martes, 7 de abril de 2009

Investiga PGR ejecuciones

EL SIGLO DE TORREÓN / TORREÓN

FISCALÍA DEL ESTADO ENTREGA A LA PGR LAS EVIDENCIAS DEL HOMICIDIO DE DOS MILITARES

Señalan que militares muertos salieron del cuartel el viernes y no regresaron.


La Procuraduría General de la República (PGR) atrajo la investigación del homicidio de dos elementos del Ejército que fueron ejecutados el sábado y cuyos cuerpos fueron abandonados en la colonia Durangueña.

La Fiscalía General del Estado de Coahuila (FGE) informó que turnó a la delegación estatal de la PGR todas las evidencias de la averiguación previa sobre la muerte del teniente Héctor Martínez Escamilla, de 27 años de edad, y del sargento primero, Ulises Toto Hernández, de 26 años de edad. Ambos estaban adscritos al 33 Batallón de Infantería con sede en Torreón.

La PGR tiene la facultad de investigar el caso por tratarse de servidores públicos y recibirá todas las diligencias realizadas por el agente del Ministerio Público estatal que conoció los hechos. En diciembre de 2007 la dependencia también atrajo la investigación de los asesinatos de tres oficiales del Ejército que fueron baleados en el centro de Torreón.

Los reportes iniciales de la investigación indican que Martínez Escamilla y Toto Hernández salieron de laborar la tarde del viernes tres de abril. El sábado por la mañana ya no se presentaron al pase de lista en el campo militar de La Joya.

El mismo sábado, a las 7:40 de la mañana, vecinos de La Durangueña reportaron al 066 la presencia de un automóvil Chevy color blanco con vidrios polarizados y placas de Tamaulipas que había sido abandonado cerca de las vías del ferrocarril.

Las características del automóvil blanco y el hallazgo de una gorra de militar que reportaron los policías municipales hicieron sospechar a los militares que se podría tratar de sus compañeros. El hallazgo provocó una gran movilización de militares y policías de todas las corporaciones.

Según la autopsia, los dos militares murieron por golpes en la cabeza y no presentaban disparos de arma de fuego. Los peritos determinaron que la muerte les fue causada por objetos que les aplastaron el cráneo. Uno de ellos, según la autopsia, presenta marcas similares a las de la llanta de un automóvil.

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