lunes, 14 de mayo de 2018

Alcalde de Durango; José Ramón Enríquez Herrera; galardones ficción, ciudad deshilachada


Juan Monrreal López
Marzo 9 de 2018

Durango, Durango. – Diez y ocho meses al frente de la presidencia municipal bastaron para que al oftalmólogo José Ramón Enríquez Herrera, le entregaran 2 veces el Premio Internacional Maya 2017 y 2018, un galardón patito que otorga el Instituto Mejores Gobernantes A.C. a todo funcionario que pague entre 1 mil 400 o 1 mil 500 dólares como requisito esencial para merecerlo, aunque el boletín oficial de prensa del ayuntamiento de Durango, diga que la distinción se concedió porque “el Ayuntamiento se destaca por su política pública que ha servido de ejemplo para otros municipios, estados y países”, frase elaborada para abarcar la megalomanía del alcalde.
Ambicioso por recibir reconocimientos fuera del municipio, antes que por los habitantes de la ciudad que gobierna, Enríquez Herrera, no salva positivamente el juicio ciudadano, quienes después de 540 días de gestión ven como las condiciones de vida en la capital se deterioran como consecuencia de la quiebra de los servicios públicos, narcomenudeo, pavimentación, crecimiento de la inseguridad pública, opacidad gubernamental, y por si fuera poco, incertidumbre administrativa por el inminente abandono de la presidencia por José Ramón Enríquez, quien contenderá por la senaduría de la República en primera fórmula bajo la estafeta de la alianza,  Por México al Frente, conformada por PAN, PRD y MC.
Elegido alcalde como candidato de la Coalición Unidos por Ti, formada por PAN y PRD, en las elecciones de 2016, José Ramón Enríquez, tuvo que renunciar técnicamente al partido MC e incluso desistirse de participar como partido para poder ser aspirante a la alcaldía.
De hecho, el partido MC, no participó en el proceso electivo y el llamado partido del movimiento naranja perdió el registro local en Durango.
Pero eso no importó a Enríquez Herrera, quien por primera vez ganó unos comicios luego de dar tumbos por casi todos los partidos, una vez que abandonó el gobierno del hoy senador, Ismael Alfredo Hernández Deras, administración donde ocupó la secretaría de Salud, misma que abandonó cuando Ismael Hernández, le ratificó que no ocuparía la secretaría de Finanzas, según aseguran ex miembros del gabinete ismaelista a este medio.
Entregado en la Ciudad de México el pasado 25 de febrero frente a otros clientes de distintos municipios mexicanos e iberoamericanos, el Premio Internacional Maya 2018, en general es considerado un reconocimiento de oropel comprado por personas con baja autoestima, mitomanía y megalomanía de acuerdo con psicólogos con especialidad en análisis de perfiles entrevistados por Demócrata Norte de México.
En Durango, las adquisiciones al Instituto Mejores Gobernantes A.C.  las inauguró el ex Síndico de Gómez Palacio, Dagoberto Limones.
Siguieron José Ramón Enríquez, la alcaldesa de Lerdo, María Luisa González Achem.
Luego la defenestrada, – por la presidente Juana Leticia Herrera Ale-, la ex primer Regidora de Gómez Palacio, Isabel Charles Alvarado.
Sólo José Ramón Enríquez Herrera, ha adquirido 2 veces el Premio Internacional Maya en menos de 2 años al frente de la alcaldía duranguense.

Durango, ciudad deshilachada

Los servicios públicos en Durango no han mejorado en estos 18 meses del gobierno del oftalmólogo José Ramón Enríquez Herrera.
Basta hacer un recorrido por la ciudad para detectar que la pavimentación se encuentra en condiciones deplorables al igual que cuando gobernaba el priista Esteban Villegas Villarreal, a quien por cierto Enríquez Herrera prometió en campaña investigarlo para presentar ante la ley los desvíos de recursos de él y algunos funcionarios que evidentemente saqueaban la ciudad.
Diez y ocho meses después, nadie resultó responsable de daño patrimonial alguno o al menos ningún burócrata priista ha sido denunciado, por tanto, José Ramon mintió al electorado municipal.
En la propia etapa proselitista, el oftalmólogo prometió contratar a proveedores y constructores municipales.
Después se supo, por fuego amigo de la administración, que las pocas calles rehabilitadas en el municipio, las realizaron empresarios de Monclova, Coahuila, quienes terminaron denunciando al ayuntamiento por falta de pago.
Sin embargo, esto no es todo.
Los damnificados de la inundación del año 2016 siguen sin ser atendidos en su totalidad, según denunciaron a Demócrata Norte de México, en un recorrido por el área afectada en 2016.
Pese a la frase de la administración de “Durango, te quiero ver feliz”, la alegría no llega con el llamado gobierno del cambio, con el auto nombrado “gobierno ciudadano”.
En estos 18 meses, el único negocio que ha crecido haciendo felices a los empresarios de ese ramo, son los narcos menudistas.
Basta recorrer la ciudad, para encontrar un sin número de distribuidores de narcóticos de todo tipo; marihuana, cocaína, cristales, etcétera, vendida por repartidores de a pie, sobre motocicleta o puntos fijos,- conocidos como ventanitas-, que ya han convertido a Durango, en una de las 4 ciudades que más propician la drogadicción, según denunció el pasado 6 de marzo a los medios, Carlos Guereca Prado, representante de la Organización Interamericana de Consejos Ciudadanos: Reconstrucción y empoderamiento del sector Social Civil (OICC-América) en Durango, apoyado con la Encuesta Nacional de Inseguridad Urbana (ENSU) del Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI) 2017.
Dichos sondeos arrojaron que el 60.5 por ciento de los habitantes mayores de 18 años identificaron venta o consumo de drogas en los alrededores de su vivienda.
Más preocupante aún, cuando se observa a quienes extienden los pequeños sobres o envoltorios que contienen los estupefacientes son muchos menores de edad, enganchados principalmente en las colonias proletarias donde se les cerraron las puertas a la escuela o un trabajo.
Aunque el boletín oficial acerca del Premio Internacional Maya 2018, otorgado al presidente de Durango José Ramón Enríquez Herrera, en cuyas políticas destaca ser “ejemplo para otros municipios, estados y países”,entre otros porque “se han dado frutos reconociendo a Durango a nivel nacional como una ciudad que no tiene niños y niñas trabajando en situación de calle”, lo que obviamente es ficción, según se observa con transitar por las calles de la ciudad.
Por desgracia, de acuerdo con cifras oficiales de gobiernos del continente y organizaciones internacionales, no existe ciudad en América Latina que no tenga niños trabajando en situación de calle.
Además, la Encuesta Nacional de Inseguridad Urbana (ENSU) levantada en este municipio entre la población mayor de 18 años por el Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI) acerca de sentirse inseguros, arrojó que el 52.3% de los duranguenses afirmaron percibirse inseguros en esta capital estatal, cuando en septiembre del 2017, la percepción era del 44 por ciento de los habitantes.
Junto con esto, el 45.5 por ciento de la ciudadanía respondió que padeció vandalismo en los alrededores de su vivienda o entorno laboral.
Por si fuera poco, tan sólo en enero de este año, la ciudad elevó en alrededor del 10 por ciento los robos al alcanzar 1002 hurtos tan sólo en el primer mes del año; lo que habla de la dinámica de pobreza y desesperación imperante en esta ciudad en la que a todos quieren ver felices, aunque no puedan costearse estudios o mantengan un trabajo estable.
De hecho, Carlos Guereca Prado, también presidente del Consejo Estatal Ciudadano declaró que, de los 2800 delitos cometidos durante el mes de enero en todo el estado, el 73 por ciento de los robos se perpetraron en esta ciudad.
Por otro lado, en la ENSU se registra que más del 20 por ciento de la población de este municipio identificó balaceras o tiros de arma de fuego en torno a su vivienda o área de trabajo.

