RAÚL A. RUBIO CANO
Agosto 12 de 2015
El pasado lunes, la arquitecta Nora Toscano Cavazos, entregó la presidencia de la Academia Nacional de Arquitectura, Capítulo Monterrey, por terminar su bienio de muy trascendentes actividades (2013-2015) a la luz de los principios del arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, quien decía que la arquitectura debe entregarse a su sociedad; por ello, la participación en defensa del hábitat de los nuevoleoneses fue contundente con Toscano, ahí está la defensa de la Macroplaza contra proyecto rapaz de la secretaría de Turismo; el rescate de pequeño espacio verde al lado del Congreso del Estado; o, su negativa al proyecto Monterrey VI, por citar algunos. ¡Nunca! en la historia de este organismo de profesionales de la arquitectura local, se había llegado a tales definiciones y participaciones en las luchas del pueblo de Nuevo León. Hoy la ANACM la preside el arquitecto Gilberto L. Rodríguez Martínez para el bienio 2015-2017. Ese evento de cambio de mesa directiva fue todo un hecho importantísimo por el balance de la administración de Toscano y los diferentes reconocimientos; sin embargo, no faltó un lamentable error en ese evento, al reconocerse como defensor del Patrimonio Cultural en la entidad a un cuestionado personaje y actual funcionario del gobierno del Estado que se hace llamar “arquitecto” cuando su titulación no aparece en la Dirección General de Profesiones del país, el tal Javier Sánchez García-, una situación lamentable de engaño primeramente a ese gremio y además, esa noche y desde tribuna, arremetió con supuestas indirectas de asemejar las destrucciones del patrimonio de Medio Oriente por Talibanes y el EI, con la lucha de rescate que se lleva en Barrio Antiguo, nada menos ante integrantes que se encontraban en esa sesión de la Junta de Protección y Conservación de ese Barrio. Las supuestas destrucciones que han venido aludiendo Sánchez y otros despistados arquitectos en las últimas semanas, no son más que “falsos históricos”, tan falsos como el título que ostenta Sánchez. Además, se han corrido ríos de tinta desde 1989 por la pésima defensa de Sánchez del Patrimonio Histórico y Arquitectónico local cuando dirigió el INAH. Allí está el saqueo de antigua botica en Allende con personal del INAH, llevada a México para restaurar por Manuel Serrano y regalada a Miguel Ángel Fernández, entonces director de museos del INAH y luego, haberla vendido al Museo del Vidrio de Vitro, cuando lo dirigía Eliseo Garza: toda una banda del saqueo. Es más, Sánchez, nunca hizo nada contra Israel Cavazos, por pérdida de miles de documentos como el Acta de Fundación de la Ciudad y saqueo del Archivo Municipal de Guadalupe, Cavazos se lo llevó a su casa…decenas de denuncias gravísimas y aun así lo premian ¡Qué poca…!
raurubio@gmail.com
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