RAÚL A. RUBIO CANO
Noviembre 21 de 2018
El pasado domingo 18 de noviembre, a medio día, un nutrido contingente de ex mineros de Fundidora Monterrey y sus familias, en la Plaza BOF del Parque Fundidora, rindieron sencillo homenaje a 17 de sus compañeros de trabajo que murieron en accidente laboral un 20 de noviembre de 1971. Con emotiva Misa y dos discursos de estudiosos de la clase obrera como Abraham Nuncio Limón y Oscar A. Rodríguez Castillo, se recordó a los compañeros caídos en esa fuente de trabajo y se insistió en no perder la memoria del sufrimiento y luchas de la clase obrera. Basta por ahora recordar las palabras de Oscar A. Rodríguez: “Hoy más que nunca es indispensable mantener viva la memoria obrera, principalmente por las tendencias en el mundo laboral que han minado la importancia del trabajo industrial y la representación del obrero como sinónimo de entereza, lucha, orgullo y disciplina. Esta representación se ha ido diluyendo ante las nuevas formas de organización del trabajo que llegaron del exterior, tras la apertura del mercado mexicano en el primer lustro de 1990. Una nueva organización enfocada en el consumidor, en hacer más con menos, a costilla del bienestar de los trabajadores. Estos cambios, que son producto del modelo económico neoliberal, han venido acompañados con reformas al código del trabajo que ponen en entredicho la esencia del artículo 123 de la Constitución Mexicana, ocasionando lenta pero progresivamente la pérdida de los derechos laborales conquistados a sangre y fuego durante la Revolución Mexicana. Por lo anterior, urge mantener vivo el recuerdo, así como mantenerse en pie de lucha, ya que tarde que temprano la historia colocará a cada quien en su lugar”. ¡Órale! raurubio@gmail.com
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