Diciembre 4 de 2018
Recuerdo que Nacho Basauri responsable de Notimex en la entidad, me comentó que durante la campaña de Carlos Salinas de Gortari para la presidencia de la República y en su llegada a Monterrey, el periódico El Norte, le abrió sus puertas al entonces candidato del PRI, y el señor expondría sus argumentos al interior de las instalaciones de los norteños; situación que hizo que Basauri, cuestionara a Alejandro Junco sobre ese hecho ya que tal apertura, no la habían aplicado antes con ningún candidato a la presidencia, porque según ellos, mantenían una separación con el Poder político y bueno, palabras más, palabras menos, dice Basuari que Alejando justificó el hecho porque entre Salinas y ellos había una afinidad total de ideas en lo económico y político. Así, allá en 1988, era vista la panacea del Neoliberalismo por el gigante periodístico y que, a final de cuentas, por tres décadas, los operadores y seguidores del Neoliberalismo, de una u otra manera llevaron al país a la destrucción más impresionante que se tenga referencia y respectivo embrutecimiento de su población. Por eso, es hora de poner mucha atención al discurso de AMLO en el Congreso de la Unión, porque el mismo es una denuncia y un verdadero parteaguas con la vida política del país y procesos internacionales. Como señaló el presidente López Obrador: “El distintivo del neoliberalismo es la corrupción. Suena fuerte, pero privatización ha sido en México sinónimo de corrupción. Desgraciadamente casi siempre ha existido este mal en nuestro país, pero lo sucedido durante el periodo neoliberal no tiene precedente en estos tiempos que el sistema en su conjunto ha operado para la corrupción. El poder político y el poder económico se han alimentado y nutrido mutuamente y se ha implantado como modus operandi el robo de los bienes del pueblo y de las riquezas de la nación…No se trata, como antes, de actos delictivos individuales, o de una red de complicidades para hacer negocios al amparo del gobierno. En el periodo neoliberal la corrupción se convirtió en la principal función del poder político, por eso si me piden que exprese en una frase el plan del nuevo gobierno, respondo: acabar con la corrupción y con la impunidad. Pero al contrario de lo que pudiera suponerse, esta nueva etapa la vamos a iniciar sin perseguir a nadie porque no apostamos al circo ni a la simulación. Queremos regenerar, de verdad, la vida pública de México. Además, siendo honestos, como lo somos, si abrimos expedientes dejaríamos de limitarnos a buscar chivos expiatorios, como se ha hecho siempre, y tendríamos que empezar con los de mero arriba, tanto del sector público como del sector privado. No habría juzgados ni cárceles suficientes, y lo más delicado, lo más serio, meteríamos al país en una dinámica de fractura, conflicto y confrontación, y ello nos llevaría a consumir tiempo, energía y recursos que necesitamos para emprender la regeneración verdadera y radical de la vida pública de México, la construcción de una nueva patria, la reactivación económica y la pacificación del país”. ¡Órale! raurubio@gmail.com
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