miércoles, 18 de marzo de 2020

Movilizaciones femeninas del 8 y 9 de marzo, lucha por una mejor sociedad para todos…


Mujeres marchando durante el Día Internacional de la Mujer en Ciudad de México, el domingo 8 de marzo de 2020. Las protestas contra la violencia de género en México se intensificaron en los últimos años en medio de un aumento de los asesinatos de mujeres y niñas. (AP Foto/Eduardo Verdugo)
RAÚL A. RUBIO CANO
Marzo 10 de 2020
A pesar de las decenas o centenas de miles de mujeres que marcharon en diferentes partes del país, es natural que la derecha o reacción Neoliberal y sus medios Fifís, dieron prioridad informativa al vandalismo de grupos anarquistas por sus actos de violencia contra monumentos, oficinas públicas y privadas, a videos en las redes donde le rayan la Madre al presidente, en fin, el hecho era irse contra AMLO y la 4T y para nada, tomar en serio el sentir de cientos de miles de mujeres que han dicho ¡Basta! al Feminicidio y demás implicación de condiciones que permiten su existencia y afectan la salud física y mental de la mujer. Informar a fondo en los medios Fifís, de la razón de ser del Feminicidio, no es posible, porque no se trata de liberar a la mujer en un sistema económico de muerte como es el capitalismo, sino de conducir la indignación de las mujeres ante las dramáticas condiciones que hoy se viven, contra quienes osen cambiar el estado social de cosas que nos ha dejado el Neoliberalismo. Ayer Carlos Fazio, en su editorial “El 8M, el 9M y el poder patriarcal” en el periódico La Jornada (9/3/2020), nos señala que: “Cuando se registra una ofensiva de restauración conservadora, neoliberal, neocolonial, depredadora y militarizada en varias regiones del mundo, América Latina incluida, el feminismo libertario, emancipador, crítico, ha colocado la contradicción capital-vida como categoría de análisis indispensable. Expresión de ese movimiento feminista de voces plurales y diversas que se ha levantado para contestar al capitalismo y al patriarcado −anudados en un sistema que llega hoy a extremos de devastación de la vida sobre el planeta, con su lógica de despojo de tierras y territorios en función de intereses corporativos de empresas nacionales y trasnacionales, y en el marco de una exacerbación de las violencias misóginas por la escalada del neofascismo−, las mujeres rurales y campesinas, las indígenas y las negras, permanecen en resistencia como guardianas del agua, la tierra, las semillas, la diversidad, los territorios y la vida. Bajo el eufemismo de la llamada Crisis of Democracy y en el marco de una guerra de clases de los de arriba contra los demás (Warren Buffett dixit), la simbiosis entre patriarcado y capitalismo global está presente en la disputa por el control del mundo por los poderes trasnacionales mercantiles, financieros, militares y comunicacionales; en los enfrentamientos geopolíticos y los reordenamientos territoriales de las potencias inherentes al control de los recursos naturales geoestratégicos y de la tierra; en la lucha por la hegemonía tecnológica, pero también en los diseños gerenciales para el control y manejo de las sociedades por fuera de la política.” Un mundo donde el Capital quiere seguir imperando, pero donde ese esfuerzo se traduce en muerte de seres humanos y destrucción ambiental impresionante. Estamos de frente a una crisis civilizatoria y donde la mujer ha puesto lo suyo con su sacrificio y hoy, en todo el mundo, no digamos México, ha dicho ¡Basta! y todo tendrá que replantearse en la búsqueda de un modo de producción afín a la misma Humanidad y en respeto a la Naturaleza. 8 y 9 de marzo del 2020, son un parteaguas de increíbles dimensiones y donde la barbarie de los anarquistas no logró impedir el propósito de mayor toma de conciencia de la Mujer mexicana. De ello vendrá nuevas formas de organización y lucha para ir construyendo otra sociedad, ¡P’al Baile vamos! raurubio@gmail.com.

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