Leonardo García Tsao
E
n cumplimiento del viejo refrán
el que mucho abarca, poco aprieta, el estimable realizador francés Olivier Assayas ha intentado en su más reciente película (apenas estrenada en Netflix) La Red Avispa, un ambicioso thriller político que cuenta un episodio poco conocido de la historia de Cuba.
Inspirado por el libro Los últimos soldados de la guerra fría, del brasileño Fernando Morais, Assayas ha escrito un intrincado guion que intenta contar las actividades de un grupo de disidentes cubanos durante los años 90. La acción arranca con la huida del piloto René González (Edgar Ramírez) a fines de 1990, quien se roba un avión para abandonar una Cuba cuya economía entrará en crisis con el colapso de la Unión Soviética. Tras abandonar a su esposa Olga (Penélope Cruz) e hija, González es tildado de gusano y traidor a la patria. A través de cartas, el hombre le explica a su mujer que se ha incorporado a la organización llamada Brothers to the Rescue, enfocada a ayudar a otros cubanos deseosos de abandonar la isla.
Dicha organización es encabezada por José Basulto (Leonardo Sbaraglia), quien se vale también del narcotráfico para financiar sus actividades. Otro piloto, quien ha abandonado Cuba a nado, es Juan Pablo Roque (Wagner Moura), quien también trabaja para Basulto y se casa con una chica de sociedad (Ana de Armas) para obtener respetabilidad en la comunidad cubana de Miami. Para financiar su lujoso estilo de vida, Roque acepta ser un informante para la FBI. Cuando Olga consigue sus documentos legales para viajar a Miami, se entera que su esposo es en realidad un héroe, pues su verdadera misión es formar parte de la llamada Red Avispa, un grupo de espías cubanos que informan sobre cualquier actividad terrorista en contra del gobierno castrista. Dicha organización es encabezada en Miami por Gerardo Hernández (Gael García Bernal), entrenado para parecer puertorriqueño.
He intentado hacer un resumen conciso de las diversas tramas y subtramas que alimentan la intriga de La Red Avispa. Pero es evidente que Assayas ha mordido más de lo que puede masticar. Así, la película es un esfuerzo desparramado que desperdicia sus buenas intenciones. Varios personajes acaban sin desarrollarse satisfactoriamente a pesar de los solventes intérpretes que los encarnan.
Tal vez sea una cuestión de duración. En Carlos (2010), su extraordinaria miniserie de cinco horas y media sobre el célebre terrorista venezolano, Assayas pudo hacer un retrato cabal de la situación mundial de los 70 y cómo influyó en ella el desempeño terrorista del personaje epónimo. Da la impresión de que, por restricciones de tiempo, el cineasta tuvo que resumir su complicado relato de manera atropellada para una duración comercial de dos horas y pico.
Otro problema es la multiplicidad de acentos. Integrado por un venezolano, una española, un brasileño, un mexicano, un argentino y sólo una cubana, entre otros, el reparto no consigue ser del todo convincente como personajes cubanos. Ramírez, Sbaraglia y García Bernal son los mejor librados. Los demás sólo hacen un intento heroico en eso de hablar con el distintivo acento cubano.
De cualquier forma, La Red Avispa es una película de interés, de un realizador ciertamente capaz, que seguramente, por su postura procastrista, causará mucho disgusto en muchos de los hogares de Miami suscritos a Netflix.
La Red Avispa
(Wasp Network)
D y G: Olivier Assayas/ F. en C: Denis Lenoir, Yorick Le Saux/ M: Eduardo Cruz/ Ed: Simon Jacquet/ Con: Edgar Ramírez, Penélope Cruz, Wagner Moura, Gael García Bernal, Ana de Armas, Leonardo Sbaraglia/ P: RT Features, CG Cinéma, Nostromo Pictures, Wasp Network AIE, Scope Pictures, France 2 Cinéma, Orange Studio, Memento Films Production. Francia-Brasil-España-Bélgica, 2019.
Twitter: @walyder
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