Horizonte ciudadano
Rosa
Esther Beltrán Enríquez
Marzo
6 de 2015
La oposición en contra
de la instalación del confinamiento de residuos tóxicos en los terrenos cercanos al ejido de la Noria de la Sabina
del municipio de General Cepeda se consolida, los ejidatarios van haciendo
conciencia de lo que significaría para ellos y sus familias la instalación del
basurero tóxico: la muerte.
El Comité Ciudadano de
Vigilancia, constituido expresamente para evitar el avance de ese proyecto ha
promovido la formulación y entrega de actas de asambleas ejidales en las que se
manifiestan, mediante firmas un claro rechazo
a ese plan que perjudicaría al menos a los 40 ejidos del municipio.
Los integrantes del
Comité informan que hasta ahora han entregado a
la Presidencia Municipal y a SEMARNAT 19 actas firmadas de comunidades unidas contra el
confinamiento y 10 comunidades más han sido visitadas e informadas; hasta ahora
en todas hay un claro consenso en contra del confinamiento y muy posiblemente
pronto concreten la entrega de sus actas de asamblea; ya se sumaron al Comité,
Regidores y ejidatarios de Ramos Arizpe, otros cercanos a Morena y de
diferentes comunidades; los ejidatarios
de Noria expulsaron a varios promotores encubiertos que llegaron sin darse a
conocer como enviados de Daniel Calvert, bajo el nombre de Actúa Verde.
Hasta ahora, tanto la
Sociedad Ecológica Mexicana del Norte, S.A. como las autoridades federales, las
estatales y municipales han actuado con dolo, mediante engaños y falsas
promesas: Los representantes de la Empresa Sociedad Ecológica ofrecieron a los
ejidatarios que instalarían una maquiladora de ropa o una granja de pollos en un
terreno del que se presentaron como dueños y además han repartido despensas,
por ello los campesinos vendieron predios a la empresa para la construcción de
un camino que se conecte con la carretera a Torreón y así facilitar el acceso a
las instalaciones del confinamiento.
El proyecto de
instalación del basurero tóxico se dio a conocer apenas el año pasado y aunque
en múltiples ocasiones el alcalde de General Cepeda, Rodolfo Zamora Rodríguez
ha expresado que no le llegarán al precio para autorizar esa instalación, todo
mundo sabe que ante el dinero, “la Chopa” y su familia viven de rodillas, por
eso es que su silencio y el de la Secretaría del Medio Ambiente de Coahuila
resultan sospechosos y generan desconfianza.
Los habitantes de las
comunidades ejidales, temen sobre todo a la contaminación del agua porque
varias beben de los veneros del ejido de
Noria de la Sabina, como los del Pilar de Richardson para los que el
confinamiento significaría la muerte de su comunidad, por eso ellos defienden
su tierra, dedicada a la candelilla, al ixtle, a la ganadería y a la
agricultura, sabemos que a la clase política federal y local y a los
empresarios les importa menos que un
cacahuate la devastación total de estas
comunidades.
La inequidad en cuanto
a la instalación de los confinamientos tóxicos, de los que sólo existen dos en
el país, uno en Mina, N.L. y otro en Ramos Arizpe, sugiere las preguntas, ¿por
qué únicamente en esta región del norte, no sería lo prudente que cada entidad
instale el suyo para el servicio de sus propias industrias? ¿Por qué eligen
General Cepeda que no tiene hasta ahora vocación industrial, será que entre
otros van a destinar allí los residuos de Derramadero? Se dice que en
Derramadero los Moreira son fuertes terratenientes. ¿Habrá alguna relación
entre estos proyectos?
Cabe agregar que hasta
ahora, en donde se ubican, los confinamientos de residuos peligrosos lo único
que han generado es depredación, despojo, abusos y enfermedades para los habitantes
de esas regiones, de manera que, ¿eso queremos para General Cepeda? Defendamos
nuestra tierra, defendamos nuestra historia contra los apátridas
representados por el moreirato.
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