RAÚL A. RUBIO CANO
Julio 1 de 2021
Nuevamente Samuel García, gobernador electo más no en funciones todavía, nos sale con otra de sus ocurrencias al informar ayer de su visita que realizará a finales de Julio al estado de California, en los Estados Unidos, ya que, según él, se cuenta con muy buen sistema de medición de la calidad del aire en ese estado y buscará replicar la experiencia de la Agencia que ellos tienen, en nuestra entidad (periódico El Horizonte, 30/6/2021). El Asunto es muy cuestionable, porque por lo visto Samuel y los “expertos” que lo acompañan en tal propuesta, vuelven a sacar a la palestra el hecho de que en la entidad no tenemos experiencia en el tema, no hay personal capacitado y hasta investigaciones que a pesar de sus fondo internacionales con que han contado algunas de ellas, para haber estudiado el fenómeno, y en donde han intervenido nuestras universidades públicas y privadas, no digamos el hecho de contar con técnicos muy expertos en el tema, pareciera que a Samuel, no le dice gran cosa todo ello y por lo tanto, hay que ir a California (como en el año 2013 se fue a AECOM con eso de los Distritos Urbanos) para que nos digan cómo hacer las cosas, ahora en el crítico tema del aire que todos respiramos. Definitivamente ¿Dónde deja Samuel las investigaciones de la UANL en el tema, desde los innovadores estudios del Doctor Alfredo Piñeyro, los trabajos del doctor Benjamín Limón del Centro de Investigaciones de la Facultad de Ingeniería Civil o, modestia aparte, el estudio realizado –cuando nadie quería hablar de éste tema- en 1986, en el Centro de Investigaciones de la Facultad de Psicología, investigación realizada por el doctor Francisco Carreón y un servidor, que le costó al doctor Carreón perder la dirección de la carrera de Química en la UDEM? o ¿Las investigaciones del Centro de Calidad Ambiental del ITESM, con gente como los doctores Gerardo Mejía, Martín Bremer y otros y hasta con inversiones del gobierno del Reino Unido? ¿Los trabajos del mismo gobierno Estatal o Federal en la entidad sobre esta problemática con nuestras principales universidades? o ¿los trabajos de la CAINTRA donde el doctor Fernando Gutiérrez Moreno será clave por muchos años y su influjo llegará hasta la Secretaría de Desarrollo Sustentable en el gobierno de Natividad y de Medina? o ¿El trabajo del premio Nobel de Mario Molina que también estudió la calidad del aire que todos respiramos? De plano, hay mucho camino andado en el tema y el problema de la contaminación del aire queda claro en todo ello que no sólo es de medición de fuentes internas o externas que año con año -éstas últimas- nos remiten a la contaminación que viene del Este industrial norteamericano y de las plantas petroleras texanas, con la llegada de los frentes fríos a nuestra metrópoli; sino este fenómeno, también llega hasta con las arenas del Sahara o inclusive de China, porque nuestra contaminación no sólo le compete a fuentes internas a la entidad, sino es un problema de geopolítica, muy poco estudiado –creo que sólo en esta columna hemos insistido en esa otra arista de la contaminación de nuestro aire-. Por lo tanto, por más que el caso de California y sus mediciones sea una referencia confiable en materia de la calidad de su aire, las autoridades californianas no hicieron nada para parar la contaminación de los pozos petroleros que tienen en el distrito de Los Ángeles y, en medio de esa crisis ambiental de contaminantes atmosféricos, se les vino encima el mundo -les tronó el polvorín-, con todo el mega incendio forestal de hace un año, entonces ¿Para qué quieren en California tanto cuento con eso del monitoreo del aire y con mucha validez y confiabilidad en su medición? sí no hay acciones concretas para disminuir la contaminación. Que quede claro, mejorar la medición en los monitoreos del aire que todos respiramos, no es del todo una solución –insistimos- si no se acompaña de cambios en las leyes y verdaderas sanciones a las industrias extractivas y de transformación o, al transporte; si no hay verdaderos cambios en las actividades esenciales económicas que tenemos por otras verdaderamente sostenibles. Así que por favor, que Samuel y sus Corte de inútiles y centaveros, no nos quieran vender una realidad de “Magicuento” en eso de andar midiendo la calidad del aire que respiramos, porque eso ya lo conocemos, hasta de qué muere la gente y de los miles de millones de pesos que hay que invertir y leyes que aplicar para bajar diez puntos los indicadores de la mala calidad del aire; lástima que no haya voluntad política realmente para hacerlo y sí, mucha ignorancia y ganas de seguir haciendo negocio con la vida de nuestra gente y de nuestros ecosistemas. De plano ha hecho más el gran pulmón que se formó de 30 kilómetros de largo del río Santa Catarina, después del Alex, brindando un costo estimado de servicios ambientales por sus humedales para mejorar nuestro aire y su temperatura, equivalentes a unos mil 300 millones de dólares al año, que la bola de burócratas y pillos desde el gobierno de Medina a la fecha, así que no invente Samuel con sus ignorancias y ganas de seguir haciendo negocios con el dinero del Pueblo, queriendo traer una “medicina” de mágicos resultados, como sería replicar una Agencia californiana de medición del aire, a esta contaminada metrópoli; ya basta de mentiras y negocios para unos cuantos ¡Órale! raurubio@gmail.com
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