Inteligencia de El Paso, Texas (EPIC por sus siglas en inglés), así como desde las oficinas de su agregado en el DF. Además, expuso Mueller, el FBI ha creado comandos híbridos de agentes especializados en delitos de corrupción, lavado de dinero, narcotráfico y delitos de cuello blanco para coordinar las investigaciones que se realizan principalmente a lo largo de la frontera.
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