Mineros y habitantes indicaron que si el conflicto con la Comisión Federal de Electricidad (CFE) por el precio del carbón no se resuelve en breve, existe el riesgo de que se suspenda la extracción del mineral
El Universal
09-Abril-2009 (04:06 p.m.)
NUEVA ROSITA, Coah.— Mineros y habitantes indicaron que si el conflicto con la Comisión Federal de Electricidad (CFE) por el precio del carbón no se resuelve en breve, existe el riesgo de que se suspenda la extracción del mineral, con grave impacto negativo en 20 municipios de esta región carbonífera de Coahuila.
A su vez, el Ejército reforzó la vigilancia en las instalaciones de las dos carboeléctricas que operan en el municipio de Nava, cuyos accesos fueron bloqueados por los mineros desde el jueves pasado para evitar que se abastezca de carbón a esas plantas.
“Este no es un asunto político, es de sobrevivencia y nos afecta mucho más de lo que se ha dicho hasta ahora. El conflicto impacta no sólo a los cinco municipios de la carbonífera, se extiende a 20 ayuntamientos de las regiones Centro, Manantiales y Norte, hasta Piedras y Acuña”, dijo un minero de Nueva Rosita.
El jueves pasado pequeños productores de carbón decidieron interrumpir el suministro del mineral a las dos plantas carboeléctricas de la CFE que operan en el municipio de Nava, al radicalizar sus acciones en demanda de un mejor precio por tonelada de acuerdo con la cotización internacional.
Los pequeños productores, que exigen a la CFE mil 56 pesos por tonelada de carbón, en lugar de los 736.14 pesos que les paga, impidieron el paso de los camiones que abastecen el mineral para la producción de electricidad en las plantas de Nava.
Una vida muy dura
“Si no se resuelve el conflicto esta semana, a ver qué pasa”, dijo uno de los pobladores de la región donde aun cuando siguen sacando carbón de minas, pozos y fundos, “no sabemos si al inicio de semana suspendan la extracción del mineral. Dios quiera que no”.
Al cumplirse el cuarto día de suspensión del suministro del carbón a las carboeléctricas, la vida de los pobladores de la región carbonífera de Coahuila es cada vez más dura y la gente hace lo que puede para sobrevivir.
Con la venta de tamarindos, galletas de harina integral, empanadas y almohadillas de piña, se sostiene Margarita Martínez Santos, de 59 años, y su marido Genaro Medrano Sánchez, de 63, discapacitado por una embolia que le semiparalizó brazo y pierna izquierdos.
Medrano Sánchez está pensionado y recibe dos mil pesos mensuales, pero le descuentan casi la mitad para pagar la casa del Fovissste que compró en 1992. Primero le descontaban 300 al mes, la deuda era de 83 mil pesos y ahora le descuentan casi mil y debe 168 mil pesos. “Es impagable, no me alcanzará la vida para terminar de pagar”, se duele.
En tanto la gente trata de mantenerse con los escasos ingresos, comerciantes y empresarios dijeron estar angustiados por la marcada indiferencia de la CFE y del gobierno del presidente Felipe Calderón Hinojosa, para buscar una solución al problema de los carboneros.
En Nueva Rosita, el pasado fin de semana los negocios y restaurantes permanecieron vacíos y algunos comenzaron a despedir personal. A pesar de ser Domingo de Ramos, una celebración que regularmente incrementa el comercio, en esta ocasión casi no hubo movimiento en las calles.
Los pequeños productores consideraron la posibilidad de efectuar una caravana de protesta hasta la ciudad de México, para presionar a las autoridades federales a solucionar el conflicto.
Sin embargo, algunos carboneros recomendaron no efectuar esa marcha, porque se podría repetir la historia de hace más de medio siglo.
“Ya vivimos una experiencia muy amarga hace medio siglo, cuando se llevó a cabo la caravana del hambre de los mineros que reclamaban la titularidad del contrato colectivo de trabajo. Se fueron a pie hasta la capital del país y llegaron con sus pies hinchados y llagados. Los humillaron y los regresaron en un vagón del tren”, recordó uno de ellos.
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