domingo, 9 de junio de 2019

La comedia social y cotidiana


Fidencio Treviño Maldonado
Mayo 22 de 2019
 –Siglo veinte cambalaches, todos embarrados en el mismo lodo, el que no llora no mama y el que no se mueve es un gis…Tango Cambalache… (J. Santos Discépolo.)
      Honorato ( Honoré  de Balzac ) entre  1833 a 1835 meses más, días menos, escribe un tratado de los que fue la “Vida elegante” y que algo tiene que ver con su obra / La Comedia Humana/, descarnando y descarado como fue su costumbre el escritor Francés  delata a la sociedad francesa en sus trabajos y afanes de aparentar lo que no son, simulaciones que a casi dos siglos de estos escritos las comedias sociales son cotidianas y ahora costumbre y no novedad. En la actual época somos una mala copia y tal vez una caricatura de lo que nuestros antecesores lo fueron, la imitación a todo lo que parezca o sea novedad en tecnología, en modernidad de aparatos, vehículos, máquinas frías que  venden vía tiempo datos, que ofrecen risas y muchas mentiras, noticias que no son novedades, sofismas elitistas de la moda que se les copia a los ídolos de moda, es decir el hombre se sigue retratando en sus Dioses. Estamos queramos o no inmersos en lo cotidiano, comida rápida, muchas veces con trabajos que nos disgustan y sin embargo nos mantienen ocupados robándonos el tiempo, empecinados con el espejismo de superar al amigo, al vecino, al compañero de trabajo, tomado clases de superación personal, asistiendo a conferencias de X compañía, sin saber que es una didáctica conductista en pos de producir para más para quien se trabaja, la superación material es para los monopolios que mandan y manejan ellos, es decir a nadie en esta batalla de depredadores le interesa el casto y puro sentimiento, sin siquiera emitir una dosis de fuerza o voluntad para zafarse de esa hoguera en donde las alas de cera se queman y los sentimientos se esfuman.
      La comedia social en donde muchos burócratas que incluyen personas letradas, al estar en sus mullidos sillones la mayoría de estos burócratas se convierten en máquinas, incluso bajando más su escala social, vegetando en sus trabajos y algunos llegando al grado de la estupidez debido muchas veces a la falta de movimiento de la mente, sirviendo sólo a lo que le dictan sus superiores. En la actualidad (y desde tiempos inmemorables) lo cotidiano ha sido etiquetar las clases sociales, así como se hace con las edades de los individuos y es la sociedad quien etiqueta y cambiar el nombre y apellidos por simples números, catalogados si eres trabajador, rico, famoso, pobre, incluyendo hasta la preferencia sexual en algunos casos, etc. presente esta también la estética del cuerpo según la moda y la época. Por ejemplo, el hombre rico y el pobre siempre serán criticados, el pobre tendrá baja la cabeza, el rico levantará la cabeza, el primero por lógica siempre será esclavo condenado por la miseria, el segundo lo fue y, tal vez seguirá siendo un esclavo de su propia vida para mantener su estatus, la clásica obra teatral de la vida. Emanuel Kent decía –que el individuo en toda su vida, larga o corta son más los eventos ridículos que hace que actos luminosos—, y esto mismo, de otra manera lo dijo el premio Nobel de Literatura, Ernest Hemingway. — todos los ridículos de la sociedad, recorren el mundo en sus bajas, medianas y altas esferas y no importa el nombre sexo o estatus, el ridículo lo puede hacer hasta estando dormido–¿Como…? — le preguntaron algunos–; Roncando- contesto el escritor del Viejo Y el Mar.
     La comedia actual en el mundo social, económico, político, de justicia, convulsionado por guerras de mafias y terrorismo religioso y hasta el plagio de las artes,  parece estar en manos de locos que son protagonistas de estos sucesos, mientras nosotros somos ávidos espectadores y sólo tristes antagonistas de los acontecimientos escuchamos lo que nos cuentan y a diario nos bombardean los miles de comunicadores en esta triste y muchas veces tenebrosa comedia humana que estamos viviendo en pleno siglo XX1, en donde se esconde la realidad y se cuenta la ficción y que como están las cosas se sigue hablando mucho, para decir muy poco. Nada que ver con las inconmensurables comedias y tragedias de Moliere y Petrarca…Sugerencias y Comentarios; kinotre@hotmail.com   

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