Las instituciones dictaron “medidas cautelares”, para preservar la vida del periodista Juan Monrreal López
Redacción de Demócrata Norte de México
Junio 16 de 2017
Durango, Durango.- Luego de 11 meses de acoso y hostigamiento por parte de la presidenta municipal de Gómez Palacio, Juana Leticia Herrera Ale y sus testaferros en contra del director de la Revista Demócrata Norte de México, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) a través de la Quinta Visitaduría General a cargo del Dr. Edgar Corzo Sosa, solicitó al Gobierno del estado de Durango, crear sistemas cuatelares para “Establecer las medidas necesarias para salvaguardar la integridad, seguridad personal y la vida del señor Juan Monrreal López, así como la de su familia”, según se asienta en el oficio CNDH/QVG/33842 girado el pasado 2 de junio al secretario General de Gobierno del Estado de Durango, Adrián Alanís Quiñones, con copia al gobernador, José Rosas Aispuro Torres, toda vez que consideraron que el periodista Monrreal López, se encuentra en peligro de ser asesinado por el grupo político que encabeza la alcaldesa de Gómez Palacio, Durango, Juana Leticia Herrera Ale, sus hermanos Ernesto y Carlos Manuel de los mismos apellidos, así como un grupo de oficiosos al servicio de ese clan, entre ellos, el diputado local, Sergio Uribe Rodríguez y Jorge Clemente Mojica Vargas, director del diario Victoria de Durango, propiedad de la presidenta y sus hermanos.
El documento, asienta que derivado de un monitoreo en medios y del portal sinembargo.mx, la CNDH concluyó que el periodista Juan Monrreal López, “se encuentra en peligro de muerte por ejercer el periodismo en la zona conurbada de Torreón-Gómez Palacio, Durango, toda vez que investiga, cuestiona, y toca intereses de políticos y empresarios, presuntamente ligados con el narcotráfico y lavado de dinero”, se registra en el oficio.
También el memorándum de la CNDH, recoge parte de la denuncia que el periodista Juan Monrreal López, interpuso ante distintas dependencias estatales y federales, entre éstas la propia CNDH desde el año pasado en contra de la alcaldesa de Gómez Palacio, Juana Leticia Herrera Ale, sus hermanos, Ernesto y Carlos Manuel, el diputado local Sergio Uribe Rodríguez y Jorge Clemente Mojica, director del periódico “Victoria de Durango”, mismas que fueron retomadas en la publicación de sinembargo.mx el pasado 2 de junio, bajo el título “Atrapado entre narcos y el silencio oficial”.
“Al respecto, esta Comisión Nacional al considerar lo expuesto en la nota de referencia y con el fin de evitar daños irreparables al derecho a la vida, libertad de expresión, seguridad e integridad personal del señor Juan Monrreal López, propietario del sitio web El Demócrata Norte de México, se considera procedente solicitar a a esa dependencia la implementación de medidas cuatelares”, resolvió el escrito CNDH/QVG/33842 girado el pasado 2 de junio.
La CNDH estableció que, “En el presente caso, la Comisión Nacional considera que el requisito de riesgo se encuentra cumplido, toda vez que derivado de su labor informativa el señor Juan Monrreal López ha sido objeto de amenazas de muerte o bien de encarcelarlo, aunado a que el 30 de mayo del presente año fue denunciado por el Cabildo de Gómez Palacio, Durango porque “se excede al ejercer su libertad de expresión”, por lo que se encuentra en riesgo extraordinario”, especifica la resolución.
En este contexto, la CNDH fijó el carácter de urgente de las medidas cautelares,“en vista de que en los últimos meses han tenido lugar las amenazas en contra del señor Monrreal López, así como diversos actos que atentan contra su libertad de expresión, por lo que se requiere actuar de inmediato”, comunica la CNDH al secretario de Gobierno de Durango, Adrián Alanís Quiñones.
Por esto, la CNDH recomendó al gobierno de Durango, un punto único:
“Establecer las medidas necesarias para salvaguardar la integridad, seguridad personal y la vida del señor Juan Monrreal López, así como de su familia”, fija el documento firmado por el Quinto Visitador General, Dr. Edgar Corzo Solís.
