RAÚL A. RUBIO CANO
Septiembre 25 de 2018
El ataque brutal de una banda juvenil que apoyaba al club de futbol Monterrey contra una sola persona con camiseta del club Tigres, ha indignado de sobremanera a los más diversos sectores de la entidad, concluyendo todos: que no es posible ¡tanta barbarie! Y bueno, ese es un caso, de jóvenes que actúan de esa manera porque prácticamente no hay expectativa alguna para ellos, a no ser la destrucción de unos contra otros. Ese escenario de mezquindad y muerte que hoy viven millones de adolescentes y jóvenes en Nuevo León, no digamos otras partes del país, es la cosecha que se levanta de lo que se ha venido sembrando por un poder económico y su correlato de políticos que en la localidad, a la muerte de Eugenio Garza Sada, se han encargado sistemáticamente de destruir un desarrollo económico, político, social y cultural que el Estado Benefactor, emanado de la Revolución Mexicana, buscó implementar, con esa clase visionaria de la industria local, pero, que la llegada de las políticas Neoliberales y en sí, la trasnacionalización de la economía, aceleró la creación de un mundo de individualismo impresionante en esa clase económica pudiente que hoy, los pone en evidencia como verdaderos depredadores y envenenadores de organismos humanos (física y mentalmente) sin control alguno, sin piedad, en lo que ellos hacen para valorizar sus capitales y donde, para esto, es imprescindible el ejercicio de la delincuencia organizada, llevando a la metrópoli de Monterrey, al más despiadado ambiente de destrucción humana y ambiental. Diez años sin una reunión de la Comisión de Conurbación para que los grandes señores de la tierra y la construcción (los Zares inmobiliarios) se dieran gusto sacando adelante sus interese y mandando al carajo el hábitat de ya más de 4 millones de habitantes del Área Metropolitana de Monterrey, con todo lo que ello implica en materia de impacto ambiental, demostrando así, la búsqueda feroz de valorizar sus capitales y creando un clima insoportable de vida urbana; no hablemos de la destrucción de la pequeña y mediana industria al abrirse irresponsablemente al mercado exterior y destruir el mercado interno sistemáticamente; en fin, no es posible que estos señorones de los 10 emporios más fuertes, hoy agrupados en eso que llamaron “Consejo Nuevo León para la Planeación Estratégica” y que están arriba de un gobierno que lo nombró más de un millón de votos, estén ordenado a los tres poderes del Estado de Nuevo León lo que a ellos les interesa que se haga para su beneficio (con el nuevo Congreso del Estado, está pasando lo mismo). Es este encuadre de violencia institucional contra el ciudadano, el que ya debemos de eliminar con organizaciones vecinales desde barrios y colonias y en forma pacífica, para no sólo parar el saqueo de bienes y servicios por esta clase pudiente y sus gobiernos; sino también, acabar con el embrutecimiento cotidiano mediático, exprofeso, para el control social y donde, el negocio del futbol es una de sus mejores herramientas para ello ¡Ya basta! raurubio@gmail.com
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