Ernesto Zedillo, lo premió con la gubernatura de Durango, porque Guerrero Mier, desapareció millones de votos en más de 20 estados de la República e infló los sufragios del PRI
Juan Monrreal López
Enero 12 de 2021
http://www.democratanortedemexico.blogspot.com
Gómez Palacio, Durango. – En plena debacle del PRI-Durango, este 10 de enero del 2021, falleció el ex gobernador duranguense, Ángel Sergio Guerrero Mier, un soldado del Partido Revolucionario Institucional, especializado en estafar el voto ciudadano, abultando las cifras del llamado partido tricolor y robando los sufragios a favor de los partidos opositores al PRI, chapuzas que lo acreditaron frente al ex presidente Ernesto Zedillo Ponce de León, quien lo hizo candidato y luego gobernador de Durango, en el periodo 1998-2004.
Ángel Sergio Guerrero Mier, estuvo dedicado toda su vida partidista, robando a la sociedad mexicana de la certeza electoral que otorgan los votos emitidos por los ciudadanos en las urnas.
Durante más de 20 años, antes de ser gobernador, Guerrero Mier, se forjó con creces la mala fama, – pero cierta-, de ser especialista en desvalijar votos, incluso aquellos que ya estaban depositados en las cajas de elecciones.
Era tal la destreza y complicidad que conjugaba con las autoridades electorales que las actas de escrutinio permutaban los resultados en el trayecto de las casillas hacia los Comités municipales o estatales electivos.
A Ángel Sergio Guerrero Mier, se le recuerda caminar por los pasillos del PRI nacional, llevando consigo los requerimientos de personal, infraestructura vehicular, número total casas amigas por estado, municipio, plazas, apoyos económicos, premios por desempeño, que eran entregados al CEN priista, a la Comisión nacional electoral, a los gobernadores, presidentes municipales y candidatos, quienes aportaban en lo económico y especie, con tal de aplanar con carros completos la charada de la democracia mexicana en tiempos del PRI.
Así fue la militancia partidista del mayor mapache electoral de Durango.
Incluso, siendo gobernador, nunca despreció estas tareas electorales tramposas.
Aun después de entregar la gubernatura, siguió en el socavamiento de los sufragios.
Robar votos a la oposición, inflar sufragios para el PRI, alterar las Actas electorales, y desplazar bandas de mapaches por todo el país, fue el sino de este priista, quien formó bandoleros de los sufragios, que hoy se encuentran de luto, arrinconados por el voto de repudio de los ciudadanos antes burlados.
En 2003, Guerrero Mier, “les picó los ojos” a los priistas en la contienda interna que hizo candidato a Ismael Hernández Deras
Ángel Sergio Guerrero Mier, no sólo era capaz de aplicarles chicanas electorales a la oposición, también se las aplicó a grupos de priistas.
En el año 2003, cuando las aguas de la sucesión gubernamental hervían, el mayor mapache duranguense, hizo uso de las artimañas electorales para que Ismael Alfredo Hernández Deras, – hoy diputado federal y dirigente nacional de la CNC-, derrotara al cacique político avecindado en Gómez Palacio, Carlos Manuel Herrera Araluce.
La consigna era impedir con todos los medios que el empresario lechero, fundador de Chilchota, se apoderara de la candidatura del PRI a la gubernatura en la contienda del año 2004.
Desde el gobierno, Guerrero Mier, armó equipos con los mapaches que él había formado truqueando elecciones en los 20 años anteriores.
Con información en la mano, de que Carlos Herrera Araluce, intentaría ser candidato para las elecciones de 2004, Ángel Sergio Guerrero Mier, activó un dispositivo en el que funcionarios se desplazaron por todo el estado para hacerles saber a los caciques políticos la intención del entonces gobernador, quien tenía contemplado imponer a Ismael Hernández Deras, un desconocido en casi toda la geografía estatal.
Luego generó directrices encontradas que los medios de comunicación, libelistas, pasquineros, difundieron con aplomo como una forma de desquitar los dineros públicos entregados por convenios de publicidad.
Entonces convenció a los precandidatos, que llegaron a la convención interna priista el 14 de diciembre de 2003, proclives a derrotar a Carlos Herrera Araluce, tal como sucedió.
Ángel Sergio Guerrero Mier, indujo al senador Adrián Alanís Quiñones, – recién destituido como secretario de Gobierno, por José Rosas Aispuro-, para que se inscribiera como aspirante.
También, aprovechó las ambiciones del Güero Aispuro, para generar más división y desconcierto, acerca de quien sería el candidato oficial; determinación que ya estaba tomada con los caciques ex gobernadores, José Ramírez Gamero y Maximiliano Silerio Esparza, a la sazón, jefe político del Güero Rosas.
Así que, con la información detallada de quienes eran los delegados,- a quienes ya había “maicedao”-, Ángel Sergio Guerrero Mier, usó las pequeñas ambiciones del Güero Aispuro Torres, para ofrecerle posiciones en el próximo gabinete estatal, oportunidad que el hoy gobernador, valoró como una oportunidad de ganar, ganar, pues como reiteradamente se ha hecho público por la ex presidente municipal de Gómez Palacio, Juana Leticia Herrera e hija de Carlos Herrera Araluce, el finado fundador de la quesería Chilchota, éste entregó 5 millones de pesos a José Rosas Aispuro a cambio de los 35 delegados afines que mantenía dentro de la convención priista; pacto que Aispuro Torres, nunca cumplió.
De esta manera, José Ángel Guerrero Mier, controló el proceso de sucesión.
Por ello, a las 5 media de la tarde del 14 de diciembre del 2003, cantar la victoria de Ismael Alfredo Hernández Deras, sobre Carlos Herrera Araluce, no fue sorpresa, los dados de los delegados estaban cargados a favor de Hernández Deras, desde meses antes.
Ángel Sergio Guerrero Mier, millones de votos torcidos para que ganara la democracia priista
Los zarpazos contra el sufragio ciudadano en más de 20 estados de la República, cometidos por Ángel Sergio Guerrero Mier y los secuaces que empleaba para torcer las decisiones electorales, lo retratan de cuerpo entero; un dictador.
Fueron cientos de elecciones que le sirvieron para perfeccionar las actitudes déspotas que encaramaron a los candidatos del PRI en los puestos de representación popular, aunque las papeletas electorales no les favorecieran.
De muchas maneras, fue un tirano que obstruyó las decisiones tomadas por los electores en las urnas.
Que los priistas duranguenses le rindan honores, es entendible, no justificable bajo ninguna circunstancia, más aún, cuando los caciques políticos de las diversas regiones de la entidad, posicionaron sus intereses por encima de la comunidad, manteniendo al estado en el atraso social y económico que lo ubica como el más pobre del norte de México.
A eso contribuyó Guerrero Mier, con sus trapacerías electorales.
Como gobernador, hizo uno más de los gobiernos de rapiña; incluso días antes de irse de la gubernatura, endeudó ilegalmente a Durango, con 3 mil 500 millones de pesos, y, desde esos días, el tobogán de endeudamiento no ha parado, ni con los priistas, ni con el priista José Rosas Aispuro Torres, disfrazado de panista.
Que las clases dominantes quieran ensalzar este mapache electoral a nivel de un demócrata, es asunto de ellos; pero quedan los datos duros que señalan a Ángel Sergio Guerrero Mier, como uno de los prototipos más deleznables del priismo, como un militante priista que participó en sumir en la pobreza extrema y cancelación de oportunidades de miles de duranguenses.
Los hechos así lo muestran.
Twitter: @jmonrreall
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