Portada del oficio de la CNDH
La respuesta del gobierno de Durango
El pasado 7 de junio, el Director de Derechos Humanos y Encargado de la Oficina Local de Coordinación y Enlace, de la secretaría General de Gobierno de Durango, Eusebio Gerardo Tinoco Castro, recibió al director de la Revista Demócrata Norte de México, en las oficinas de esa dependencia, para hacer de su conocimiento las medidas cautelares dictadas por la CNDH con la intención de proteger su vida y la de su familia.
Ese día, Tinoco Castro, entregó el oficio donde el gobierno del estado de Durango, asume realizar las medidas cautelares dictadas por la CNDH, toda vez que la Directora del área de Programa de Agravios a Periodistas y Defensores Civiles de Derechos Humanos, Lourdes Larreta Carrasco, estableció comunicación vía telefónica con Eusebio Gerardo Tinoco, para efecto de informarle la determinación de establecer medidas cautelares que protejan al periodista Juan Monrreal López y su familia de posibles atentados provenientes de la alcaldesa de Gómez Palacio, Juana Leticia Herrera Ale, sus hermanos Ernesto y Carlos Manuel, así como del diputado Sergio Uribe Rodríguez y el director del periódico Victoria de Durango, Jorge Clemente Mojica Vargas, tomada por la CNDH.
Previamente, el periodista se entrevistó con el gobernador del estado José Rosas Aispuro Torres, quien le reiteró el apoyo irrestricto a su labor periodística.
Adrián Alanís Quiñones, secretario General de Gobierno, a su vez en audiencia con el reportero, le hizo patente la disposición de la dependencia a su cargo para llevar a cabo las medidas cautelares que sean necesarias para proteger su vida y la de su familia.
También el 2 de junio, la secretaría de Gobernación, comunicó al periodista Juan Monrreal López, que instruyó a la directora de Recepción de Casos y Atención de Acuerdos de la Junta de Gobierno del Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, Patricia Colchero, para que brindara los mecanismos de protección necesarios al comunicador, mientras simultáneamente lo invitaron a incorporarse al mecanismo de protección de esa dependencia federal, tal como lo notificó el analista de riesgos de esa secretaría, Luis Alejandro Patchen; “ lo anterior deriva de habernos percatado de una nueva situación de riesgo que le rodea, de acuerdo con la nota periodística http://www.sinembargo.mx/02-06-2017/3230660”, señala el aviso.
Caratula del memorándum de la secretaria General de Gobierno del estado de Durango
Juana Leticia Herrera Ale, se cierran las pinzas institucionales sobre ella
Sí alguien ha ejercido el poder municipal de manera brutal, ha sido la familia Herrera Araluce y Herrera Ale.
En 1975, Carlos Herrera Araluce, dejó caer todo el poder represor del Estado sobre los habitantes de la Colonia Ricardo Flores Magón, a quienes le lanzó encima al ejército, la entonces llamada policía judicial, la policía municipal y por supuesto, el séquito de funcionarios pránganas que cobraban en esa administración.
El choque entre los ciudadanos que sólo exigían agua para su colonia, promesa que Carlos Herrera no había cumplido, fue motivo suficiente para que el fundador del clan Herrera Ale, golpeara señoras, niños, jóvenes, luego de haber tirado algunos balazos y gas lacrimógeno para imponer su bárbara forma de gobierno.
Luego en su segundo mandato a finales de los años 90´s, al más ´puro estilo de Al Capone, con bate de beisbol en mano, reprimió a taxistas y choferes, mientras a funcionarios de las administraciones inmediatas precedentes, los obligó a realizar “cooperaciones voluntarias”, a todas luces ilegales, como en su momento lo denunció el presidente de la CANACO.
La violencia se desató en el municipio, y al final del trienio, no hubo inversión en el ayuntamiento, pero si una gran diáspora de empresarios, creadores de algunos de los consorcios más importantes del país. Los hombres de negocios prefirieron migrar, que soportar el caciquismo político con que se manejó el municipio. Desde entonces, la sangría de dueños de empresa no paró, a grado tal, que los grandes empresarios de esta ciudad, viven en Monterrey, Ciudad de México, y obviamente en Torreón, Coahuila.