Durango, municipio opaco

De acuerdo con el Instituto Mexicano de Competitividad (IMCO), ningún municipio del estado de Durango reúne las normas mínimas de información, el ayuntamiento de la capital no es la excepción.
De hecho, el estado de Durango ha ocupado los últimos lugares de transparencia nacional en los últimos años, una materia que, a los gobiernos, priistas o del cambio, no importa.
Un municipio es opaco cuando su rendición de Cuentas Públicas no se presenta a los ciudadanos de manera clara y van acompañadas de negativa sistémicas para dar respuesta a las solicitudes de información pedidas por los ciudadanos, este es el caso del ayuntamiento de Durango, que nunca ha respondido las diversas solicitudes de búsqueda realizadas por Demócrata Norte de México, siendo la regla, no la excepción.
Incluso diputados del Congreso de Durango confiaron en el anonimato,- por pactos políticos con el gobernador-, el desorden administrativo que permea en el ayuntamiento de esta ciudad, mismo que se reflejará “más temprano que tarde”, aunque ya se siente en los habitantes de esta ciudad, en la falta de obras tan necesarias como el drenaje, agua, e infraestructura urbana que evite las inundaciones que temporada de lluvias, tras temporada de lluvias, arrasan con colonias y propiedades destruyendo patrimonios de decenas de años.

Diez y ocho meses de gobierno y José Ramón Enríquez Herrera, ya se va por una senaduría

José Ramón Enríquez Herrera, quiere ser gobernador de Durango, “en ese sentido se encuentra empeñado”, dicen sus seguidores.
Así que, la ruta trazada por este oftalmólogo que nunca había ganado ninguna elección hasta que, en el año 2016, se hizo candidato de la coalición conformada por el PAN-PRD duranguenses que lo llevaron a la presidencia municipal; sitio desde donde trazó la estrategia de convertirse senador, – bueno antes dijo que sería secretario de Estado en la próxima administración federal-, hasta posicionarse como la opción más viable para disputar la gubernatura en el año 2022.
Cómo sí la política fueran escaloncitos.
Lo cierto es que, en los primeros días de abril abandonará la alcaldía; la obsesión no es servir a la ciudadanía, es conseguir la ambición de gobernar el estado.
Bajo fuego amigo, pero también de incapacidad administrativa, José Ramón Enríquez Herrera, buscó soportes externos para apuntalarse.
Primero, buscó el padrinazgo del corrupto ex gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, quien le negoció la nominación a la alcaldía.
Después, consiguió apropiarse de las representaciones de los cuasi membretes como la Asociación Nacional de Alcaldes (ANAC) y la Conferencia Nacional de Municipios de México (CONAMM).
Posteriormente, compró los galardones Premio Internacional Maya comerciados por el IMDE- Instituto Mejores Gobernantes A.C. mientras la ciudad seguía tan estancada como en los tiempos del PRI con funcionarios corruptos, incapaces, nepotistas y mafiócratas, por decir los menos.
Y mientras esto sucedía en el exterior del estado, el municipio siguió deshilachándose; esperando resultados de quien prometió a “Durango, te quiero ver feliz”, mientras la corrupción municipal avanza inexorablemente acompañada del narco menudeo e inseguridad.
No es lo mismo decir que hacer; gobernar no es la maña de pactar con la mafiocracia; es el arte de construir hilos de toma de decisiones ciudadanas y transparencia de Cuentas Públicas.
Nadie votó para que José Ramón Enríquez Herrera, usara de escalón los votos ciudadanos.
Allá, él y sus galardones ficción.
Twitter@jmonrreall

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