RAÚL A. RUBIO CANO
Abril 17 de 2018
El Bronco en el arranque de su campaña para la presidencia de la República, sacó a la palestra un conjunto de temas -que dicen los medios informativos- son obras que él no pudo terminar, pero en realidad son proyectos que viene desde la administración de Rodrigo Medina y que el Bronco los dejó pasar y, para nada, realmente los indagó a fondo para que con ello se refundiera a Medina y demás colaboradores, a la cárcel eternamente, por todas esas malas acciones y abusos de los dineros del pueblo que esas obras venían implicando desde su misma planeación, hasta parte de la ejecución de algunas de ellas. Lo anterior evidencia lo perverso de El Bronco y su administración, ya que jurando en campaña que metería a Medina a la cárcel, realmente hasta el momento lo ha protegido y ahora, hasta ofrece –con sus promesas para llegar a la Presidencia- pues, terminar esas obras que Rodrigo Medina dejó inconclusas como el caso de Monterrey VI y su traída de agua del río Pánuco, camuflageado en eso que llamó “Plan Hídrico” en contubernio con el Consejo Nuevo León (ese organismo de los 10 grupos empresariales más fuertes -pero será de olor-, porque ya son peleles de capitales trasnacionales, más los que vengan). El supuesto programa que ofreció el sábado pasado en el Domo Care, pone más que en evidencia su servil entrega a Los Medina (padre e hijo) y exhibe ya no su maldad sino -insistimos- su perversión para querer seguir estando “arriba de la burra” de alguna u otra manera. Al igual que Donald Trump, la “praxis política” de El Bronco (si es justo utilizar ese término para el actuar de tal individuo) es fundamentalmente la mentira, y es que ello es normal para un servil a esa economía ficción en que el capitalismo busca perpetuarse a través de los últimos tiempos y, a ello le corresponde su correlato de una política ficción y donde la mentira, es el fundamento natural para la existencia de las nuevas formas de valorizar capitales; porque sí bien, hasta antes de la aplicación de las políticas neoliberales en 1982, la economía mexicana y su Estado buscaban (que lo lograran es otra cosa) dar racionalidad a la contradicción Capital-Trabajo; hoy con el Neoliberalismo económico, todo esto se ha perdido y sólo el agandalle vil y mentiroso es lo que impera como máxima económica y política del actuar del moderno político; por eso, quien intente mermar en algo esta rapiña y mentidero, será visto por la oligarquía imperante y sus patrones imperiales, como un emisario del pasado y un sujeto peligrosos que afectará la rapacidad y falsedades con que se conduce el actual proceso de acumulación de capitales. Por eso, El Bronco, no sólo es un instrumento para querer afectar electoralmente a AMLO, sino es la viva expresión del político afín a esa cúpula del poder oligárquico mexicano que quiere seguir haciendo de las suyas bestialmente, destruyendo seres humanos y Naturaleza. ¡Órale! raurubio@gmail.com
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