miércoles, 30 de agosto de 2017

Guanajuato, se pudre el sector salud



Prioridad a las comisiones, el paciente que pague

28 de agosto de 2017
Redacción

El Hospital General de San José Iturbide, Guanajuato, dependiente de la secretaría de Salud estatal está saturado, pues ahí se atienden miles de personas derechohabientes que acuden a buscar servicios de salud de esa población y de muchas poblaciones cercanas.
Por su nivel, el hospital carece de muchos servicios, de personal, de equipamiento, de insumos, bueno, está como la mayoría de los del país, en el abandono.
El área de Trabajo Social es la encargada de canalizar las necesidades de los enfermos y de acuerdo con la capacidad económica de cada persona, encauzarlos a los servicios más económicos o de su envío a una unidad del sector de mayor nivel.
Sin embargo, Trabajo Social de San José Iturbide está “vendido” con una empresa privada que otorga servicios de salud en materia de gabinete de radiodiagnóstico. En efecto, los pacientes que requieren de servicios de tomografía computarizada son enviados hasta la ciudad de Querétaro, capital de ese estado y obligados a perder un día completo, más los gastos de transporte, alimentos y otros derivados.
Por las comisiones que recibe de “Vida Care”, Arely Hernández, la titular de Trabajo Social del hospital le manda “todos los pacientes posibles”, por supuesto, Arely tiene un ingreso excedente por trabajar también para Vida Care.
La lógica del billete fácil se impone ante la lógica de la necesidad de las personas y del derecho a recibir una atención digna y dentro de su presupuesto. En San Luis de la Paz, también Guanajuato, un pueblo relativamente cercano a San José Iturbide -30 kilómetros-, se brinda el servicio de tomografía con mejores equipos y en mejores condiciones que en Querétaro –una vuelta de cerca de 140 kilómetros-.
La directora del hospital, Arisbeth Molina, también es presa de sus patrones privados. Aunque no se sabe si es directora, administradora o que cosa sea. Arisbeth se mantiene peligrosamente al centro sin tomar partido, no quiere ser de izquierda ni de derecha, sin embargo, con gusto recibe su chayote.
No es todo. Coludida con un grupo de empresarios del ramo de las ambulancias, Arely escoge también a que empresa les dará la chamba del “transporte” del enfermo, dado que por mera casualidad las ambulancias del Hospital General San José Iturbide siempre están ocupadas o descompuestas. Es cierto, por escoger el transporte, Arely se lleva otra tajada. Negocio redondo, pues.
Por si algo faltara, en cuestión de ambulancias la cosa está crítica, pues al coro de las corruptelas se presta la Cruz Roja de San José Iturbide, ellos también se pelean el “transporte” de pacientes a Vida Care, aunque sacrifiquen la vida de cualquier persona ante alguna llamada de emergencia. Ahí la cosa está delicada, pues parece ser que el patronato de San José no reporta a sus superiores cuantiosos ingresos diarios por “traslado de pacientes”.

Y vaya que los cobros por traslado hasta Querétaro rondan los dos mil quinientos pesos, ya sean privados o por parte de la Cruz Roja.

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