De probable uso ceremonial, aún se analiza si los constructores fueron mayas u olmecas
▲ Imagen en 3D del sitio de Aguada Fénix, obtenida con tecnología lidar.Foto Takeshi Inomata
▲Vista aérea desde el noroeste de la plataforma principal de Aguada Fénix y las rampas que conectan las calzadas.Foto Takeshi Inomata
Mónica Mateos-Vega
Periódico La Jornada
Jueves 4 de junio de 2020, p. 3
Jueves 4 de junio de 2020, p. 3
Un equipo multidisciplinario de investigadores de diversas universidades del extranjero y de México anunció el hallazgo en Tabasco de una estructura ceremonial, probablemente maya, que data de al menos unos 3 mil años. Hasta el momento es el vestigio prehispánico más grande y la segunda construcción monumental más antigua de la región, afirman los especialistas.
Se trata de una plataforma que mide casi kilómetro y medio en su eje norte-sur y 399 metros en su eje este-oeste. La construcción tiene una altura de entre 10 y 15 metros y presenta nueve calzadas que se extienden desde la elevación.
Mediante fechamiento por radiocarbono, los investigadores estiman que la estructura se construyó alrededor de los años 1000 y 800 aC. Fue localizada en 2017 por medio de reconocimiento aéreo con tecnología lidar (acrónimo de light detection and ranging, es decir, detección por luz y distancia), método remoto que utiliza sensores de láser para crear mapas tridimensionales de la superficie terrestre.
Los profesores Takeshi Inomata y Daniela Triadan, de la Universidad de Arizona, con autorización del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), encabezan el equipo que descubrió el sitio nombrado Aguada Fénix en 2017, y luego de tres años de investigaciones dan ahora a conocer sus hallazgos.
El sitio arqueológico se encuentra cerca de la frontera con Guatemala,
en una área habitada que no es selva, en la cual hay ganadería y siembra, pero había pasado desapercibido porque la plataforma es tan grande y plana que parece ser parte del paisaje natural, una loma o un cerrito, explicó a La Jornada María Belén Méndez Bauer, integrante del equipo de investigadores en el que colaboran egresados y estudiantes de las universidades Nacional Autónoma de México, Veracruzana y del Estado de México, así como de la Escuela Nacional de Antropología e Historia.
Aguada Fénix, al estar en una zona ganadera, prácticamente es un lugar
limpiode vegetación exuberante, con partes muy reducidas de selva. El pueblo más cercano es El Triunfo, del municipio tabasqueño de Balancán.
Al ser tan grande la plataforma, hay personas que tienen ranchos sobre ella, un potrero o ganado. Los dueños de los terrenos ni siquiera se habían dado cuenta de que estaban sobre algo que fue construido por el hombre y tan antiguo, añadió Verónica Amellali Vázquez López, también miembro del equipo que trabaja en el sitio.
Las investigadoras reiteraron que posiblemente se trata hasta hoy de la estructura monumental maya más antigua, después de la de San Lorenzo, que se encuentra en área olmeca, en el poniente de Veracruz.
Los trabajos de campo han descubierto en Aguada Fénix un entierro,
probablemente una ofrenda de construcción, además de que en cada etapa constructiva hay otras pequeñas ofrendas de vasijas. No hemos encontrado evidencia de que la estructura haya sido para uso habitacional; probablemente tuvo una función ritual para congregar a muchas personas para actos especiales, detalló Méndez Bauer.
Además, la plataforma tiene una peculiaridad, pues el relleno para elevarla es único en la zona: “Aquí tenemos arquitectura de tierra, horizontal, no vertical. Como no tiene estucos o piedra, se pierde en el horizonte. Fue hecha con muchos barros, extraídos de los alrededores.
“Los constructores modificaron un poco la roca madre para nivelar, luego colocaron los rellenos de barros con las ofrendas. En algún momento comenzaron a acomodar los rellenos en cuadros de colores que recuerdan un poco a un tablero de ajedrez, sin la perfección de medidas, porque los cuadros son de diferentes tamaños.
Distintos barros
A veces usaron barro negro, a veces un material más rojizo o blanco, amarillo y verde. Hemos descubierto hasta cinco metros de profundidad con este tipo de relleno. Es un juego de colores que implica el conocimiento de dónde ir a buscar los materiales y, sobre todo, la planificación. Fue una organización grande para una construcción grande, dijo Vázquez López.
La fase más antigua de ocupación de la plataforma detectada por los investigadores es de entre el año 750 y el 1000 aC.
Es importante enfatizarlo porque estamos hablando de la época del origen y primeros desarrollos de los grupos mayas y, en este caso, de su interacción con grupos olmecas. Por eso es difícil decir si los constructores fueron mayas u olmecas. Necesitamos más información lingüística para amarrar la filiación étnica. Lo que tenemos es cerámica que se asemeja más a lo que se ha encontrado en sitios mayas de Guatemala, al igual que obsidiana, pero el sistema constructivo de tierra se asemeja al usado en La Venta, que es olmeca, explicaron las especialistas.
El equipo multidisciplinario e internacional, que cuenta con colaboradores de instituciones y universidades japonesas, europeas, canadienses, estadunidenses y centroamericanas, continuará trabajando en Aguada Fénix para emprender el análisis más amplio de la zona con equipo aéreo, con el fin de recuperar información de los sitios aledaños.
El proyecto de investigación es financiado por la Universidad de Arizona, también enfocado en la formación de estudiantes en diversas disciplinas (arqueología, antropología, ingeniería y química de materiales).
Los buenos resultados llegaron muy pronto, en sólo tres años, pero esto, más que resolver preguntas, abre muchísimas interrogantes. Por ejemplo, la plataforma tiene un diseño muy peculiar por los montículos que la delimitan, similar a al menos otras 20 estructuras en los alrededores. Hay trabajo para rato, concluyeron.
En las investigaciones se cuenta con el apoyo de trabajadores locales de los poblados de Naranjito, San Pedro y El Triunfo.
Incluso hemos tratado de emplear a los dueños de las parcelas, siempre con el cuidado de no dañarles sus cultivos y el ganado. Nos ha ido muy bien porque las personas de sienten orgullosas de tener ese patrimonio enorme y maravilloso en sus comunidades, puntualizó la doctora Vázquez López.
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