RAÚL A. RUBIO CANO
Octubre 11 de 2012
Contando lo nuestro, defendiendo lo nuestro, recordando a nuestros compañeros Yaquis en la lucha contra el acueducto Independencia y contra Monterrey VI, Oeste y Este juntos en defensa del agua; nos llegan informes del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) sobre el Coloquio Intercultural “El corazón de los venados y la cruz de los pascolas”, celebrado del 6 al 8 de octubre, en el pueblo de Cócorit, Sonora y que abrió un espacio al diálogo y reconocimiento de la tradición que unifica a los pueblos de esa región como su único elemento identitario, no desde una simple danza sino a través de la fuerza ritual que hace visible la compleja cosmogonía de los pueblos yaqui, mayo, guarijío, o´odham, comcáac (seri) y pima, narrada a través de un lenguaje corporal y musical acompañado de letanías, insistieron los antropólogos que estudian desde hace años esta expresión humana. Actualmente la danza continúa siendo un elemento fundamental en la vida comunitaria de estas culturas. El pascola y el venado son personajes que siempre están presentes en las festividades de estos pueblos, desde el nacimiento hasta la muerte. Bernardo Esquer López, músico y danzante tradicional mayo-yoreme de Sinaloa, informó: “La danza del venado la aprendemos a través de la vivencia: vamos al monte y tenemos que observar el árbol, el agua, la lluvia, las nubes, el amanecer, el atardecer y todos los fenómenos de la naturaleza para hacer una recopilación en la cabeza de un patrón musical de cánticos que no está en un idioma sencillo. Los contenidos de la danza del venado son frases en una lengua muy antigua que a veces cuesta trabajo traducir literalmente. El venado también es un hombre, los animales que participan con él también son hombres y nos comunicamos con ellos como si hablaran, hacemos un diálogo con todos los animales”. El indígena yoreme explicó que hoy continúa esa tarea de formación de jóvenes para que la fiesta no se acabe. ¿Qué vamos hacer con el futuro?, preguntó. Uno de los problemas principales a los que se enfrentan actualmente, expuso, es la pérdida de la lengua por diversos factores. La lengua es la parte medular de la fiesta, aseguró Bernardo Esquer, porque cuando se acabe la lengua van a terminar los cantos del venado, por eso ahora tienen una doble tarea: enseñar la tradición y la lengua a las nuevas generaciones de pascolas. En los ojos de los yoreme, yaquis, mayos, guarijíos y o´odham brilla una luz de esperanza, al reunirse con autoridades, investigadores y promotores culturales “el intento se hace”, finalizó un gobernador yaqui que espera, a través de estas actividades, expandir la tradición a gente que no la conoce, fortalecer el espíritu de los pascolas y mantener vivo el canto del venado: la fuerza de la naturaleza que está dentro de todos los indígenas del noroeste de México. raurubio@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario