Horizonte ciudadano
Rosa Esther Beltrán Enríquez
Octubre 4 de 2018
Octubre 4 de 2018
La astrofísica irlandesa, Jocelyn Bell Burnell, nació en 1943 e inició su educación en una escuela en la que las niñas y los niños estudiaban separados, ellos cursaban ciencias, ellas economía doméstica, que incluía costura, cocina y manualidades además de materias generales, sin embargo, ella ya traía en los genes el amor por la ciencia porque era hija de un arquitecto de planetario que disponía de una enrome biblioteca y motivó a su hija para que leyera y lo que más le interesó a ella fueron los libros de astronomía.
Profesionalmente se formó en las universidades de Glasgow y Cambridge y fue la astrofísica que descubrió la primera radioseñal de un púlsar junto a su tutor de tesis, Antony Hewish. La detección de estas radiofuentes ha permitido contrastar la teoría de la evolución estelar.
Jocelyn Bell Burnell, que según muchos dentro y fuera de la comunidad científica debió haber sido galardonada con un Nobel en el año 1974 por su destacado trabajo en el descubrimiento de los pulsares pero que no lo recibió por ser mujer, obtuvo recientemente el premio más lucrativo de la ciencia, el galardón Breakthrough Prize en la categoría de Física Fundamental, que además de premiar su descubrimiento de los pulsares reconoce su liderazgo científico, es un premio dotado con 3 millones de dólares.
Mientras Bell estudiaba el doctorado, trabajó con su profesor Antony Hewish y otros investigadores en la construcción de un radiotelescopio que permitiera estudiar los cuásares, objetos brillantes del universo que se forman cuando un agujero negro comienza a absorber materia, y que recién habían sido descubiertos. La astrónoma afirma que: “En la noche ver el cielo estrellado, es algo que te mueve. Y sobre todo estudiar algo tan grande como las estrellas y las galaxias”.
Gracias a sus investigaciones astronómicas Jocelyn descubrió los púlsares, lo fue fundamental para la astronomía porque permitió contrastar la teoría de la evolución estelar. “Me marcó el descubrimiento de los púlsares, algo tan importante. Es una oportunidad que no cualquiera tiene, el que un estudiante pueda descubrir algo que cambia totalmente el descubrimiento del cosmos”.
Jocelyn, la mundialmente destacada astrofísica donará el monto íntegro del millonario premio para financiar a mujeres, comunidades étnicas minoritarias y estudiantes refugiados para que puedan convertirse en investigadores en física, de ese tamaño es su convicción de que la investigación en ciencia es primero, afirma que para ella la diversidad es muy importante y espera con ese dinero ayudar a que crezca.
Bell Burnell no sólo ha recibido el premio Breakthrough Prize, también se le otorgó la Medalla Michelson del Instituto Franklin, el Premio J. Robert Oppenheimer Memorial del Centro de Estudios Teóricos de Miami, el Premio Beatrice M. Tinsley de la Sociedad Astronómica Americana, el Magellanic Premium de la Sociedad Filosófica Americana y numerosos títulos honoríficos, como el de Comandante de la Orden del Imperio Británico y actualmente asesora a otros astrónomos en el estudio de objetos de vida corta del universo que brillan y desaparecen y no se sabe qué son.
Jocelyn estuvo en México hace 2 semanas e impartió una conferencia magistral en la Escuela Superior de Física y Matemáticas del Instituto Politécnico Nacional sobre el tema: Problemática de la mujer en la ciencia; ya que admite que incluso ahora sigue siendo complicado que se reconozcan los aportes científicos de las mujeres.
La astrónoma insiste en que hasta hoy la sociedad ve a las mujeres como madres amorosas, hogareñas, pero no en el trabajo científico, por eso hay que trabajar, expone, en el reconocimiento de las mujeres, porque sin ellas en la ciencia, se pierde una parte muy importante de lo que el ser humano puede hacer ahí.
Jocelyn Bell Burnell es la científica que levantó la cabeza para ver las estrellas.
Profesionalmente se formó en las universidades de Glasgow y Cambridge y fue la astrofísica que descubrió la primera radioseñal de un púlsar junto a su tutor de tesis, Antony Hewish. La detección de estas radiofuentes ha permitido contrastar la teoría de la evolución estelar.
Jocelyn Bell Burnell, que según muchos dentro y fuera de la comunidad científica debió haber sido galardonada con un Nobel en el año 1974 por su destacado trabajo en el descubrimiento de los pulsares pero que no lo recibió por ser mujer, obtuvo recientemente el premio más lucrativo de la ciencia, el galardón Breakthrough Prize en la categoría de Física Fundamental, que además de premiar su descubrimiento de los pulsares reconoce su liderazgo científico, es un premio dotado con 3 millones de dólares.
Mientras Bell estudiaba el doctorado, trabajó con su profesor Antony Hewish y otros investigadores en la construcción de un radiotelescopio que permitiera estudiar los cuásares, objetos brillantes del universo que se forman cuando un agujero negro comienza a absorber materia, y que recién habían sido descubiertos. La astrónoma afirma que: “En la noche ver el cielo estrellado, es algo que te mueve. Y sobre todo estudiar algo tan grande como las estrellas y las galaxias”.
Gracias a sus investigaciones astronómicas Jocelyn descubrió los púlsares, lo fue fundamental para la astronomía porque permitió contrastar la teoría de la evolución estelar. “Me marcó el descubrimiento de los púlsares, algo tan importante. Es una oportunidad que no cualquiera tiene, el que un estudiante pueda descubrir algo que cambia totalmente el descubrimiento del cosmos”.
Jocelyn, la mundialmente destacada astrofísica donará el monto íntegro del millonario premio para financiar a mujeres, comunidades étnicas minoritarias y estudiantes refugiados para que puedan convertirse en investigadores en física, de ese tamaño es su convicción de que la investigación en ciencia es primero, afirma que para ella la diversidad es muy importante y espera con ese dinero ayudar a que crezca.
Bell Burnell no sólo ha recibido el premio Breakthrough Prize, también se le otorgó la Medalla Michelson del Instituto Franklin, el Premio J. Robert Oppenheimer Memorial del Centro de Estudios Teóricos de Miami, el Premio Beatrice M. Tinsley de la Sociedad Astronómica Americana, el Magellanic Premium de la Sociedad Filosófica Americana y numerosos títulos honoríficos, como el de Comandante de la Orden del Imperio Británico y actualmente asesora a otros astrónomos en el estudio de objetos de vida corta del universo que brillan y desaparecen y no se sabe qué son.
Jocelyn estuvo en México hace 2 semanas e impartió una conferencia magistral en la Escuela Superior de Física y Matemáticas del Instituto Politécnico Nacional sobre el tema: Problemática de la mujer en la ciencia; ya que admite que incluso ahora sigue siendo complicado que se reconozcan los aportes científicos de las mujeres.
La astrónoma insiste en que hasta hoy la sociedad ve a las mujeres como madres amorosas, hogareñas, pero no en el trabajo científico, por eso hay que trabajar, expone, en el reconocimiento de las mujeres, porque sin ellas en la ciencia, se pierde una parte muy importante de lo que el ser humano puede hacer ahí.
Jocelyn Bell Burnell es la científica que levantó la cabeza para ver las estrellas.
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