RAÚL A. RUBIO CANO
Septiembre 28 de 2015
Hoy se entrega al gobernador electo Jaime Rodríguez, el Bronco, la Agenda Ambiental desarrollada por un conjunto de profesionistas y universitarios estudiosos del medio ambiente, algunos de ellos con amplia experiencia en los avatares de las dependencias de los tres niveles de gobierno; e igualmente, estará en el evento, Fernando Elizondo y el empresario Eugenio Clariond, presidente del Fondo Metropolitano del Agua, quién a como dé lugar, a través de Cosijjoppi Montero de Reforestación Extrema, buscan servirse ampliamente de un proceso de lucha como fue la sinergia logrado entre ellos y muy diversos organismos de doña Sociedad Civil, contra el proyecto Monterrey VI y, agregando a ello, está la llegada de un candidato a la gubernatura del estado con el respaldo de un millón de votos ciudadanos que, ante el hartazgo de la corrupción y demás maldades de los Medina, votaron por el Bronco. En ese contexto, la Agenda Ambiental, busca ser una guía para lograr cierta mejoría ambiental pero, para nada ha sido estructurada desde un principio, como el principal documento que debería de guiar el ejercicio del gobierno Bronco y ello, no es así, porque de una u otra forma muchos de estos constructores de la citada agenda siguen sin entender la gravedad que vive el mundo y mucho menos, tienen los arrojos para combatir a tanta maldad de unos cuantos, porque esperan una chamba o negocio con el Bronco y obviamente, no se atreverían a contradecir los interese económicos que con el gobierno del Bronco se buscan ahora instaurar, tanto en las estrategias de valorización de capitales de los grupos económicos locales, como nacionales y sobre todo: trasnacionales. Por eso, la Agenda Ambiental citada, es en sí para empezar, un documento castrado y no una herramienta de combate para alcanzar un medio ambiente más sano y perecedero para todos, ante las dramáticas estadísticas de muerte que ya vive la metrópoli y el estado en general. Se olvidan los constructores de esta agenda –a pesar de mis cuestionamientos en la elaboración de la misma- de que como señaló recientemente Noam Chomsky, el problema ya no es la crisis económica y demás correlatos que ella implica en nuestro mundo; no, el problema fundamental hoy es lo ambiental, si queremos salvarnos como especie, como planeta. Por eso, insistí durante la construcción de esa agenda en apuntalar la Carta Encíclica del Santo Padre Francisco, “Laudato sí”, porque constituye el documento más contundente de lo que tenemos qué hacer para sobrevivir y no vayamos a los planteamientos de la Fundación Keshe que va mucho allá que su Santidad, en eso de pasar al manejo de la energía libre. En fin, pa’l baile vamos, con Agenda o sin Agenda Ambiental…la lucha sigue, la lucha sigue y sigue.raurubio@gmail.com
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