Para el colmo de males, como si fuera una monarquía, la presidencia municipal fue heredada a la hija de Carlos Herrera Araluce, Juana Leticia Herrera Ale, quien, sin conocimiento alguno de administración pública, terminó por hundir a la ciudad, que siguió sin inversiones, mientras en contrasentido, la violencia se incrementaba colocando al Ayuntamiento en clara desventaja respecto a Torreón, Coahuila, que aprovechó este sexenio oscuro, para atraer inversiones y empleos.
Juana Leticia Herrera Ale, manejó la presidencia a su antojo, sin contrapeso político alguno y con la complacencia del gobernador Ángel Sergi Guerrero Mier. Por eso, Gómez Palacio, se hundió cada vez más por una administración llena de irregularidades.
Ahora en este periodo de gobierno, Juana Leticia Herrera Ale, ha querido repetir aquella virulenta comedia de gobierno en tragedia; usar nuevamente las malas artes represivas que practicaros su padre Carlos Herrera y ella misma en los periodos que gobernaron la ciudad bajo la complicidad de los gobernadores priistas.
En este 2017, Juana Leticia Herrera, no se ha percatado que, a nivel estatal, el PRI perdió la gubernatura, que ella y su grupo, no son bien vistos por las otras corrientes del PRI y que se encuentran en franca minoría política al interior del partido Revolucionario Institucional, no sólo a nivel estatal, también en el CEN priista, quienes la ven como un peligro que obstruye la reagrupación del tricolor en Durango.
Por si fuera poco, la forma de dirigir el municipio, cada vez deja más huellas evidentes de las violaciones a las leyes de la Administración Pública que Juana Leticia Herrera Ale, comete en contra de los órganos de gobierno del ayuntamiento, los recursos públicos, los bienes municipales, así como en el otorgamiento de la obra pública, en la que los funcionarios de la administración son beneficiarios.
Por si fuera poco, Juana Leticia Herrera Ale, construye muros de intolerancia aberrantes, contrarios a lo que marcan las leyes mexicanas, obviamente en detrimento de los intereses de la ciudad.
Juana Leticia Herrera Ale, está convertida en el principal dique para que Gómez Palacio, despegue económicamente, la presidenta desconoce la parte mínima de la Historia municipal, y sin esa base, aunada a la precaria preparación académica, lo único que le queda a la ciudad es su hundimiento económico y social, como ya se está viendo; tal como sucedió en su administración anterior y que Demócrata Norte de México, documentó.
Juana Leticia Herrera, con la condena de las dependencias federales estatales
Sólo los presuntos criminales, ponen en peligro de muerte a las personas. En este caso, la CNDH, secretaría de Gobernación y el gobierno de Durango, decidieron proteger con medidas cuatelares al periodista Juan Monrreal López, tal como lo señalan los oficios de estas dependencias,
Que la CNDH, Gobernación y el gobierno duranguense, tomen estas medidas de protección de la vida del comunicador y su familia. Por ello la CNDH resolvió como punto único de su oficio CNDH/QVG/33842:
Único. – Establecer las medidas necesarias para salvaguardar la integridad, seguridad personal y la vida del señor Juan Monrreal López, así como de su familia.
Más aún, que el despacho del gobierno de Durango, que señala que;
“El Quinto visitador General de la CNDH Dr. Edgar Corzo Sosa, decretó medidas cautelares en esta Entidad Federativa, por conducto de la Secretaría General de Gobierno, a favor del C. JUAN MONRREAL LOPEZ, así como de su familia, en virtud de que se encuentra en peligro de muerte por ejercer el periodismo en la zona conurbada Torreón-Gómez Palacio, toda vez que investiga, cuestiona y toca los intereses de políticos y empresarios presuntamente ligados con el narcotráfico y lavado de dinero”.
De manera que, si el periodista vive en peligro de muerte, es por la intolerancia, prepotencia y arrogancia de los hermanos Herrera Ale; Juana Leticia, Ernesto y Carlos Manuel y sus testaferros, Sergio Uribe, Jorge Clemente Mojica y otros oficiosos.
Que no quepa duda. Si algo le sucede al periodista Juan Monrreal López, en su persona, familia y bienes; los culpables serán los personajes ya señalados.
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