Juan Arturo Brennan
▲ Portadas del disco de la grabación del duranguense con la Filarmónica de Morovia y del libro de Germán List Arzubide.
L
a primera referencia que tuve, hace ya largo tiempo, fue el dato de que en el catálogo de Silvestre Revueltas hay una breve obra instrumental titulada Troka. Después supe que el origen de la pieza está en el libro Troka, el poderoso, serie de narraciones, redactadas originalmente para la radio en 1933, que el escritor estridentista mexicano Germán List Arzubide (1898-1998) concibió como efusiva y vigorosa guía de la Revolución Industrial dedicada a los niños. Mi curiosidad fue inmediata, y durante mucho tiempo quedó sin saciar: el libro de List Arzubide es imposible de encontrar.
Después de largos años de búsqueda infructuosa, a finales de 2019, finalmente tuve en mis manos un ejemplar de Troka, el poderoso, que recibí regalado de las generosas manos de Francisco Bricio Arzubide, y que contiene una dedicatoria de puño y letra del autor, para su destinatario original. Ilustrada con notables viñetas de Julio I. Prieto, esta edición facsimilar del libro (publicada en 1985 a partir de la primera edición de 1939) permite al lector descubrir al epónimo Troka como entusiasta narrador y a la vez protagonista de las maravillas de la invención.
Desfilan por estas páginas la máquina de escribir y el elevador, las máquinas del hogar y las grúas, el barómetro y la máquina de sumar (sic), así como también el agua, el campo, el río, las chimeneas y el reloj. Si bien en la portada del libro y en su iconografía interior Troka es representado como benévolo y generoso hombre de hierro, una especie de primitivo robot, la lectura del fascinante texto de List Arzubide permitirá entender que Troka es en realidad la personificación de la máquina, del progreso, de la tecnología.
En síntesis, Troka, el poderoso es, simultáneamente, un panegírico a la inventiva del hombre y una loa al desarrollo industrial y a las máquinas que produjo. La visión de List Arzubide en estas narraciones es la del hombre que domina y controla a la máquina, mientras ésta es su fiel y enjundiosa colaboradora; en este contexto, es fácil percibir que Troka y sus narraciones se inscriben cabalmente en un pensamiento moderno alineado con una ideología de izquierda progresista.
Para más señas: una de las narraciones del apartado Siete cuentos para el primer año se titula
La hoz y el martillo, herramientas que al final del cuento se dan la mano. (La viñeta alusiva de Julio I. Prieto es más que elocuente en su orientación ideológica). No es casual que el autor mencione en la introducción a las narraciones de Troka conceptos como socialismo utópico y el socialismo científico.
Lo interesante del caso es que la lectura de Troka, el poderoso puede ser idealmente complementada con la audición de una grabación de la obra de Revueltas (la única de la que tengo noticia), realizada por la Orquesta Filarmónica de Moravia dirigida por Jorge Pérez Gómez y, venturosamente, editada en el sello mexicano Quindecim. Trompetazos por delante, con solemne tuba procesional, gangoso trombón con sordina y estridente (¿estridentista?) piccolo, Revueltas ofrece una visión sonora cabalmente modernista del metálico y simbólico héroe de List Arzubide, entreverada aquí y allá con fugaces pinceladas de color local que incluyen algunas citas puntuales de la canción infantil A la víbora de la mar. Si bien la breve pieza presenta algunos momentos de trazo heroico, también está aquí el espíritu lúdico y fiestero de Revueltas, así como su infaltable ironía.
Como ocurre con varias partituras del catálogo de Revueltas, la historia de Troka es compleja, y confusa por momentos. Al lector curioso que quiera profundizar en esta interesante simbiosis radio-libro-música, recomiendo la lectura del capítulo titulado
Troka: la danza que sueña la estridencia, del libro Silvestre Revueltas en escena y en pantalla, del musicólogo mexicano Eduardo Contreras Soto que, además de numerosos datos puntuales, contiene la síntesis de una entrevista a Germán List Arzubide realizada por el autor en 1994, así como interesantes apuntes sobre el destino escénico de la partitura de Revueltas.
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