RAÚL A. RUBIO CANO
Septiembre 13 de 2017
Septiembre 13 de 2017
Hay gente dentro de la cueva del Yankee, que no pierde su visión crítica en cuanto a las luchas del pueblo norteamericano y las luchas de otros pueblos del mundo, en particular América Latina; son luchadores sociales de largos años de una sola pieza y de una alta responsabilidad para explicar y actuar al momento en defensa de los mejores intereses del pueblo trabajador en los Estados Unidos de América, como de los migrantes que llegan a él, buscando nuevos horizontes de vida. Uno de estos personajes es Antonio Cabral, activista por los derechos de los trabajadores y periodista de esas luchas. Hoy desde Houston, Texas y, ante el impacto del huracán Harvey, nos indica que al igual que en el caso del huracán Catrina en Nueva Orleans, con Harvey, miles de indocumentados están siendo contratados para realizar las labores de limpieza de ese centro neurológico petrolero mundial con todas las implicaciones que ello conlleva a su salud, por tenerse en estos momentos una alta contaminación, no sólo de la industria petrolera, sino también de la industria química implicada en ese contexto del oro negro que se maneja en Houston. Asegura Cabral: “La peligrosa contaminación en Houston es mucho más seria que la de Nuevo Orleans, después de Katrina. Houston siempre ha sido reconocida como ‘The Oil and Chemical Center of the U.S.’. Centenares de refinerías petroleras y plantas químicas fueron inundadas por Harvey causando que varios químicos peligrosos se mesclaran con el agua del Golfo de México que luego, fueron a inundar la ciudad masivamente. Algunos de esos químicos son: Benzene, Toluene, Anhudrous Hydrogen Chloride, Organic Peroxides, etc. (por sus nombres en inglés). Varias agencias ambientales federales han declarado esa contaminación muy peligrosa para humanos. Igualmente, Departamentos federales como la National Oceanic and Atmospheric Administration, The Environmental ProtectionAgency, etc. Los trabajadores indocumentados están siendo llevados en botes o trocas a tumbar el Sheet Rock (el interior de las paredes) y los pisos o sea, quitar todo el interior de centenares de casas, cargar todo hacia afuera y luego subirlo a enormes trocas las cuales llevan todos esos materiales contaminados a depósitos. (Por cierto, que no estoy seguro donde están tirando esa miles de toneladas de materiales contaminados; ojalá no los estén llevando a Reynosa o Matamoros ¡México! Soltándole alguna lana a los ilustres políticos mexicanos en esas fronteras). Total, compas, están llegando centenares de ‘Paisanos’ a Houston donde son bienvenidos no únicamente por el gobierno y los sindicatos y los habitantes en general. Los sueltan en esas colonias a hacer esas obras de limpieza que nadie quiere hacer simplemente por (a) el bajo sueldo y (b) lo peligroso de la contaminación. El Cónsul de México en Houston, al igual que ‘analistas y comentaristas’ y supuestos defensores de indocumentados en Texas (coyotes disfrazados de activistas a finales de cuentas, parásitos que viven de la supuesta defensa de mexicanos) aplauden que Trump, ha suspendido temporalmente la deportación de indocumentados ¡Qué poca…!” ¡Órale! raurubio@gmail.com
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