viernes, 11 de julio de 2008

Juan Molinar Horcasitas, exceso de saliva

El IMSS de Lerdo sin servicio de urgencias

Juan Monrreal López
Julio 11 de 2008



Ciudad Lerdo, Durango.- Muy lejos de la eficiencia que vive el IMSS, existente sólo en el exceso de saliva y en la cabeza de Juan Francisco Molinar Horcasitas, la Unidad de Medicina Familiar número 11 de esta ciudad, no cuenta con servicio de urgencias médicas, afectando a más de 40 mil derechohabientes que se ven obligados a trasladarse a la vecina ciudad de Gómez Palacio, para que se les brinde atención médica.

Contrario al discurso de vaho que el director del IMSS pronunció el 21 de junio en la XCIX Asamblea General Ordinaria del Instituto, las clínicas de la Laguna siguen presentando desabasto, mala atención e incluso, como es el caso de la UMF 11, ni siquiera cuentan con servicios indispensables como la atención de urgencias médicas.

Bajo la total complicidad de dirigencia sindical de la Sección XVI del Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social (SNTSS), - dirigida por Eduardo Matuk Sariñana -, tanto como la de su líder nacional Valdemar Gutiérrez Fragoso, “permiten que las cargas de trabajo aumenten aquí en nuestro centro laboral”, denunciaron a Imagen Médica y Demócrata Norte de México, parte de la plantilla adscrita al hospital gómezpalatino que recibe a los pacientes en estado crítico. Manifestaron que el SNTSS se encuentra totalmente “sumiso a las autoridades del IMSS, por eso, un servicio indispensable como la atención de emergencias, sigue cancelado en Lerdo”.

Derechohabientes afectados por la necesidad de que se les brinde asistencia hospitalaria por accidentes o dolencias repentinas, hablaron para Imagen Médica y Demócrata Norte de México, acerca de lo grave de no contar con servicio médico urgente. Algunos pacientes de los miles de casos que se han presentado a las instalaciones de la clínica 11, afirman que algunos enfermos han muerto y muchos han estado a punto de morir por la distancia que hay que recorrer para conseguir atención en la ciudad de Gómez Palacio.

Recientemente, un afectado se presentó en el área clínica por heridas de bala; al no existir la atención de urgencias tuvo que ser trasladado a la clínica 46. Casi le cuesta la vida. En el trayecto hacia el hospital de la vecina ciudad perdió sangre en exceso.

Otro caso es el de una paciente que se presentó con un cuadro agudo de estrés que la tenía al borde del colapso nervioso y también por la deshidratación. Con la cabeza sintiendo que le estallaba, se presentó a la clínica por las insoportables dolencias seguidas de vómitos. El personal le dijo que “la hora de la consulta familiar se había terminado”. Suplicante, la víctima pidió que la atendieran. Sólo le respondieron que “los médicos que dan consulta externa ya tienen llenas sus hojas de atención a pacientes”, por tanto, “no te podemos atender, vete a Gómez Palacio”, le dijo tajante la recepcionista. En el trayecto perdió el conocimiento, por lo que una vez ingresada al servicio de urgencias del sanatorio 46, le tuvieron que aplicar suero con sedantes, quedando finalmente hospitalizada.

De las múltiples eventualidades que se presentan en el nosocomio 11, la directora de la institución María Eugenia Ruíz Ramírez, hace caso omiso; al igual que el director anterior, Jorge Arturo Zapata Hernández.

Antes de la celebración de la XCIX Asamblea General, Horcasitas realizó una gira por Durango, describió un Seguro Social que sólo puede existir en una cabeza descompuesta, dijo que “con creatividad y trabajo, en el IMSS la crisis no hace crisis”, pese a las múltiples carencias en los servicios de salud que el instituto presta en la entidad.

Como es costumbre en las administraciones panistas, tanto a nivel federal, delegacional e incluso a nivel municipal, que han utilizado la carencia del área de urgencias médicas de la clínica 11 como instrumento de propaganda, tal como Molinar Horcasitas lo hizo en su reciente gira del 10 de abril.

Desde el año 2005, cuando el hoy senador y prematuro aspirante a la gubernatura estatal el panista Rodolfo Dorador Pérez Gavilán, fungía como delgado del IMSS en la entidad, se comprometió a terminar el servicio médico de emergencias a raíz de las perpetuas quejas de los derechohabientes.

El 13 de diciembre de 2005, Rodolfo Dorador emitió un documento en donde se comunicaba y especificaba la ampliación del la clínica 11, estableciendo el área de urgencias, incluso, fijó plazos para levantar la infraestructura. En aquellos días, en rueda de prensa, acompañado por la alcaldesa del momento, Rosario Castro Lozano,- hoy directora nacional del INAFED-, anunciaron la inminente puesta en funcionamiento del servicio hospitalario ya mencionado.

Incluso revelaron que los fondos para crear el área de emergencias eran de 9.3 millones de pesos. Fueron más lejos. Fijaron también fechas de inicio y terminación de la obra. La ampliación del hospital en el área de urgencias iniciaría el 15 de diciembre del 2005 para terminarse el 31 de julio del 2006.

Después de tres años de aquellos anuncios y de casi dos de gestión de Horcasitas, en este municipio sigue prohibido tener accidentes o enfermarse repentinamente. Esa es la realidad, mientras en el limbo mental de Juan Molinar priva la idea “estamos haciendo una inversión fuerte en el estado”, mientras que su delegado, Rogelio Alonso Vizcarra, sólo atinaba a sonreír para su jefe, de ese IMSS de saliva creado por el cinismo de Molinar.

En referencia al parecer a la falta del área de urgencias de la Clínica 11, Molinar dijo que “estamos a punto de terminar una obra en Lerdo”, tal como lo hiciera el pasado 10 de febrero, en su llamada “primera gira de evaluación”.

Con esta dinámica, Molinar se presentó a los dos máximos eventos de poder político en los que participa año con año. Primero, el 19 de junio en el auditorio de la CTM ante los Consejeros Consultivos integrantes de las Juntas de Gobierno de las Unidades Médicas de Alta Especialidad, reconoció que “debemos aceptar que el Instituto Mexicano del Seguro Social no está en sus mejores días debemos aceptar que ha pasado un par de décadas de deterioro, no hacerlo, sería no enfrentar los hechos”, pero fue a más. Haciendo gala de cinismo, se autodefinió como “la generación del Instituto Mexicano del Seguro Social que va a revitalizar la más importante institución de justicia social mexicana”, en tanto, la realidad arroja un sistema de salud de pegotes, a pesar de contar con presupuesto más elevado.

Un ejemplo de la incapacidad de Horcasitas es haber crecido en apenas una centésima de punto la infraestructura de camas al pasar de 0.83 a 0.84 por mil derechohabientes, cuando el IMSS recibió 5 mil 200 millones de pesos más de lo presupuestado, tal como lo reconoció en la XCIX Asamblea General el pasado 20 de junio.

El caso es que con basca de palabras desvergonzadas, formadas en el más completo de los neoliberalismos ideológicos, el ex policía y director del IMSS asumió que “a los actuales trabajadores nos tocó una época difícil; la época del deterioro, de infraestructura insuficiente, de recursos limitados. Teníamos la opción de asumirla como una pesada loza (Sic); pero todos preferimos vivirla como una gran oportunidad”.

Que Horcasitas venga a Lerdo, Durango, a decirles eso a los derechohabientes; a mencionarles acerca de la maravillosa oportunidad que tienen de morir en el trayecto a Gómez Palacio.

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