RAÚL A. RUBIO CANO
Diciembre 6 de 2018
Dice Carlos Salazar Lomelín, quien busca ocupar la presidencia del Consejo Coordinador Empresarial (CEE) que: “El sector empresarial es la bujía y el promotor del crecimiento” (El Norte 4/12/2018). Por lo visto, este señor no ha entendido que las cosas en este país ya cambiaron, porque más de 30 millones de ciudadanos así lo decidieron y se cuenta con un presidente que su programa lo centra en la lucha contra la corrupción y la impunidad y con una amplia visión social, como es su lema de: “Primero los pobres”. Por ello, hoy se necesita tener una visión holística y de proceso histórico para hablar de la valorización del capital y su contradicción con el trabajo asalariado, realidad que se le va conociendo como Cuarta Transformación. El pragmatismo de Salazar, de considerar al sector empresarial una bujía y que con sus chispazos hacen arrancar el crecimiento del país, es una postura ahistórica, con lo que realmente está sucediendo y bueno, su descontextualización es propia de un ser que su éxito profesional ha sido producir y vender Coca Colas, un verdadero veneno para la población mexicana, de Latinoamérica y el mundo; el señor no sabe ni lo que ha vendido, ni mucho menos la destrucción de población que ha causado, ni del agua que ha utilizado y de las implicaciones que todo ello supone. Por más de tres décadas, con las políticas económicas Neoliberales, Salazar, sus jefes y socios, se dieron gusto de lo que les venía en gana para valorizar sus capitales a lo que les daba su mezquino entender y, no lo que realmente necesitaba el país, porque México no necesita cientos de miles o millones de personas con leucemia, enfermedades cardiacas, obesidad desde los primeros años de vida y otros malestares ocasionados por el consumo de los refrescos de cola ¡Para nada! pero como los señores empresarios al igual que un productor o vendedor de droga, lo que les interesa es vender su producto y entre más necesidad se crea para su consumo, mucho mejor, porque la producción de su veneno aumentará y su comercialización también y por lo tanto, la valorización de su capital. Así las cosas, eso lo pudo dirigir Salazar porque en las alturas del poder político del país lo ejercían verdaderos saqueadores de los bolsillos del pueblo y de los bienes de la Nación y, les venía importando un bledo a dónde llevarán al pueblo de México y sus riquezas, mientras ellos crecieran y crecieran. Ello también fue posible por el contexto internacional de los Rothschild, los Soros, los Bush, los Carlos Salinas y demás alebrijes de las finanzas. Por eso, Carlos Salazar Lomelín, también llegó a dirigir el Consejo Nuevo León para la Planeación Estratégica, “ente” de los 10 poderoso grupos empresariales de la entidad y que le impusieron al Bronco sus programas de obras y demás acciones en los tres poderes del Estado de Nuevo León para enriquecerse estos señores a su gusto. Otro México ya se construye y eso debe de entenderlo el sector empresarial, si no, pueblo y gobierno se los demandará ¡Órale! raurubio@gmail.com
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