RAÚL A. RUBIO CANO
Junio 25 de 2021
El pasado 24 de junio fue el Día de San Juan y el periódico El Financiero hizo mención de ello. Por su información, vale la pena reproducir buena parte de esa nota, y poder hacer algunos comentarios del aguacero que nos cayó en la madrugada del 22 de junio. Asegura la mencionada nota: ‘En la noche de San Juan, cómo comparten su pan, su mujer y su galán, gentes de cien mil raleas’. ¿Quién no conoce este fragmento de la canción de Joan Manuel Serrat? Efectivamente, el 24 de junio es el Día de San Juan Bautista en la tradición católica, que originó muchos de sus ritos en las tradiciones paganas. En España, las fiestas de San Juan que se celebran la madrugada del 23 al 24 de junio son famosas, plenas de magia y encanto, noche de tambores y baile, el santo es dueño del espacio, de sus fieles y del alma de la fiesta. Sin embargo, el origen de la celebración del Día de San Juan tiene unas raíces muy antiguas. Se dice que en un principio los hombres regían sus vidas por el Sol, y se dieron cuenta de que había un momento en el que el astro perdía su fuerza, y los días se hacían más cortos. Por temor a quedar en penumbra comenzaron a realizar rituales y celebraciones en la época en la que el astro rey volvía a brillar con fuerza, este fue el origen de la celebración del Día y Noche de San Juan. Con la llegada del cristianismo, la celebración se continuó celebrando, pero perdió su carácter mágico y adoptó un nuevo significado. Según textos sagrados, Zacarías mandó encender una hoguera para anunciar a sus parientes el nacimiento de su hijo, Juan Bautista, que fue el encargado de preparar a la humanidad para la llegada de Jesús. La fecha 24 de junio se determinó en base al Evangelio de San Lucas: seis meses antes de Navidad y tres meses después del día de la Anunciación. En el año eclesiástico de la antigüedad, la fecha del solsticio de verano resultó del 22 al 24 de junio. El motivo de la referencia al solsticio de verano fue la cita de Juan el Bautista: ‘Él debe aumentar, yo debo disminuir’. En España a partir del comienzo del anochecer del 23 de junio hay fuegos artificiales durante toda la noche. Así es como se supone que deben ser expulsados los demonios. Puede experimentar fiestas en varios distritos con una gran oferta culinaria: la gente come mucho esa noche. Siempre hay música. Las fiestas callejeras suelen estar organizadas por asociaciones y colectivos de los barrios de las distintas ciudades. Por eso su personaje es bastante familiar, aunque suele estar abarrotado. Músicos y DJs se hacen cargo de los escenarios tras las celebraciones. ‘Se acabó, que el sol nos dice que llegó el final. Por una noche se olvidó que cada uno es cada cual. Vamos, bajando la cuesta, que arriba en mi calle se acabó la fiesta’”. En el caso mexicano, sobre todo en el Sur del país, las fiestas populares son un hecho y es tradición en las zonas urbanas, que la gente se agarre a cubetazos de agua para celebrar ese día, bañando a amigos y transeúntes de barrios y colonias, una realidad ya muy penada en Chihuahua y otras entidades. En nuestra realidad metropolitana, es muy lamentable que esta festividad pase inadvertida en los medios informativos, eso demuestra el grado de destrucción cultural que vivimos, pero por lo que respecta a la Madre Naturaleza, esta no se olvidado de tal fecha, y es la relación del Sol con respecto a ciertas áreas del planeta Tierra, lo que genera cambios climáticos y hasta provoca las lluvias que son tradicionales en torno al Día de San Juan. Es muy lamentable que, en particular, el periódico El Norte, en su campaña con Agua y Drenaje para causar terror en la población y sacar adelante sus fechorías, alegando una supuesta falta de agua –fenómeno propio del estiaje de cada año- pero que se resuelve, con el arribo de las lluvias de primavera y del final del verano (situación coincidente con la llegada de fuertes lluvias tropicales y huracanes) olviden esta fecha. Sí muy lamentable que El Norte y no digamos el director de Agua y Drenaje, el ingeniero, Gerardo Garza González y, la misma CONAGUA, carezcan de un calendario ilustrado en sus paredes, que les diga en qué día vivimos y a qué estamos expuestos, ya que en estos días referentes a “San Juan Bautista” o, a culturas ancestrales con el “Solsticio de Verano”, el agua llega porque llega y pues ahí está lo que pasó la madrugada del 22 y días después, con lluvias como las que cayeron para mermar las heridas del incendio en Parque Nacional Cumbres de Monterrey. Sin embargo, pareciera que para no dejar en ridículo “la campañita de terror” en la población que se traen AyD y El Norte, pues ahora ese medio, el día 23 y 24, prácticamente menospreció la llegada de esas aguas porque “no se llenaron las presas” y sólo dio para “dos días de abasto”. Todo esto demuestra el grado de inhumanidad, de brutalidad cultural, con que quieren hacernos creer esos Fifis de medios y mal gobierno, de que lo que ellos dicen es lo cierto. El Acuífero 1906, sobre el que se asienta nuestra metropolitana ciudad, de plano, debe de ser estudiado con más respeto, no digamos su potencial hídrico para darnos vida a 5 millones de habitantes, y dejarnos de bobadas, porque de que va a seguir lloviendo por el fenómeno del Niño, es todo un hecho. ¡Viva San Juan Bautista! El que preparó la llegada de Jesús. ¡Viva el Astro Rey! ¡Órale! raurubio@gmail.com
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