Raúl A. Rubio Cano
Septiembre 29 de 2016
A últimas horas de ayer, nos enteramos de la entrega por autoridades mexicanas a militares Yankees de los restos de un conjunto de invasores que en septiembre de 1846, hace 170 años, vinieron a saquear y asesinar mexicanos y que por primera vez, en la historia del imperialismo que practican los vecinos del Norte, terminaron bombardeando una ciudad metropolitana como Monterrey, con sus piezas de artillería ante la feroz resistencia del Ejército Mexicano, ya que desde el primer día de batallas, cientos de invasores gringos quedaron aniquilados; por eso, los altos mandos de esos invasores ordenaron atacar a la población civil. Hasta los mismos artilleros yankees en sus crónicas de esos sangrientos días, maldijeron esas órdenes para bombardear las casas de las familias de Monterrey. De veras ¡Qué honor pueden tener esa bola de asesinos! Que la emprendieron contra mujeres y niños. Fue así, el comienzo en la historia imperial de los Estados Unidos de América, el que éste país tenga que destruir población civil para ganar sus guerras en todo el mundo. Por eso, la invasión de Monterrey en 1846, será el arranque de las grandes carnicerías del Yankee en los cinco continentes del planeta y por eso, no nos queda más que decir ¡Malditos funcionarios mexicanos y sus sirvientes (historiadores y demás paleros)! que entregaron los restos de esos asquerosos asesinos que vinieron a destruir nuestra ciudad en 1846. Un hecho que hasta el mismo presidente Abraham Lincoln lo reconoció y duramente criticó. O, el general Winfield Scott escribiría “Nuestros militares y voluntarios, si solo una décima parte de lo que se dice es cierto, han cometido atrocidades –horrores– en México, suficientes como para hacer que el cielo rompa en llanto, y todo americano, de moral cristiana, se sonroje al pensar en su país. Asesinatos, robos y violaciones de madres e hijas en presencia de los hombres atados se han vuelto un suceso común a lo largo del Río Grande.” ¡Maldito gobierno mexicano…! Sí ya les entregó el gas y el petróleo a los gringos, que no les entregue los restos de criminales que sólo vinieron a saquear y matar mexicanos… De veras ¡Qué poca madre! y falta de patriotismo de las autoridades mexicanas y consortes que cooperaron para devolver los restos de esos asesinos destructores de pueblos ¡Viva México, cabrones! raurubio@gmail.com
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