martes, 5 de febrero de 2019

De cronistas e historiadores

// Del Tintero //
Enero 31 de 2019
Fidencio Treviño Maldonado
El dicho o aforismo más popular referente a la historia es el que dice –quien no conoce su historia es candidato a repetirla–y tal parece que a la mayoría de los mexicanos  eso nos vale menos que un cacahuate podrido y reventado en cualquier sucia banqueta, ya que la historia al menos la nuestra navega entre verdades a medias y mentiras completas, en el mundo y en nuestro suelo en particular esta igual y a los pobladores o habitantes parece importarles muy poco. Existen en cada pueblo, en cada región, Estado y República personas que hablan de historia, del pasado brillante, oscuro, gris o sólo de un recuerdo tal vez difuminado y muchas de las veces ponderado de los acontecimientos que el olvido y el tiempo se llevó, sucesos que acontecieron hace siglos o muy recientes y hasta distorsionado. La crónica nunca dicha, jamás escrita, siempre olvidada es revivida por historiadores y cronistas, personajes estos al parecer en la actualidad aves raras, mal entendidas y peor pagadas por quien debería promover la cultura y las artes en los pueblos, regiones, es decir, directamente a sus gobernados.
Al igual que los puestos de bibliotecarios en muchos municipios, Estados , municipios y escuelas se les da a personas “Sólo por ocuparlos”, así muchas veces se toma a la ligera a los cronistas e historiadores, sus sueldos son bajos, sus viáticos no existen en muchos municipios, ya que estos ( algunos presidentes municipales ) dan puestos a los personas de que creen son de edad avanzada y con cualquier limosna se conforman y en otros existe la promesa de ayudar para que el cronista u historiador investigue los sucesos y hechos que al Estado o municipio le acomoden, quedando en eso promesas y simulaciones. A los Gobernadores y mandamás de algún municipio, dicho sea de paso, la historia parece importarles nada y ocurrir a eventos conmemorativos o épicos muy pocas veces, siempre mandan algún achichincle en “representación” de X fulano o fulana, de ahí la importancia que para ellos puede tener un evento o conmemoración importante. Séneca dijo una vez a un grupo de soldados griegos que se disponían a enfrentar a un ejército mucho más poderoso en todos los aspectos al griego– sólo la historia contada y la crónica que ustedes conocen de sus antepasados es quien los respalda– y según Herodoto el padre de la historia, la batalla ante el poderoso ejército de Urías el turco fue para los griegos.  Ser ratón de baúles, ser lupa de papeles amarillentos, sobornar a monaguillos para ver archivos de iglesias, recoger viejos periódicos, preguntar en oficialías de registros, visitar e indagar en comunidades, tener largas pláticas con los viejos, asistir a museos, y no descartar el deambular en los camposantos (Panteones), leer muchos libros, no sólo de historia sino de héroes, bandidos, caudillos, tiranos y traidores es sólo una décima parte de lo que hace un historiador y un cronista. Tal parece que la misma sociedad desconoce en la mayoría de sus regiones, Estados, municipios y comunidades a los historiadores y a los cronistas, como dice Antonio Machado–Inmersos estamos en  la incurable otredad que padece uno–, es decir nunca estuvimos solos y quien lo descubre son los cronistas e historiadores, ya sea un pueblo viejo o alguno en crecimiento, esto con distintas creencias, diversas culturas y lenguas y de ahí nace el nivel histórico, recordando que las épocas viejas y sus costumbres nunca desaparecen y para los cronistas juegan un papel importante, aclarando que pocos grupos de la sociedad actual han podido o querido preservar estas añejas costumbres y es cuando el cronista hace recuentos y recuerdos de esa vida que como los sueños se evaporan, sin olvidar que nuestra idiosincrasia esta labrada de casualidades y formada  por circunstancias. Mientras México con su larga e interminable historia sigue pasivo, desdeñoso, bronco, culto, antiguo, cargando penurias y lleno de lamentos, el país harapiento, paria y brillante, país descubierto por cronistas, cuentistas e historiadores que como Homero  canto la Ilíada y la Odisea, estos hombres deambulan como juglares por caminos secretos y arriesgados hasta encontrar y contar un retazo de historia, esto y más son los cronistas y de ahí la injusticia e indolencia de parte muchos gobernantes al inmerecido trato para cientos cronistas e historiadores; sugerencias y comentarios; kinotre@hotmail.com

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