martes, 5 de septiembre de 2017

Sí hay quinto malo, Peña Nieto, el gobierno del socavón


 
Horizonte ciudadano

Rosa Esther Beltrán Enríquez
Agosto 30 de 2017


El viernes Enrique Peña Nieto entregará a la Cámara de Diputados su Quinto Informe de Gobierno, el suyo es un sexenio de claro obscuros en los que predominan éstos últimos.
Peña Nieto inició su sexenio con la firma del Pacto por México un día después de su toma de protesta, el acuerdo fue firmado por los dirigentes del PRD, del PAN y del PRI, Jesús Zambrano, Gustavo Madero y Cristina Díaz, respectivamente. Parecía una alianza de largo alcance que en esa coyuntura resultó impresionante para la clase política y el alto sector empresarial, 11 reformas estructurales que para las masas populares han resultado una involución en sus derechos laborales y las alzas al costo de los energéticos, una reforma educativa que en 3 años tuvo que ser prácticamente reformulada, se puede decir que las Reformas Estructurales no fueron transformadoras y que no lograron hacer sobrevivir al sexenio.
El presidente Peña asumió su mandato después de 12 años de gobiernos panistas y el PRI tomó entonces el slogan de, “El Nuevo PRI”, pero durante el ejercicio sexenal las prácticas autoritarias, la infamante corrupción, el endeudamiento público y la impunidad resurgieron como en los mejores años de la dictadura perfecta. Por ello el pueblo revivió la sentencia: “Chango viejo no aprende maroma nueva”.
Pero el innovador presidente se encontró con una sociedad civil más participativa, exigente y a veces vociferante y una prensa con mayor ejercicio de libertad de expresión, un periodismo insumiso y por eso reprimido hasta con el asesinato de informadores independientes, aunque no se ha extinguido la prensa complaciente y vendida al poder político.
Enrique Peña impulsa ahora una impresionante campaña de promoción de su imagen pública a través de los medios electrónicos para potenciar su Quinto Informe y el último año de gobierno. Lo menos que se le puede exigir es que informe cuanto está gastando en promoverse y la veracidad de sus spots, porque estos tienen tintes populistas, triunfalistas y de demagogia.
Al de Peña se le apoda el gobierno del socavón, otros lastres del  gobierno federal actual son, una economía que no creció; la depreciación constante del peso, el incremento de la inflación y de la deuda pública, el decaimiento de la inversión pública para la infraestructura del país; la falta de voluntad para resolver el caso de la desaparición forzada en Ayotzinapa, y de los más de 30 mil desaparecidos así como las masacres de migrantes y las fosas clandestinas;  el creciente número de feminicidos sin resolver, la Casa Blanca y la de Malinalco, el incremento de  asesinatos dolosos y el gasto desmedido en comunicación política. Por eso, sí hay quinto malo.   
Como candidato a la Presidencia Peña Nieto firmó 266 compromisos ante notario público, le faltan por cumplir 106, los cuales tienen que ver sobre todo con la construcción de carreteras, hospitales, plantas de tratamiento y sistemas de transporte local, la mayoría son obras públicas muy difíciles de cumplir, ofreció garantizar la seguridad pública en ciudades con altos índices de violencia, como Acapulco y Veracruz, tampoco lo cumplió.
Por la naturaleza del régimen político federal, Peña Nieto asiste al declive de su poder omnímodo y la oposición partidista naturalmente incrementa la presión para aventajar en sus demandas, las que consideren prioritarias; restan 14 meses a este sexenio.
Es predecible que después de su Informe Peña se dedique en cuerpo y alma a la designación de su sucesor y las apuestas van a favor de Aurelio Nuño, actual Secretario de Educación, hágame usted el favor, un chico soberbio y políticamente imberbe y con Osorio Chong probables responsables de la masacre de Nochixtlán, Nuño ha sido un represor implacable del magisterio, sobre todo de los de la CNTE.
El viernes comenzarán a despejarse algunas incógnitas del 2018.

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