lunes, 1 de febrero de 2021

American curios


El ejemplo

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▲ No se puede hablar de la violencia interna sin reconocer que el mayor proveedor de violencia en el mundo es mi propio gobierno, dijo el reverendo Martin Luther King en 1967, palabras que cobran fuerza ante el terrorismo doméstico que enfrenta hoy Estados Unidos, como el asalto al Capitolio del 6 de enero. La imagen es de agosto de 1963.Foto Afp
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ediqué 33 años y cuatro meses al servicio militar activo como miembro de la fuerza militar más ágil de este país, los marines. Serví en rangos comisionados desde segundo teniente a mayor general. Y durante ese periodo dediqué la mayoría de mi tiempo a ser un golpeador de alta categoría para el gran empresariado, para Wall Street y para los banqueros.

“En suma, fui un estafador, un gánster para el capitalismo… Ayudé a hacer seguro a México, especialmente Tampico, para los intereses petroleros estadunidenses, en 1914. Ayudé a hacer de Haití y Cuba un lugar decente en donde los chicos del National City Bank pudieran recaudar ingresos. Ayudé en la violación de media docena de repúblicas centroamericanas para beneficio de Wall Street… Ayudé a purificar a Nicaragua para la casa banquera internacional de Brown Brothers en 1909-1912. Traje la luz a República Dominicana para los intereses azucareros estadunidenses, en 1916. En China, ayudé a asegurar que la Standard Oil pudiera avanzar sin ser molestada.

Durante esos años tenía, como decían los cuates, en el cuarto de atrás, un negocio turbio padre. Viendo hacia atrás, creo que le podría haber ofrecido algunas pistas a Al Capone. Lo más que él logró fue operar su negocio en tres distritos. Yo operé en tres continentes.

El mayor general Smedley Butler, autor de estas palabras en 1935, fue en su tiempo el militar más condecorado de Estados Unidos, incluida la Medalla de Honor por su papel en la batalla de ocupación de Veracruz el 22 de abril de 1914. Muchos conocen estas citas (parte de un libro y discurso), pero siempre vale recordarlas como parte de la larga historia de disidencia en Estados Unidos contra sus aventuras bélicas.

Hoy día, el gasto en defensa –aprobado de manera bipartidista (en ciertos rubros como este existe un consenso a pesar de la supuesta polarización política en el país)– asciende aproximadamente a 740 mil millones de dólares, más que el presupuesto militar combinado de los próximos 10 países con los mayores presupuestos militares. Eso es, según cálculos del Friends Comittee on National Legislation, más de 2 mil millones de dólares cada día, más de un millón de dólares cada minuto.

Según cifras recientes del proyecto Costos de Guerra de la Universidad Brown, Estados Unidos ha gastado más de 6.4 billones en guerras y operaciones militares en Afganistán, Pakistán e Irak desde 2001, donde se han registrado por lo menos 800 mil muertes, la mayoría civiles (https://watson.brown.edu/costsofwar/).

Algunas de las operaciones bélicas son llevadas a cabo ahora de manera más discreta, por ejemplo, el gobierno de Barack Obama realizó por lo menos 500 ataques con dron, asesinando a más de cuatro personas.

El culto al poder militar de este país es algo practicado por presidentes y líderes políticos de ambos partidos. El nuevo gobierno de Biden ha declarado que entre sus objetivos está el de restaurar el liderazgo estadunidense en el mundo (ver Tinker Salas y Silverman: https://www.jornada.com.mx/2021/ 01/31/opinion/014a1pol). Biden ha formulado una consigna de que Estados Unidos será líder no sólo a través del ejemplo de nuestro poderío, sino por el poder de nuestro ejemplo.

Esto, mientras la violencia política armada además de la criminal dentro del país ejemplar ha llegado a tales niveles de que hasta se efectuó una intentona de golpe de Estado y el centro de su capital está bajo protección de miles de tropas armadas de la Guardia Nacional, no para enfrentar a algún enemigo externo, sino el terrorismo doméstico de sus propios ciudadanos (muchos de ellos, veteranos militares).

La violencia dentro del país no se puede desvincular de su historia de violencia a nivel internacional. Vale recordar las palabras del reverendo Martin Luther King, quien en 1967 declaró que no podía hablar más sobre la violencia que se sufría en las ciudades estadunidenses sin abordar el mayor proveedor de violencia en el mundo hoy día: mi propio gobierno.

Bruce Springsteen: Warhttps://youtu.be/mn91L9goKfQ

George Carlin: Nos gusta la guerrahttps://www.youtube.com/watch?v=SoqcDPiVxJ8

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